Fiesta de té

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Capítulo 6

-Lady Lila, el carruaje la espera.-

Observé por el gran ventanal el vehículo exageradamente grande y reluciente que me llevaría.

-Gracias Tanya, iré de inmediato.- Sonreí hacia la joven.

Ella se limitó a sonreír de vuelta y asentir con la cabeza.

Observé su silueta desaparecer por la puerta, y me expresión se transformó en una preocupada.

Si lograba deshacerme del compromiso no solo me salvaría a mí, las agradables personas que me rodeaban también.

¿Pero que si no lo lograba? ¿Debería huir? ¿Debería seguir el rumbo de la historia? ¿Cómo me haría a un lado si mis intentos de no destacarme hasta ahora no habían funcionado?

-¿Señorita?- Tanya apareció por la puerta nuevamente, observando preocupada mi expresión afligida.

-Ya voy.- Murmuré.

Salimos de la mansión y me subí al carruaje con destino al castillo.

El trayecto fue en silencio, Tanya me observaba pero no decía nada, suponía que la antigua Lila la hubiera insultado por meterse, pero en mi caso desearía que ella me distrajera iniciando una conversación.

-¿Madre no vendrá entonces?-

-Lady Dafne tuvo que partir con el señor por un viaje de negocios de imprevisto está mañana.- Negó con la cabeza.

-Ya veo.- Murmuré.- Tu, Tanya... ¿Nunca pensaste en dejar este trabajo?- Pretendía que aquella pregunta fuera casual.

Algo como ¿No tienes otro sueños? ¿O al menos no piensas en casarte? Pero su reacción me dio a entender que no me exprese bien.

-Yo-yo Lady Lila, no quiero perder este empleo, pero si mis servicios no son los...- Sus ojos se llenaron de lágrimas, agachó la mirada apenada, con una expresión triste dibujada en su rostro.

-No, eso no es lo que quería decir.- Suspiré.- Solo que tal vez, preferirías hacer algo por ti misma, tal vez casarte o estudiar.-

-Oh... yo estoy bien sirviendo le a usted.- Sonrió con sinceridad.-

- Ya veo.-

El carruaje se estacionó frente al castillo.

Trague en seco y conté hasta diez, preparándome mentalmente para lo que venía.

(...)

Aquella escena no podía ser más incómoda, y no solo porque me encontraba sentada frente a la reina, con Serena a mi izquierda, y con otras tres jóvenes más quienes solo alababan exageradamente a la reina.

Hace 10 minutos que la fiesta hacia comenzado y yo ya quería irme.

-Y dígame lady Serena ¿Ya tienes prometido?- La pregunta de su majestad fue directo al grano.

-Yo, no todavía no su majestad.- Amablemente sonrió como respuesta.

Era exageradamente amable y educada, y aunque no me desagradaba del todo, su actitud era tan cliché que me exasperaba.

-¿Tu tampoco tienes no es así, Lady Lila?- Está vez la pregunta fue hacia mí.

-No, su majestad, creo que hay tiempo de sobra para decidir eso.-

-¿Tiempo?- Me observó curiosa.- La juventud es el momento para casarse, la apariencia no durará para siempre.-

-Tal vez, pero prefiero tomarme las cosas con calma.- Le di un sorbo a mi té.- Después de todo la apariencia no es lo único que enamora.- Sonreí.

¡No Moriré Otra Vez! /Editando/ Tomo IDonde viven las historias. Descúbrelo ahora