Una amistosa charla

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 Capitulo 12 

A pesar de mis contradictorios pensamientos, y mi tendencia a evitar a Serena. Me quedaba claro que aquella joven había logrado -sin demasiado esfuerzo- terminar de agradarme, y aunque eso me parecía algo frustrante, también lograba aliviar un poco la culpa que sentía al principio por planear usar su amistad como un escudo si las cosas iban por un mal rumbo.

Pero la historia había comenzado a cambiar.

Catriel me lo había dicho, era muy difícil imaginar a la Lila de la novela original reuniéndose con la protagonista pacíficamente y disfrutando de su compañía como me encontraba yo ahora.

-¿Se encuentra bien?- La joven de cabellera azabache cuestiono con genuina curiosidad en sus ojos.

La joven vestía un vestido celeste de tul, con blanco, de mangas largas y holgadas, con el escote de un tono más oscuro en forma de corazón, resaltando sus ojos y tez pálida.

-No he podido dormir bien, pero estoy bien.- Asentí con la cabeza, depositando la taza de té que tenía en mis manos sobre la mesa.

Habían pasado cinco días desde la visita de Nicolas y Catriel, pero aunque los consejos del mago parecieran fáciles, todavía me era difícil a la hora de dormir, aunque al menos ahora podía dormir 5 horas, todavía me sentía cansada, y tampoco me hacía gracia cuando perdía el control y me veía a mí misma dormida.

La primera vez que pude controlar mi magia, había entrado en pánico, pensando que había muerto otra vez. Pero luego recordé lo que Catriel me había contado e intente tranquilizarme cuando me desperté asustada.

Aunque claro, no podía contarle esto a Serena.

-Oh, espero que se recupere, tal vez deba pedir una poción a los magos reales.- Respondió ella.

-Ya me han dado una.- Respondí sin ganas.- Hace unos días tuve la agradable sorpresa de recibir una inesperada visita del príncipe Nicolas junto al mago Catriel, para tratar mi problema para dormir.-

-Cualquiera contaría algo como esto feliz, pero inesperadamente usted luce más enojada que feliz por ello.- Río ella asombrada.

-No me gustan las sorpresas.- Bufe.- Pero tuve que recibirlo de igual manera.- Me encogí de hombros.

-Sinceramente yo...le tengo algo de miedo al príncipe Nicolas.- Exclamo ella avergonzada.- No me animaría a recibirlo por sorpresa, entraría en pánico.-

-¿Miedo? ¿Por qué?- Cuestione confundida.

-Bueno él tiene una mirada que te congela, me recuerda a lady Valeria, en la fiesta de té, sentí como si quisiera asesinarme con su mirada.- Se estremeció asustada.

Asentí con la cabeza dándole la razón, pero más por lady Valeria que por el príncipe Nicolas, él no me asustaba.

Hasta podría decir... que era un poco tierno.

-Lady Valeria es hermosa, pero lo que tiene de linda lo tiene de víbora, o eso parece.- Me reí.

-¡Lila!- Me reprendió la menor.- Si alguien la escuchara hablar sería un escándalo.- Negó con la cabeza.

-Tú dijiste lo mismo pero con otras palabras.- Me encogí de hombros restándole importancia, y tome una galleta de chocolate para luego llevármela a la boca.

Arrepentida, Serena asintió con la cabeza.

-Tal vez ella solo sea tímida.- Comento con poca seguridad.

-¿Tímida?- La observe expectante.- No sea tan inocente mi amiga, pronto empezaremos la escuela y las víboras como ellas no dudaran en intentar morderte a ti, por ser nueva y hermosa.- La joven se sonrojo de inmediato ante mis palabras.- Y a mí, cuando se divulgue de la visita de su majestad.-

-Solo quiero llevarme bien con los demás.- Suspiro ella, algo triste.

Me sentí un poco culpable por mis palabras, Serena era bastante sensible, y tal vez había logrado desanimarla sin intención.

-No te preocupes, yo estaré contigo, seguro harás amigos de inmediato.- Sonreí, animándola.

Ella sonrió ante mis palabras y asintió con la cabeza.

-Usted también lady Lila, seguro que todo el mundo querrá entablar una amistad con usted.- Me animo.

-Lo dudo, pero gracias.- Sonreí hacia ella y ambas reímos.

La tarde termino entre risas y uno que otro chisme, y al atardecer el carruaje me esperaba en la entrada de la mansión Everlin.

-Nos vemos entonces, en la escuela.- Me despedí de la joven y ella asintió con la cabeza con una linda sonrisa dibujada en su rostro.

(...)

A la mañana siguiente justo a la hora del desayuno, el nuevo uniforme llego en un gran paquete dorado con un listón negro.

Emocionada, Dafne, se levantó y saco las prendas.

-Esto te sentara perfecto, hija mía.- Se acercó a mí con un blazer negro con el escudo imperial grabado en un bolsillo en la altura del pecho.

Sonreí sin mucha emoción y ella siguió canturreando de lo feliz de que estaba de entrar en la academia a la que ella había asistido.

Mientras la mujer comenzaba a hablar con Tanya, quien sostenía el paquete. Mi padre se inclinó con cautela frente a mí y susurro.

-La familia Allen sabe que escondemos algo, alguien se los dijo, se cautelosa en la escuela, tendré a alguien cuidándote desde lejos, los ojos están puestos en ti desde la visita de su majestad. Los Allen quieren que su hija sea la próxima emperatriz, y no dudaran en buscar hasta encontrar algo para arruinar nuestra reputación. Se cuidadosa.- Sus palabras eran duras, pero en su mirada no había emoción alguna.

Observe a mi madre, emocionada, completamente ajena a las palabras de mi padre, seguramente el evitaría hablar de esto con ella para que no se angustiara. Dirigí la mirada nuevamente a él con determinación y asentí con la cabeza.

-Seré cuidadosa, padre.-  

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Buenas, espero que estén bien, y que se cuiden y estén en sus casitas respetando la cuarentena obligatoria para lxs personas que leen esto desde Argentina. Y si sos de otro país también.

No se olviden de lavarse las manos con agua y jabón.

Cuidense ♥️✨

¡No Moriré Otra Vez! /Editando/ Tomo IDonde viven las historias. Descúbrelo ahora