Capítulo 8: Conversación

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POV WANDA

Cerré la puerta de la habitación de Leo con un sentimiento agridulce, mi hijo había visto las brutalidades que hizo su madre a su variante, ni si quiera yo lo vi, no quiero que tenga traumas de esto, tendré que hablarlo con Wanda urgentemente y también decirle que él heredó uno de los que eran mis poderes...

Llegué a mi habitación y golpeo la puerta esperando una respuesta de Wanda.

-Está bien T/N, puedes entrar, es tu habitación también-Escucho decir a Wanda al otro lado de la puerta.

Abro la puerta y veo a Wanda sentada en la cama con un libro en las manos.

-No puedo evitarlo, hay que tocar por si acaso-Digo entrando en la habitación con una media sonrisa y cerrando la puerta.

-¿Qué tal te fue con Leo?-Pregunta ella cerrando el libro que estaba leyendo y dejándolo en su mesa de noche.

-Tengo una noticia que yo creo que es medio buena y una mala-Digo caminando hacia la ventana de la habitación.

-¿Qué ha pasado?-Dice mirando atentamente hacia a mí.

-La medio buena es que Leo tiene uno de mis poderes, el de ver los recuerdos de la gente, no sé que tan bien nos va a hacer, la mala es que cuando llegaste a la casa él vio los tuyos y vio lo que pasó con tu variante-Digo agachando la mirada al final.

-¡¿Me estás diciendo que mi hijo vio como la maté?!-Pregunta ella alterada levantándose de la cama y dirigiéndose hacia a mí.

-Shhhh, baja la voz Wanda, los niños están por dormirse-Digo intentando no crear más problemas.

-T/N, ¿Tú sabes la gravedad del asunto?, nuestro hijo podría traumarse por eso, tu viste como dejé el cuerpo de mi variante con el hacha clavado en la cabeza, él no tiene edad para ver eso y menos de su madre, encima tiene uno de tus poderes, si tuviese los míos yo le podría guiar pero tu llevas quince años sin controlar los tuyos-Dice alterada dando vueltas por toda la habitación.

-Wanda, estáte tranquila, las cosas con calma se llevan mejor, si Leo no se encuentra bien, le llevaremos a un psicólogo de confianza-Digo rascando mi nuca.

Ella suspira y camina hacia mi dirección poniéndose delante de mí, nos miramos a los ojos y pude ver las lágrimas formándose en ellos.

-Cariño, necesito que mañana hables con Leo, por favor, no puedes dejar que vaya a la acampada si él no se encuentra bien realmente-Dice con voz quebradiza.

-Claro Wanda, eso ya lo tenía pensado, eso era lo que iba a hacer, le dije que se intentara tranquilizar y durmiera pero si mañana cuando hable con él no se encuentra bien por éste tema, no le dejaré ir, tranquila-Digo poniendo mis manos en su rostro con mis pulgares en sus pómulos quitando las lágrimas que caían, intentando tranquilizar su tristeza o más bien, su agobio.

Ella suspira y agacha la mirada.

-Sé que estás mal por lo que pueda pensar tu hijo de tí pero él sabe que lo hiciste para defendernos, él desgraciadamente pudo verlo, no piensa que eres mala persona, eres la mamá que salvó a su familia-Digo intentando consolarla.

-No sabes si él piensa así-Dice volviendo a mirar a mis ojos.

-Wanda, Leo es muy inteligente, él a pesar de su edad sabe que las únicas dos opciones que tenías eran morir o sobrevivir, tú elegiste luchar y sobrevivir, también para que tu familia lo hiciera y eso es muy bueno, ¿no crees?-Digo intentando animarla.

-Si, creo que si-Dice con una pequeña sonrisa.

Me acerco y dejo un pequeño beso en sus labios.

-Ahora, ¿podrías explicarme todo lo que ha pasado desde que nos fuimos del club de hípica?-Pregunto separándome y sentándome al filo de la cama, palmeando el hueco de la cama a mi lado invitándola a sentarse.

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