Las Vegas|Joseph Quinn

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Desviaste la mirada hacía tu mano, mirando el gran anillo que adornaba tu dedo. Era muy bonito pero por alguna razón sentías la mano pesada, no te sentías cómoda con él ahí; alrededor de tu dedo. No podías solo quitártelo, y menos en este momento.

—¿Todo bien, cariño?— Tú prometido te miró mientras colocaba un brazo alrededor de tus hombros; tomando asiento al lado tuyo en el sofá.

—Sí, solo estoy algo cansada.—Asentiste, mirando brevemente el rostro del chico.—No te preocupes. —Sonreíste a boca cerrada, desviando tu atención de la charla que estaban teniendo algunos familiares de él.

Se encontraban en casa de sus padres, uno de sus hermanos estaba cumpliendo años y decidieron hacer una pequeña reunión familiar; a la cual habían sido invitados. No estabas de buen humor y aunque intentaste decírselo a Nick, tú novio, te insistió en ir. Aceptaste casi a regañadientes. Tenías trabajo en casa que hacer; te dedicabas al arte, bocetos, cuadros, fotografías y ahora mismo tenías un gran proyecto, del que estabas muy emocionada, mucho más emocionada que organizar tu propia boda.

—¿Y qué tal el vestido, __?—La hermana de Nick atrajo tu atención. —Nick mencionó que por fin te decidiste por uno. —Mencionó ella mientras elevaba un poco las cejas.

—Oh, sí. Por fin encontré uno que me gustara. —Respondiste mientras te encogías de hombros.—Solo deben hacerle unos arreglos, ya sabes.

—Recuerdo mi vestido de bodas, mi esposo no deparo en gastos—Mencionó ella poco después, recordando su posible vestido de diseñador —Es precioso, ¿no te gustaría verlo en algún momento?

—No dudo que debe ser muy bonito, Cinthia. —Le sonreíste a boca cerrada. La conversación se estaba volviendo un poco incómoda para ti.

—Lo traeré, te prometo que te gustará y quien sabe, tal vez te guste tanto que decidas usarlo. —Ella te guiñó un ojo luego de decir esto.

—Claro. —Te removiste incómoda en el sofá, intentado deshacerte del agarre que tenía Nick contigo, no tuviste éxito.

Suspiraste profundamente, removiéndote de nuevo en tu asiento, pero Nick estaba más inmerso en la conversación que estaba teniendo con uno de sus tíos, sobre algún juego que pasaron en la tele la semana anterior.

—¿Estás nerviosa, __? —La madre de Nick llamó tu atención, notando que te removías en tu asiento. —En dos semanas es el gran día. —Ella posicionó su mirada en ti.

—Um, un poco. —Asentiste. —Iré al baño un momento, perdón. —Por fin te deshiciste del agarre de Nick y te pusiste en pie con rapidez, casi corriendo hacía el baño de aquella casa.

Si pudieras encerrarte ahí por el resto de la noche lo harías sin pensarlo. Te acercaste al lavabo y te miraste en el espejo, acomodando un poco tu cabello y mientras lo hacías el anillo se reflejó en el espejo. Frunciste el ceño y con frustración decidiste deslizarlo fuera de tu dedo, sin mirarlo, lo guardaste en el bolsillo de tu pantalón. Era algo extraño pero sentiste como el peso desapareció en cuestión de segundos.

Aún escuchabas la música allá afuera, aún no tenías ánimos de salir y todavía menos al saber que debías enfrentarte a la familia de tu prometido. Nunca habías logrado sentirte cómoda con su familia. Suspiraste y te diste la vuelta, apoyándote en el lavabo mientras inspeccionabas lentamente con la mirada todo el baño, mirando atenta la pequeña ventana que daba al patio.

¿Podrías escapar por ahí?

No, ni lo sueñes, Nick no te lo perdonaría jamás.



—Te juro que tú despedida de soltero será genial... —Reconociste la voz del hermano de Nick mientras te acercabas de nuevo. —Mike y yo tenemos todo planeado, y no puedes decirnos que no. —La risa del chico resonó por toda la sala de estar y en cuanto te vio tomar asiento decidió callarse, lo que era estúpido, te daba igual si Nick tenía despedida de soltero o no.

One Shots Joseph Quinn|Eddie Munson (Parte 2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora