El Funeral

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Terminé de bajar las escaleras corriendo, abrí la puerta, y me quedé totalmente impresionado.

—¡Wow! —exclamé.

Aún sin sus visiones, Archie seguía siendo perceptivo. Era Jules, por supuesto, pero se veía muy diferente. Se rascó la nuca, incómoda, mientras yo la seguía mirando asombrado.

—Wow —repetí murmurando mientras una sonrisa iba apareciendo por mi rostro.

—No te burles, Bonnie quería que me viera "decente" para el funeral —replicó rodando los ojos.

Se había peinado el corto cabello hacia un lado y se había puesto un vestido negro de manga larga, ajustado en la cintura y luego suelto que le llegaba un poco más arriba de la rodilla. También se había puesto medias pantys negras translúcidas y zapatos planos negros. Su volkswagen estaba aparcado detrás.

—Bueno, definitivamente te ves "decente" —contesté soltando una risita, nunca la había visto vestida así.

—Que no te burles... —repitió, incómoda.

—¡No lo hago! En realidad te ves muy bien... Te ves bonita —acepté un poco avergonzado.

—¿En serio? —preguntó sorprendida —De haber sabido que te gustaba este estilo... —bromeó, pero luego puso los ojos en blanco, irritada —Ah, claro que te gusta, ella usaba este tipo de cosas, ¿no?

—Se llaman "vestidos". ¿Necesitas algo? —pregunté alzando las cejas con exagerada cordialidad.

—Mmm... —murmuró tratando de asomarse por la puerta abierta.

—No está aquí —repliqué.

—¿Estás solo? —preguntó frunciendo el ceño.

—Por ahora.

—Te dije que tenías que llamarme en cuanto se fuera, estabas sin vigilancia —me regañó poniendo las manos en la cintura. Se veía graciosa en esa pose cuando estaba usando ese vestido.

—Se acaba de ir. Cuando tocaste el timbre, para ser precisos. 

—Ya. ¿Puedo entrar?

Madame — me moví a un lado y extendí mi brazo indicando la entrada. Ahora sí me estaba burlando y se dio cuenta, porque me dio un puñetazo en el brazo. —¡Ay! Eres una bruta, me va a quedar un moretón.

—Para que me recuerdes. ¿Y esto? ¿Una pijamada? —preguntó con sarcasmo al ver el edredón en el suelo y el sofá lleno de mantas.

—Algo así.

—Los vampiros no duermen, ¿cierto? —preguntó arrugando la cara como si oliera algo malo y dirigiéndose a la cocina.

—No, pero yo sí —me encogí de hombros y la seguí. Me di la vuelta y me apoyé de espaldas en la encimera— ¿Por qué haces esa cara?

—¿No te huele a nada?

Negué con la cabeza, mientras le echaba un vistazo al cubo de basura. Estaba seguro de que no había nada que oliera mal adentro.

—Es el vampiro. Huele como a fruta podrida... o como a un pastel muy dulce que se echó a perder. Es empalagoso y desagradable al mismo tiempo. Y frío, como si respiraras en pleno invierno, me quema la nariz.

—Curioso —comenté recordando que Archie había dicho que Julie anulaba mi propio olor —Entonces, aparte de advertirme sobre el aroma de mi amigo, ¿querías algo?

—Bueno, Charlie me pidió que viniera por si estabas indeciso sobre ir al funeral o no, pero veo que no tienes pensado ir —contestó con un poco de amargura.

Luna Nueva (Versión Vida y Muerte)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora