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Capítulo veinticinco
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Cerré de un portazo, descontando la rabia con la puerta de mi casa que nada tenía que ver con la cantidad de problemas que me rodeaban en este momento. Mi celular estaba lleno de mensajes de mis amigos, de los entrenadores del club y del propio presidente, preguntándome si los rumores eran ciertos. Por no mencionar la cantidad de fanáticas enloquecidas que estaban enviándome mensajes privados por Instagram y Twitter, intentando averiguar qué era lo que estaba pasando.
Los medios de comunicación ya noticiaban una ruptura inexistente, muchos tenían como titular la primicia de un divorcio que jamás iba a ocurrir. Ni en esta vida ni en ninguna otra estaría tan loco como para dejar ir a esa mujer. No les iba a dar el gusto de verme perder lo más lindo que la vida me había dado junto con Davi.
— ¿Hijo? —Mamá apareció por la puerta que conectaba a la cocina. Su rostro lucía demasiado cansado, de seguro se había quedado toda la noche despierta, intentando distraer a los niños—. ¿Cómo está Sara? ¿Cuándo le darán el alta?
—No lo sé, el médico dijo que la dejarían internada unos días más para hacerle un seguimiento.
— ¿Qué hiciste, Junior?
Su pregunta me tomó por sorpresa. Sabía que ella tampoco me había creído cuando dije que el hijo de Jéssica no era mío, pero jamás la había visto con esa expresión de decepción, como si hubiera roto algo realmente importante y ya no hubiera vuelta atrás.
—Mamá, tu tienes que creerme —Pedí, acercándome a ella para tomar sus manos—. No engañé a Sara, nunca le haría algo así.
—No sé cómo vas a hacer para arreglar este problema —Dijo, alejándose de mí para sentarse en el sofá. Fui tras ella como un animal herido buscando el refugio de su madre, esperando encontrar algo de consuelo—. Esta es la etapa más importante para Sara, una etapa en la que tiene que estar tranquila, disfrutando del proceso y preparándose para cuando mi nieta decida venir al mundo, no sé si tomaste dimensión de lo horrible que debe de estar sintiéndose ahora.
—Jamás pensé que esto podía llegar a pasar, no he hablado con Jéssica en años, desde que conocí a Sarita borré los contactos de cada mujer con la que me relacioné sexoafectivamente en el pasado... no puede dudar de mí ahora.
