Al final no fue necesario esconder las motos. Bastó con meterlas al cobertizo de Julie, donde Bonnie no podía llegar en su silla de ruedas debido a lo irregular del camino. Entusiasmada, Jules comenzó a trabajar de inmediato en la moto roja, que sería la mía. Abrió la puerta del Volkswagen para que pudiera sentarme en el asiento en vez del suelo y parloteó sin parar. Traté de ponerle toda la atención posible y descubrí que se me hacía muy fácil, más que con McKayla o Jeremy. Tal vez la semana de práctica me había servido de algo.
—¿Quil y Embry? pregunté con curiosidad cuando mencionó sus nombres. A Embry ya la había mencionado, pero no tuve claro de si Quil era un chico o una chica.
—Son mis dos mejores amigas —ah, vale, era una chica.
—Son nombres curiosos... —ella sonrió y empezó a contar una historia.
— Quil obtuvo su nombre de una leyenda ecuatoriana. Era la esposa del cacique Guayas, hermosa y guerrera. Incendiaban los campamentos de los españoles, pero fueron capturados. Entonces Guayas propuso intercambiar sus vidas por tesoros que tenía escondidos en lo alto de una montaña. Los españoles aceptaron y los llevaron al lugar indicado. Allá arriba, Guayas pidió un puñal para levantar la piedra que ocultaba el tesoro, pero una vez con él, apuñaló a su esposa en el corazón, y luego se suicidó. Así les dejó dos tesoros: el río hecho de su sangre y el noble corazón de Quil. Y por eso hay una ciudad en Ecuador llamada Guayaquil.
—Vaya... eres excelente contando historias —murmuré asombrado, todo lo que ella contaba me lo iba imaginando al instante —¿Y Embry?
—No hay historia. Creo que su madre le gustaba un actor con su nombre o algo así. Lamento decepcionarte —se encogió de hombros — son geniales, pero no te metas con sus nombres, no les hace gracia.
En ese momento se escuchó a alguien gritando.
—¿Julie?
—¿Es Bonnie? —pregunté. No me sonó a su voz. Jules suspiró y dejó de trabajar.
—No. Las invocamos —suspiró con decepción —¡Aquí estoy! —gritó hacia la puerta. Segundos después dos chicas, morenas como ella, aparecieron y se apoyaron en el marco.
Una de las chicas era delgada y alta como Julie, y llevaba el pelo largo y negro suelto, con un costado metido detrás de su oreja. La otra chica era más baja pero corpulenta, y con el cabello corto por los hombros. ¿Qué demonios les dan de comer en la reserva? Recordé lo de apuntarme al gimnasio por tercera vez en el día. Ambas me miraron con interés.
—Hola chicas —saludó Jules, con un leve tono de decepción.
—Hola, todos —contestó la chica baja sin apartar su mirada de mí. Le dediqué una media sonrisa y ella me guiñó un ojo, delineado en negro. También tenía los labios pintados de un tono vino que se veía adecuado en su piel.
—Quil, Embry, les presento a mi amigo Beau —ambas se miraron entre sí con una mirada cargada de intenciones, una de ellas incluso levantó una ceja.
—El hijo de Charlie, ¿no? — preguntó la chica bajita —. Encantada de conocerte, yo soy Quil Ateara —extendió una mano con uñas perfectamente pintadas para que se la estrechara.
—Sí, igualmente Quil —contesté sintiéndome un poco nervioso. No recordaba cuándo fue la última vez que tuve tanta interacción social.
—Tenías razón, Julie, está bien gua... —Jules la fulminó con la mirada y Quil cerró la boca.
—Hola, Beau. Yo soy Embry Call, aunque seguro que ya lo suponías — Embry sonrió con timidez y se metió las manos a los bolsillos del pantalón, después de agitar una a modo de saludo.
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Luna Nueva (Versión Vida y Muerte)
Teen FictionBeau ha pasado el mejor verano de su vida en compañía de su novia Edythe. Sin embargo, enamorarse de una vampira tiene sus peligros, y no tiene ni idea de que lo peor está por llegar.