Capítulo 47: Infraganti

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Dos horas más tarde

POV T/N

Estoy sentada en el jardín mientras Wanda daba vueltas caminando de un lado al otro, asimilando lo que pasó hace rato.

-¿Puedes decirme ya lo que pasó en mi ausencia?-Dice alterada.

-Básicamente me dijo que estaba deseando llegar al hotel al que se estaba alojando para poder tener sexo contigo, Alina le había hablado muy bien de ti y estaba encantado de que fueras su cita de esa noche, también dijo otras cosas pero no quiero repetirlo porque me enfado solo de recordarlo-Digo evitando su mirada.

-Cómo pudiste confiar en Alina, T/N, sabes perfectamente las intenciones de ella contigo-Dice sin dejar sus movimientos de caminar de un lado al otro y cada vez más alzando la voz.

-Oye, baja la voz, los niños están durmiendo-Digo poniéndome de pie y acercándome a ella.

-No, es que no lo entiendo T/N, no lo entiendo, de verdad que necesidad tenías de- -Iba diciendo hasta que la interrumpí.

-Cariño, en ningún momento se me había ocurrido que ella después de tantos años seguiría con lo mismo, me la encontré por casualidad, que ahora, me estoy replanteando si de verdad fue de casualidad o no, el caso es que me convenció para hacerle la casa y en ninguno de esos momentos se me insinuó, yo que iba a saber de sus intenciones-Digo mirando para su rostro totalmente preocupado.

Ella empezó a jugar con su collar mientras su mirada se agachaba hasta un punto del suelo en concreto.

-Lo siento si te hice pasar un mal rato-Digo agachando la mirada.

-No fue culpa tuya cariño, es esa mujer que está realmente loca-Dice volviendo a mirar para mí.

-Sabes, hay una buena noticia de la que no te has dado cuenta-Digo empezando a sonreír, intentando evadir sus pensamientos de lo ocurrido.

-¿De cuál?-Dice ella confundida.

-No te miento cuando te digo que de verdad tenía unas ganas increíbles de gritarle y pegarle a ese hombre solo por las cosas que dijo sobre ti, pero respiré y me calmé antes de nada, le dije varias cosas porque no las podía dejarlas pasar pero créeme que hubiera sido peor-Digo con mis manos ahora en su cintura.

-¿Es en serio?-Pregunta burlándose.

-Si, me ha costado pero he podido calmar mi ira poco a poco, mordiéndome la lengua como dicen y respirando hondo-Digo mirándola a los ojos.

-Eso hay que celebrarlo, al fin dejando de sacar tu ira a la ligera-Dice ahora con sus manos en mi nuca.

-¿Y qué tienes pensado?-Pregunto mirando como sus pupilas se dilataban.

-Hazme todas las cosas que supuestamente ese hombre quería hacer conmigo-Dice ahora susurrando en mi oído.

-¿Estás segura de que quieres hacerlo ahora?-Pregunto confundida.

-Si cariño, me encantaría-Dice pasando una mano por mi entrepierna, acariciando el lugar suavemente.

🔞‼️

En ese momento ella salta a mi cintura envolviendo sus piernas en mis caderas antes de besarnos y de empezar a caminar hacia el interior de la casa.

Poco a poco me dirigía hacia la salida de la sala de estar para ir a la habitación pero ella se separa del beso agitada y me mira.

-Vamos a la cocina-Dice calmando su respiración.

-¿A la cocina?-Pregunto confundida.

-Si, házmelo ahí-Dice finalmente dejando un beso veloz y duro en la boca.

Cuando llegamos a la cocina, la dejo sentada en la encimera y me empuja levemente, después baja mis pantalones junto con los bóxers.

-Me encanta sentir el contacto de tu piel con la mía-Dice entre jadeos ahora quitándose su camiseta.

Cuando nos quedamos desnudas, hacemos contacto visual entre jadeos, sus manos en mis hombros dejando caricias subiendo a mi nuca y mis manos en sus caderas bajando a sus muslos lentamente.

-Al escuchar a ese hombre decir lo mucho que le gustaba ver tu escote...-Digo ahora mirando sus pechos y ella finalmente poniendo sus manos en mi nuca.

-Por una parte me recordaba lo bien que se siente al besarlos, chuparlos y morderlos...-Digo acercándome a la piel de su pecho, cuando mi aliento rozó su piel ella soltó un suspiro suave.

-Pero por otra, me ponía celosa solo de pensar en que él pudiera si quiera tener la oportunidad de admirarlos-Digo ahora con mis manos rozando sus pechos, dejando caricias suaves con las yemas de mis dedos.

-Solo tú puedes admirarlos T/N, soy tuya-Dice entre gemidos desesperados haciendo su cabeza hacia atrás y arqueando la espalda para que sus pechos finalmente toquen mis labios.

-Según te fuiste con Alina, sus primeras palabras fueron que no podía esperar más para poder ver más allá de ese vestido tuyo, siendo el cerdo asqueroso que es-Digo mirando su rostro, pudiendo notar que estaba moviendo sus caderas con la intención de estimularse.

-¿Te excita saber lo mucho que le gustaste?-Pregunto curiosa al ver sus acciones.

-No, eres tú cariño, te necesito-Dice ahora con una de sus manos en su clítoris tocándose.

Quito su mano y pongo la mía, pudiendo comprobar enseguida lo mojada que estaba.

-Estás preparada-Digo burlándome.

-Cariño, fóllame, por favor-Dice envolviendo su mano en mi reciente erección e intentando acercar mi pene con su entrepierna.

-Encantada de hacerlo-Digo ahora con mi mano en mi pene y alienándolo con su entrepierna.

-Hasta el fondo cariño, y duro-Dice entre gemidos al sentir mi glande lubricándose con sus labios inferiores.

Enseguida había metido mi pene en sus labios, estaba tan mojada y tan preparada para sentir la penetración que prácticamente sus labios habían engullido mi pene sin que yo si quiera hiciera esfuerzo.

-Me siento tan llena cuando la metes-Dice entre gemidos.

-Que bien se siente-Digo prácticamente sin pensar, dejándome llevar por la sensación.

Rápidamente moví mis caderas hacia adelante y hacia atrás, cada vez más fuerte y sintiendo sus uñas en mi espalda mientras mi boca estaba en su cuello, besando y lamiendo el lugar.

-No pares ni aunque te lo pida-Dice entre gemidos escuchándose de fondo nuestras pieles chocando.

Y justo cuando iba a besarla en los labios, Leo abre la puerta de la cocina, de repente asustándose al vernos, cerrando la puerta enseguida cuando giramos nuestras miradas hacia él y paramos nuestras acciones.

-Joder-Dice Wanda mirándome mientras separaba con cuidado nuestras entrepiernas.

Rápidamente nos volvíamos a vestir, con la intención de buscar a nuestro hijo.

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