El rastreador

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Capítulo 34.  

La lluvia inundaba la gran capital de  Argath, los grandes chaparrones acompañados por los relámpagos acallaban los sollozos provenientes de la habitación del príncipe. Los médicos salían y entraban, sin comprender por qué el joven quien siempre había gozado de una buena salud, de repente se había enfermado de tal manera.

Su piel que una vez había brillado por el bronceado, ahora lucía pálida y reseca. 

-Su majestad, no sabemos que sucede.- Con la ausencia del rey y la reina, los médicos se dirigieron a Nicolás en busca de alguna orden concreta. 

El joven, quien se encontraba fuera suspiró y se adentró en la habitación.

El cuarto iluminado por apenas unas cuantas velas, estaba desordenado, apestaba a medicamentos y transpiración. 

-¡DEJAME!-  Nathaniel empujo a su hermana, la princesa Ebony, quien intentaba alimentarlo. 

La sopa se derramó por todo el suelo y en parte de su falda,  preocupada y asustada se cubrió la boca y se agachó para levantar el tazón que antes tenía sopa.

-Hermano...- Pronunció cansada en cuanto notó la presencia del mayor.

-Ebony, deberías dejar que las doncellas se encarguen de el.- Colocó su mano sobre el hombro de ella y la observó con seriedad.- Nathaniel.- Dijo su nombre de forma brusca, exaltando a los presentes.- ¿Qué te he dicho?- 

El semblante  del rubio se transformo en cuanto escucho la voz de su hermano, casi como si le estuviera advirtiendo de algo.

-Bébelo.- Del bolsillo sacó una pequeña botella con un liquido azul.- Y contrólate.-  

Casi de inmediato el menor obedeció, abrió la pequeña botella y tomo aquel liquido de un solo trago. 

-¿Qué es eso hermano?-  Preocupada la princesa se inclino  junto a Nathaniel quien se desvaneció y cayo dormido. 

-Solo una poción para la gripe, dormirá por unas horas y luego despertara como nuevo.- 

-Nunca había visto una de ese color...- Frunció el ceño y deposito su mirada ahora en Nicolás esperando una respuesta. 

Nicolás la miro por arriba por unos segundos, pero no respondió, en cambio se giro y se acerco a una de las doncellas que había entrado. 

-Lleven a Ebony a su habitación, también debe descansar. Y que haya alguien por si Nathaniel despierta, mi pequeño hermano siempre ha sido débil.- Sin decir mas camino hasta la puerta sin mirar atras. 

Confundida, Ebony fue ayudada por la doncella a levantarse, observo como su hermano mayor salía, no le respondió, ni si quiera había mirado atrás, sus padres no estaban y algo le pasaba a Nathaniel, no sabia que, pero presentía que Nicolas si lo sabia.  

(...) 

Observaba al joven en silencio, en su despacho, con los brazos cruzados sentado detrás de un gran escritorio de mármol blanco y dorado, toda la decoración había cambiado hace algunos días.

-Su majestad...no puedo ayudarlo.- 

La mirada de Nicolas se agudizo, suspiro, y abrió uno de sus cajones. 

-Tal vez esto pueda ser de ayuda, se que un mago como tu podrá utilizarlo, Catriel.- 

Se acercó al escritorio y observó lo que el joven había depositado sobre este, era una pequeña caja, dorada, pero opaca, lucia antigua. 

-Esto es un...¿Cómo consiguió esto, si puedo saberlo?-  Su mirada se deposito en Nicolas, casi de forma despectiva.- Esto es algo antiguo, un artilugio así... pensé que se habían desecho de todos luego de la última guerra.-  

¡No Moriré Otra Vez! /Editando/ Tomo IDonde viven las historias. Descúbrelo ahora