𝑀𝑒 𝑄𝑢𝑖𝑒𝑟𝑜 𝐷𝑖𝑣𝑜𝑟𝑐𝑖𝑎𝑟 𝑑𝑒 𝐿𝑎𝑤 (Law & Lectora) [#2]

𝑌𝑜𝑢

Martes. El segundo día de la semana es aún más odioso que el Lunes. La mayoría siempre están ansiosos porque llegue aunque sea el miércoles o el jueves y así recibir el viernes con alivio y entusiasmo.

(T/n) estaba todavía más cansada, menos con lo que pasó el día anterior.
Y por esa razón, la rubia no pudo pegar el ojo en toda la noche, a pesar de que Law la acostó temprano en su antigua cama, pero ella no logró conciliar el sueño.

6:23 de la mañana. A veces la chica maldecía el hecho de que su cuerpo ya sabía a qué hora debía levantarse, y justo cuando estaba por dormir, la alarma de la habitación le avisó que ya tenía que iniciar una nueva jornada. Esto no fue para nada del agrado de la ojiazul. A veces se molestaba ser tan madrugadora,
El desgaste emocional le ha superado por completo, y al correr los segundos empezó a sentirse bastante mal y con mucha pesadez en el cuerpo. Temía enfermarse por eso, sentía que sus defensas estaban bajas y empezó a considerar faltar a clases; o simplemente se siente así por el estrés acumulado, y no precisamente causada por las tareas de la escuela.
Y con eso se incluye el haber bebido alcohol, a pesar de que no fue mucho, fue demasiado para su sistema.

-Mierda -farfulló molesta por sentirse fatal en ese momento. Se levantó con mucha pereza, pero estuvo a punto de perder el equilibrio y se sentó de nuevo.

Definitivamente no irá a clases. Decidió enviarle un mensaje a Nami, a Robin o a Zoro y decirles que no asistirá este día.
Por suerte, su móvil yacía en la mesita de noche.
Dato adicional: Law lo había dejado en ese sitio mientras la acostaba en la cama.

Tomó su teléfono celular y lo desbloqueó ya decidida a quién le daría el mensaje, buscó el chat de la chicas y ahí dió aviso de su inasistencia, pues no se sentía bien de salud, pero prometiendo que estaría al día siguiente. Rápidamente las chicas se dieron por enteradas y le dijeron que le avisarán a los profesores que les tocaba en el día.

Ya dado el avisó, se puso de pie de nuevo, esperando no volver a perder el equilibrio. Fue a su closet y buscó algunas prendas ligeras y cambiarse de ropa, se sentía bastante incómoda llevar la ropa del día anterior.

Con su muda de ropa ya puesta salió de la habitación rumbo a la cocina, a pesar de no sentirse del todo bien, empezó a tener apetito y empezó a pensar que se haría de desayunar, pues aún no llegaba Martha y ella llega hasta las nueve de la mañana.

Entró a la cocina, luego se dirigió a la nevera y la abrió para sacar las cosas necesarias para hacer su desayuno.

-Buenos días, linda -alguien la saludó con cariño mientras ella seguía mirando el interior de la nevera, decidiendo que tomar.

Oír aquello la sobresaltó y se golpeó la cabeza con la orilla del congelador y pegó un pequeño grito de dolor. Luego soltó un gruñido de enojo.
Se masajeó en la zona y cerró de golpe la nevera y caminó a la mesa sin mirar a la persona que la saludó. Estuvo a punto de llegar a sentarse en la silla que estaba cerca, pues estaba a punto de caerse, todavía se sentía un poco débil.