Capítulo 25: Talento oculto

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POV T/N

Después de un par de meses, era un viernes por la tarde, los niños hacía poco que habían llegado de sus clases y se encontraban Leo y Sarah en la sala de estar mientras que Pietro estaba en el jardín y Wanda arriba en la habitación seguramente durmiendo, últimamente no para de dormir.

-¡Hey!, ¡Quita tus sucias manos de mi brazo!-Escucho la voz de Leo quejándose.

-Quítamelas tú si eres tan valiente-Dice Sarah burlándose.

Enseguida salgo de la cocina y cuando miro para ellos, veo como Leo empuja fuertemente a su hermana haciendo que cayese de culo contra el suelo.

-¡Leo!, ¡¿A qué vino eso?!-Pregunto alterada yendo rápidamente hacia Sarah.

-¡No me dejaba en paz, estaba tocándome el brazo todo el tiempo!-Dice alzando la voz.

-¡Vete a tu habitación, sin quejas!-Digo con un tono autoritario.

Él gruñó y furioso subió las escaleras.

-¿Cómo te encuentras Sarah?, ¿Te duele algo?-Pregunto mientras mis manos estaban en las suyas y la dejaba en el sillón sentada.

-Estoy bien mamá, me duele el trasero pero más nada-Dice agachando la mirada.

-Sabes que Leo es, bueno, es muy solitario, le cuesta jugar contigo y más si invades su espacio personal, ¿Por qué hiciste eso?-Pregunto finalmente sentándome al lado de ella.

-Solo quería jugar con él-Dice quejándose.

-Hablaré con él, vete al jardín con Pietro-Digo y al final de mis palabras, le dejo un beso en la cabeza.

Ella se puso de pie y fue hacia la puerta que daba al jardín cerrándola detrás de ella.

Rápidamente fui a la habitación de Leo pero antes, me crucé con la puerta de mi habitación abierta, oyendo un llanto que provenía de ahí dentro.

Me dirijo a la habitación y veo a Wanda sentada en la cama con las manos en su rostro y llorando.

-Amor, ¿Qué te pasa?-Digo rápidamente sentándome enfrente de ella y con mis manos en su muslo.

-Lo siento, no quería que me vieras así, solo era una pesadilla-Dice secándose las lágrimas.

Me acerqué a ella, con mi mano rodeando su cuerpo hasta su hombro, la acerqué dejando su cabeza apoyada en mi hombro.

-Todo está bien cariño, no tienes nada de que preocuparte-Digo intentando tranquilizarla con mis palabras.

-Lo sé, tranquila, estoy bien-Dice con una sonrisa triste mientras limpiaba las lágrimas que cayeron rápidamente con el pañuelo que estaba en su mesa de noche y yo le acerqué.

-¿Segura que estás bien?-Digo con un lado de mi cabeza encima de la suya y mi mano acariciando su brazo.

-Si, cariño, todo bien-Dice levantando su cabeza y mirando para mí.

-Está bien, me alegra saberlo, yo tengo que hablar con Leo, así que debería irme ya a su habitación-Digo poniéndome de pie y ella poniéndose de pie detrás de mí.

-¿Qué ha hecho?-Pregunta curiosa.

-No te preocupes, déjame a mí-Digo caminando hacia adelante y saliendo de la habitación.

Con pasos ligeros fui a la habitación de Leo, cuando intenté abrir la puerta, estaba cerrada con llave.

-Leo, abre la puerta ahora mismo-Digo con un tono serio.

-Quiero estar solo-Se escucha una voz débil detrás de la puerta.

-Antes vamos a hablar sobre tu comportamiento con tu hermana-Digo con mis manos aún en el pomo e intentando abrir aún sabiendo que estaba cerrada.

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