↳ one shots ༉‧₊ ❝[Riverduccion] ❞

Chupistream

Samantha y Félix caminaban juntos por el vecindario, disfrutando de una tarde soleada y relajada.

—No puedo creer que estemos haciendo esto, Félix. Es como tener 9 años de nuevo.

—A veces necesitamos recordar que no siempre tenemos que ser tan serios.

Se acercaron a una casa y, con una mirada de complicidad, presionaron el timbre y se escondieron detrás de unos arbustos cercanos. Esperaron con anticipación, conteniendo la risa mientras imaginaban la reacción del dueño de la casa.

Unos segundos después, escucharon el sonido de la puerta abriéndose. Rápidamente intercambiaron miradas y, sin poder contener la risa, comenzaron a correr como niños pequeños, alejándose de la casa.

—¡Esto es tan divertido! ¡No puedo creer que lo estemos haciendo!"

—¡Es como una pequeña escapada de la adultez! ¡Corre, Samy, corre!

Corrieron por varias cuadras, riendo y sintiendo la emoción de la travesura. Se detuvieron en un parque cercano, sin aliento pero llenos de alegría.

—¡Necesitábamos esto, Félix! Es como si todos nuestros problemas se desvanecieran por un momento.

—Totalmente de acuerdo. A veces, simplemente necesitamos soltar y ser un poco tontos.

Se sentaron en un banco, recuperando el aliento y dejando que la risa se desvaneciera gradualmente.

—Gracias por siempre estar dispuesto a embarcarte en mis pendejadas, Félix.

—Lo mismo digo, Samy. No hay nadie con quien prefiera ser un niño travieso que contigo.

Samantha y Félix compartieron una mirada llena de cariño y complicidad. A pesar de ser adultos, habían encontrado la manera de liberarse de las preocupaciones cotidianas y conectarse de una manera lúdica y divertida.

—Creo que hemos tenido suficiente por hoy, ¿verdad?

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Samantha y Félix se encontraban en el sofá, envueltos en la suavidad de una manta. El brillo de la luz de la tarde se filtraba por las cortinas, creando un ambiente cálido y acogedor en la sala. Samantha sostenía su teléfono con delicadeza mientras deslizaba sus dedos por las fotos antiguas almacenadas en él. Las imágenes eran una ventana al pasado, capturando instantes en los que su historia comenzó como adolescentes.

Sus sonrisas se entrelazaban en una foto en la que compartían un helado en la feria, el sol brillando sobre ellos. Los cabellos revoloteaban en el viento, y sus risas eran la banda sonora de un tiempo más inocente.—Félix, ¿recuerdas esa tarde en la feria?—susurró Samantha, su mirada fija en la imagen.

Félix asintió, una sonrisa jugando en sus labios mientras revivía aquellos momentos.—Cómo olvidarlo. Ese helado era enorme, y casi terminamos con él en nuestras caras.

Continuaron deslizando las imágenes, cada una trayendo consigo un recuerdo diferente. Una foto los mostraba sentados en una roca junto al lago, observando el atardecer. Otra capturaba sus manos entrelazadas, un símbolo de la conexión que habían construido desde que se conocieron.

Sin embargo, la magia del momento se rompió cuando Samantha consultó la hora en su teléfono y su expresión cambió de ensimismamiento a alarma.—¡Mierda!—exclamó, liberándose del abrazo de Félix con un sobresalto.