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Capítulo once
maratón 4/4
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El médico había dicho que no era necesario, pero aún así con Neymar decidimos hacer un seguimiento del embarazo cada mes. Por lo que hoy tendría que hacerme una ecografía nuevamente. Estaba en el cuarto mes de embarazo y ya empezaba a notar el bulto en mi estómago, era algo casi imperceptible, mínimo, pero yo sabía que estaba ahí.
También había comenzado a hablarle y ponerle mi música favorita, sentía que estaba creando una conexión con el bebé desde el minuto cero. Antes estaba aterrada, ahora de a poco había empezado a dejar el miedo de lado y disfrutar del embarazo de una manera más tranquila y saludable.
— ¿Y papá? —Preguntó Davi, mirando la puerta con impaciencia.
—No sé, me dijo que ni bien saliera del entrenamiento vendría a buscarnos.
Llevé la vista hacia la pantalla de mi celular para chequear la hora y corroborar si el moreno había mandado algún mensaje. No había noticias de su parte y yo ya estaba poniéndome nerviosa. Habíamos quedado que esta vez Emma y Davi nos acompañarían para conocer en directo al limoncito verde, pero como Neymar tenía entrenamiento y salía un rato antes de la hora del examen, nos pasaría a buscar e iríamos directo los cuatro juntos.
— ¿Y si lo llamamos? —Propuso mi hermana, mirando su reloj pulsera como quien mágicamente espera a que la otra persona aparezca en su portal.
—A ver, denme un momento —Davi sacó su celular, marcó el número de su padre y se llevó el aparato a la oreja. Luego de un par de minutos me miró algo molesto—. No atiende.
—Parece que se lo tragó la tierra. —Emma se cruzó de brazos.
—Voy a intentar otra vez... —Dije, llamándolo esta vez desde mi celular.
Era raro que no respondiera, él era el más emocionado por poder ver al bebé. Negué una vez más para que los chicos supiesen que yo tampoco había tenido suerte localizándolo.
—Bueno, vamos nosotros —Emma se prendió la campera y comenzó a caminar hacia la puerta—. Le diré al chofer que prepare el auto, Davi, vos avisale a Ney que ya no nos pase a buscar.
