CRUSH|Eddie Munson

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Las gotas de lluvia se resbalaban con facilidad por la ventana que tenías al lado. La noche se había vuelto fría y perfecta para estar en cama viendo un par de películas, pero ahí estabas. Después de pensarlo mucho, habías decidido asistir a aquella cita con Alessandro.

Debías, de una vez por todas, dejar de pensar en él y en los demás. Pero se sentía extraño, aún después de tantos años, sentías que aún eran parte de tu vida, aunque tú no de la de ellos. Y solo pensarlo, hizo que se te rompiera el corazón.

—Señorita, ¿desea otra copa de vino?—El mesero atrajo tu atención. Era un chico joven, lo envidiaste. Aún tenía toda una vida para cometer equivocaciones de las que se arrepentiría cuando fuera un poco más mayor.

—No, gracias—Negaste. —¿Podrías traerme la cuenta?—Cuestionaste en tono amable y él asintió con una sonrisa cálida.

La noche no había salido como habías creído. Tardaste alrededor de dos horas buscando qué ponerte para aquella cita, habías llamado a Harry para que te ayudara a calmarte mientras ibas en camino y habías aprendido todo un diálogo en tu cabeza cuando Alessandro empezara a hacer preguntas sobre tu vida. Pero nada de eso había pasado. Y no sabías si era algo bueno o algo malo.

—Aquí está la cuenta—El chico dejó la cuenta sobre la mesa frente a ti. Sin llegar a ver el monto, le entregaste tu tarjeta para que así lograras por fin irte de aquel restaurante. —Enseguida vuelvo, señorita—Mencionó poco después para luego alejarse.

Le diste el último sorbo de vino que quedaba en tu copa. Esa era la tercera copa que habías pedido luego de haber recibido un mensaje de Alessandro. Ni siquiera habías cenado nada, querías que la tierra te tragara después de haberle dicho al mesero un par de veces que estabas esperando a alguien. Ese alguien nunca llegó ni iba a llegar.

Desviaste tu mirada hacía la pantalla de tu celular que se había iluminado. Era Harry, preguntado cómo iba todo. No pudiste evitar mirar el mensaje que había debajo de ese, el mensaje que era de Alessandro. El mensaje que decidiste no responder, ni borrar, solo lo habías dejado ahí.

"Me vas a odiar, y lo siento muchísimo. Mi vuelo se atraso y llegaré a Nueva York hasta el día siguiente. De verdad lo siento mucho."

Aquí tiene, señorita—El chico había vuelto con tu tarjeta y con un par de dulces que te entregó.

—Gracias—Mencionaste mientras guardabas tus cosas. Notaste que él te miró con lastima y luego solo se alejó.

Solo eso te faltaba, que un chico sintiera lástima por ti. Claro que se había enterado que te habían dejado plantada en aquella noche fría. Volteaste los ojos irritada mientras te disponías a salir de aquel lugar, intentando aparentar que todo estaba bien mientras deseabas que un auto te atropellara.

Por favor dime que no era un perfil falso y que el chico es horrible—Mencionó Harry en cuento respondió a tu llamada.

—No—Negaste confundida—No lo sé. Ni siquiera llegué a verlo. —Mencionaste poco después mientras caminabas por las muy llenas calles de Nueva York.

¿Qué?—Cuestionó él al otro lado del teléfono. —¿Qué sucedió?—.

—Me canceló después de que pedí la segunda copa de vino. Iré a un bar, ¿quieres venir?—Cuestionaste esperanzada. Ahora lo único que querías era beber un trago de algo que te hiciera olvidar aquella horrible noche.

Espera, ¿qué? No lo puedo creer. Lo odio. —Respondió Harry.

—¿Eso es un sí o un no a mi propuesta? Aunque de todos modos iré. Contigo o sin ti, me da igual—Mencionaste poco después.

One Shots Joseph Quinn|Eddie Munson (Parte 2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora