Capitulo 10El carruaje se detuvo de repente, el sombrero en mi cabeza casi se cae y mi cuerpo se sacudió bruscamente hacia arriba asustándome un poco.
-¿Qué sucede?- Edgar, mi padre, se levantó y abrió la puerta enojado.
-Lo siento señor, un animal se atravesó en el camino.- Uno de los caballeros que cabalgaba respondió apenado.
Edgar se limitó a asentir con la cabeza, cerrar la puerta y volver a sentarse en su lugar frente a mí.
Observe a través de la ventana el mar, el santuario donde la prueba se realizaba estaba a las orillas del "Mar de cristal", el mar donde los Magos habían construido el primer santuario de la nación.
Sin duda nunca había visto una playa tan limpia y hermosa como esa.
Agradecía que Edgar fuera alguien de pocas palabras, así podía escuchar el sonido de las olas y las gaviotas, era relajante.
El viaje desde la mansión Van Ewen hasta el santuario duraba aproximadamente una hora, Edgar a penas me había mirado y dirigido la palabra, pero lo prefería así.
Si Dafne se encontrara aquí, sus constantes preguntas y preocupación solo lograrían ponerme más nerviosa.
Ciertamente en la novela, apenas se hablaba del poder mágico de Lila, sabía que Serena poseía el poder de la luz, un poder curativo, pero peligroso.
En la academia, Lila no hacía nada más que perseguir a Nathaniel, sus notas eran un desastre, y era conocida como la reina de los chismes, nada de lo que estar orgullosa realmente. Una mueca de disgusto se dibujó en mi rostro.
-Te ira bien.- La áspera voz de mi padre me saco de mis pensamientos.
Lo observe sorprendida, no esperaba ningún intento de aliento de su parte.
Me limité a sonreír en su parte y asentir con la cabeza agradecida.
Luego de veinte minutos el carruaje al fin se detuvo.
Con ayuda de Edgar baje cuidadosamente, la ropa que usaba no era la más cómoda y menos los zapatos de tacón.
Mi vestido era largo, color verde aceituna, con bordados blancos en las mangas y la falda, algo ajustado. Llevaba a juego un sombrero amplió de las mismas tonalidades.
Edgar lo había elegido para la ocasión, como tradición de la familia Van Ewen de regalarle algo a sus hijos en su prueba mágica.
A él le habían regalado una espada, y a su padre una biblioteca entera, pero claro que a mí por el solo hecho de ser mujer, con solo un vestido caro me sentiría satisfecha.
El santuario era similar a una iglesia antigua, con el techo alto y tejas negras, una gran puerta de madera tallada con dibujos de árboles y un cielo estrellado.
-A partir de aquí, entraras sola.- Me indicó el rubio y asentí con la cabeza segura.
Subí las escaleras de mármol blancos, y camine hasta la gran puerta.
Inhale y exhale con fuerza, intentando tomar algo de coraje.
Golpee la puerta y esta se abrió sola.
Antes de entrar gire la mirada hacia Edgar, quien se limitó a asentir con la cabeza, le devolví el gesto, y entre.
En cuanto todo mi cuerpo se adentró al edificio la puerta se cerró sola.
El lugar era muy similar a una iglesia, con cuadros, y sillas para rezar.
Pero los dibujos en los ventanales eran sobre hombres con túnicas moradas, lo magos más reconocidos se encontraban retratados en casi todos los ventanales.
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¡No Moriré Otra Vez! /Editando/ Tomo I
Genç KurguNo esperaba que toda su vida diera un giro inesperado, y menos renacer en la antagonista de una novela que ya leyó. Pero su única meta ahora es. ¡NO MORIR JOVEN OTRA VEZ! ADVERTENCIA: Está historia es 100% mía, todos los personajes, y trama ME PER...