𝑀𝑒 𝑄𝑢𝑖𝑒𝑟𝑜 𝐷𝑖𝑣𝑜𝑟𝑐𝑖𝑎𝑟 𝑑𝑒 𝐿𝑎𝑤 (Law & Lectora) [#2]

𝐵𝑖𝑟𝑡𝒉𝑑𝑎𝑦 (𝑃𝑎𝑟𝑡𝑒 2)

10 de Octubre.

Unas voces comenzaron a escucharse en la habitación, más que voces eran ¿cantos?

—¿Ah? —Amy musitó aún adormilada. Esos cantos la estaban despertando.

La rubia se dió cuenta que estos cantos eran para ella. Le estaban cantando “Feliz Cumpleaños”. Rápidamente recordó que había llegado el día, ese día. Su cumpleaños.

Aunque se dió cuenta que no le salieron las cuentas, pues creyó que su cumpleaños la pasaría en la escuela, pero al final su día cayó en sábado y no viernes. Su calendario mental no es tan bueno como creía, pensó divertida.

Después de darse un sopapo mental por su pésimo conteo, se sentó y se desperezó un poco más y cayó en cuenta de nuevo que al fin había cumplido la mayoría de edad. Dieciocho años al fin cumplidos. Vaya que estaba muy dormida.

Abrió más los ojos y vió a Martha y Law enfrente de la cama. La mujer estaba sosteniendo una tarta de cumpleaños con una velitas de color azul. La tarta tenía una forma redonda y estaba decorada con crema chantilly de color amarillo en las orillas y en el centro estaba dibujado un oso polar.

—¡Law! —exclamó la chica al ver el tierno y rico pastel.

—¡Feliz cumpleaños, mi amor! —Law se subió a la cama gateando y la rodeó con sus brazos y le dió un gran beso en la mejilla. Ella rió contenta por ese cariñoso gesto por parte de su marido. Ya se estaba acostumbrando a sus atenciones y a su contacto. A sus palabras tan llenas de amor y cariño. Cada vez le encantaba más ese Law romántico.

—¡Muchas felicidades, mi niña! —le dijo Martha mientras se acercaba con el pastel y Law colocó la mesita plegable encima de la piernas de Amy.

Martha dejó el pastel justo en el centro de la mesita, y colocó diesciocho velitas color amarillo.

—Muchas gracias, Martha —respondió la ojiazul y recibió un tierno abrazo por parte de la mayor. Volvió su mirada hacia el delicioso postre que había traído su confidente Martha.

Frunció el entrecejo y esbozó una leve sonrisa.

—Espero que te guste el pastel —Law le dijo ilusionado y luego se sentó a su lado, tal como lo haría un niño feliz y entusiasmado.

—¿Por qué el pastel y las velitas son amarillas, Law? —preguntó enarcando la ceja con media sonrisa.

—¿Porque es tu color favorito? —respondió con graciosa inocencia.

—No, mi color favorito es el rojo y lo sabes Law —le aclaró a su marido—. El amarillo es TÚ color favorito —lo señaló con le índice y luego le agitó su cabello.

—Es que no había un pastel que me llamara la atención —volvió a justificarse el pillo de cabellos oscuros. De hecho si había más variedad en la pastelería donde adquirió el postre, pero decidió comprar el pastel de color amarillo.