—Hola linda—María te había saludado cuando te vio entrar en la cocina—Te preparé una ensalada de frutas cariño, necesitas comer algo—.
—Gracias María—Asentiste sonriendo—La comeré ahora, ¿mamá y papá? ¿Salieron?—.
—Tú padre sí; tu madre está en su habitación—Informó ella.
Se estaba acercando el momento en que Andrew pasaría por ti para ir a su estúpida fiesta y no habías hablado con tus padres sobre qué ibas a salir; sabías que no sería problema si mencionabas a Andrew pero muy desde tu interior esperabas que tú madre se negara esa noche a darte permisos para salir.
—Hola mamá—Murmuraste desde la puerta de su habitación—¿Qué haces?—La miraste atenta.
—Descansaba un poco, cariño—Respondió sin despegar la mirada de su computadora, porque sí, para ella 'descansar' era estar trabajando mientras estabas en cama.
—Bueno—Aclaraste tu garganta antes de empezar—Unos amigos harán una fiesta y me invitaron así que... esperaba que me dejaran ir—Mentiste. La mirada de tú madre se posicionó sobre ti.
—Claro cariño—Respondió ella—Andrew se comunicó conmigo y me preguntó lo mismo—.
—¿Qué?—Susurraste. Sentiste como el aire se escapaba de tus pulmones y como el miedo se apoderó de ti.
—Los chicos siempre deberían hacer eso con los padres de su novia—Agregó tú madre mientras miraba de nuevo su pantalla—Deberías ir a prepararte dijo que pasaría por ti a las ocho—.
—Um, sí—Respondiste casi automáticamente.
No podías creer como Andrew estaba controlando tu vida. Te acercaste a la ventana de tu habitación al escuchar risas y gritos de los chicos; Rick reía junto a Billy de Gareth y alguna tontería que había dicho. Todos se estaban preparando; subían sus instrumentos a la camioneta. Debían ir a tocar esa noche mientras tú estarías con tu repugnante novio en una estúpida fiesta.
Suspiraste lentamente mientras los mirabas ahí abajo divirtiéndose con cada mínima cosa, deseabas ir con ellos y pasarlo bien. Pero sabías que aunque Eddie ya no estaba interesado en ti; tú en él sí y no te arriesgarías a que Andrew le hiciera la vida imposible. Ni a él ni a ninguno de ellos.
La forma en cómo Andrew hablaba con tus padres de forma tan natural y amable te producía náuseas; solo podías recordar lo mal que actúa y habla cuando está a solas contigo. La forma en que presiona tu piel cuando quiere hacerte daño y la forma en que había golpeado tu mejilla el día de la escena en los vestidores del gimnasio.
—¿Estás lista, cariño?—Cuestionó él mientras te miraba adentrarte en la sala de estar; había estado hablando con tus padres mientras bajabas.
—Sí—Asentiste y te acercaste. Se estaba volviendo difícil encontrar ropa que ocultara algunos moretones que no pasaban desapercibidos, sin mencionar la cantidad de maquillaje que habías estado utilizando últimamente.
Deseabas poder transmitir con tus ojos el terror que sentías al estar al lado de tu novio, pero tus padres nunca te prestaron la suficiente atención como para notar que su hija estaba mal. No notaron la forma en que había dejado de comer ni tampoco notaron las grandes ojeras que tenía por no dormir durante las noches. Tus padres tampoco prestaron atención a los sollozos silenciosos en medio de la noche que salían de tu habitación o la colección de moretones que aparecían en tu cuerpo como por arte de magia. Ninguno de los dos notó las evidentes señales; no notaron que su pequeña hija estaba sufriendo en silencio.
—Me alegra que decidieras arreglarte esta noche—Mencionó Andrew cuando ambos se acercaban a su auto; decidiste no responder—Me parece que tus amiguitos no están en casa, ¿cierto?—Cuestionó.
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One Shots Joseph Quinn|Eddie Munson (Parte 2)
FanficPorque los One Shots de Joe nunca son suficientes.