—Hola—Joe por fin había tomado el valor que necesitaba para caminar hacía donde estabas y tuvo que suspirar profundamente para hablar sin que le temblara la voz.
Notó que te sobresaltaste un poco al escucharlo hablar, pues estabas de espaldas, mirando por una de las ventanas que tenía aquella oficina, decidiendo qué palabras usarías exactamente.
—Oh, hola—Lo saludaste de vuelta. Era extraño pero lo recordabas muy bien, nunca podrías olvidar su rostro. Su nombre si, pero su rostro no. —Lamento mucho haber venido así de la nada. No quería interrumpir tu reunión.–Te apresuraste a disculparte por los inconvenientes que
habías provocado.—No te preocupes—Joe sonrió un poco. Le parecías preciosa y estaba seguro que eso era lo que más nervioso lo ponía. Cerró la puerta detrás de él, luego de entrar por completo a la pequeña habitación. —¿Qué te trae por aquí?—Se atrevió a preguntar y decidió esconder sus manos en los bolsillos de su pantalón y así evitar que te dieras cuenta que sus manos se movían más de lo normal. —No esperaba verte de nuevo.—Intentó bromear poco después.
—Bueno. —Suspiraste, en un intento de calmar los latidos de tu corazón. El nerviosismo te estaba consumiendo y así no podías pensar con claridad. —Es algo complicado de explicar. —Mencionaste mientras deslizabas tus manos en los bolsillos traseros de tu pantalón. Intentaste mantener la mirada sobre Joe, pero rápidamente la desviaste hacía el suelo.
—Supongo que debe serlo, porque huir así y luego volver un mes después no es algo que se ve todos los días. —Intentó bromear de nuevo, quería calmar la tensión y al mismo tiempo quería hacerte saber que no le había gustado la forma en que te habías ido; pero tampoco quería ser grosero y echarte en cara eso.
—Lo lamento—. Respondiste casi en un susurro. —Yo no quería... —Tomaste aire, no tenías idea de cómo comenzar hablar. —No pretendía que las cosas fueran así, no quería que pensaras que te había usado o algo así—.
—Bueno, no te preocupes. —Respondió él de inmediato. —No es la primera ni la última vez que me pasa—. Debía ser sincero consigo mismo, sí le había dolido que una chica lo hubiera dejado sin decir nada.
De acuerdo, esto no estaba saliendo como lo habías imaginado. Jamás creíste que Joe estuviera tan molesto por haberte ido así de su departamento, estabas consciente de que había sido cosa de una noche y creías que para un tipo como él eso era normal.
—¿Se te olvidó algo esa noche?— Joe se estaba desesperando por saber el motivo del por qué estabas ahí, frente a sus ojos. —No he encontrado nada que no sea mío, o eso creo. —Rascó su nuca con nerviosismo. —Podría preguntarle a Wesley...—Estabas cansada ya de tantas palabras sin sentido, era ahora o nunca.
—Estoy embarazada—. Confesaste por fin, provocando que Joe dejara de hablar.
—¿Qué?—Joe se congeló y te miró atento. Esas palabras se repetían en eco dentro de su cabeza.
—Escucha—Suspiraste de nuevo, esta vez, tomando valor. —No pretendo que te hagas cargo del bebé. No estoy aquí para pedirte dinero, simplemente quería que lo supieras. —Explicaste brevemente mientras lo mirabas, parecía que se le había escapado el alma del cuerpo. —Solo creí que habíamos tenido alguna clase de conexión esa noche y pensé que merecías saberlo—.
—Pero... pero usamos preservativo. —Joe sintió como la temperatura de su cuerpo bajo de forma repentina. Estaba seguro que corría el riesgo de desmayarse en cualquier momento. —¿Cierto? Usamos preservativo. —Te miró, esperando una respuesta.
—Bueno sí. —Respondiste, sentiste un poco de alivio al haber confesado por fin la gran noticia. —Si sabes que eso no siempre funciona, ¿cierto? —Ladeaste un poco la cabeza, mirando como Joe, con su ahora mirada perdida, debatía algo dentro de sus pensamientos.
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One Shots Joseph Quinn|Eddie Munson (Parte 2)
FanfictionPorque los One Shots de Joe nunca son suficientes.