↳ one shots ༉‧₊ ❝[Riverduccion] ❞

Ruptura

Samantha y Félix se encontraban en la penumbra de su sala, enfrentando una conversación que ninguno de los dos quería tener. La tensión en el aire era palpable mientras compartían palabras que sabían que cambiarían el curso de sus vidas.

—Félix—comenzó Samantha con voz temblorosa, —creo que ha llegado el momento de poner fin a nuestra relación. Ha sido una relación increíble, pero últimamente hemos estado distantes, y siento que ambos merecemos encontrar nuestra felicidad por separado.

Félix asintió, aunque con un nudo en la garganta. —Tienes razón, Samantha. Ha habido demasiadas discusiones últimamente y creo que estamos tomando caminos diferentes en la vida. Si esto es lo mejor para ambos, entonces deberíamos hacerlo.

Félix comenzó a hacer sus maletas, pero mientras doblaba la ropa y organizaba sus pertenencias, una realidad incómoda se le presentó claramente: en esa ciudad, no tenía familia cercana ni un colchón financiero sólido. La idea de empezar desde cero en un lugar desconocido se volvía abrumadora con cada prenda que empacaba.

Con un suspiro profundo, se dirigió hacia Samantha, quien lo observaba con preocupación. —Samantha, he estado pensando en esto y me doy cuenta de que no tengo familia aquí ni suficiente dinero para comenzar de nuevo. Me temo que, al menos por un tiempo, no tengo otra opción que seguir compartiendo el departamento y la habitación contigo. ¿Podemos hacerlo funcionar, aunque sea hasta que encuentre una solución?

Samantha asintió comprensivamente, sabiendo que esta nueva dinámica sería un desafío, pero también que la vida les había presentado una situación inesperada que requería adaptación. Era el comienzo de una fase completamente diferente en su relación.

La primera noche después de su amarga ruptura, el apartamento que alguna vez fue el refugio de Samantha se había convertido en un espacio cargado de tensión. A medida que la noche avanzaba, la incomodidad llenaba cada rincón, y compartir la misma habitación y cama se volvía una prueba aún más difícil.

Samantha y Félix se acostaron en extremos opuestos de la cama, sintiendo la distancia emocional que ahora los separaba. La realidad era que el departamento originalmente estaba pensado solo para Samantha, pero luego Félix se había mudado con ella, y ahora, después de la ruptura, no había una alternativa de alojamiento.

El silencio reinaba en la habitación, roto solo por el sonido de sus suspiros y el crujir de las sábanas mientras se daban la vuelta incómodamente. Sus mentes estaban llenas de recuerdos compartidos y palabras no dichas, pero ninguna de las dos personas sabía cómo afrontar esta nueva realidad que los había forzado a compartir un espacio que antes significaba amor y ahora solo representaba despedida.

En medio de la noche, Samantha yacía despierta en silencio, mirando hacia el techo mientras la oscuridad envolvía la habitación. Una sensación familiar la sorprendió cuando sintió una mano agarrar su cintura. Sabía que era Félix, dormido e inconsciente, quien lo hacía, como lo había hecho tantas veces por costumbre.

Con cuidado y sin despertarlo, Samantha retiró suavemente la mano de Félix de su cintura, sintiendo una mezcla de nostalgia y tristeza por ese gesto que ya no tenía el mismo significado. Se movió sigilosamente hacia el otro extremo de la cama, tratando de alejar físicamente la distancia que ya existía emocionalmente entre ellos.

Samantha se despertó con el mismo ritual de siempre: se estiró y bostezó antes de levantarse de la cama. Pero cuando llegó a la cocina, la realidad de su nueva situación la golpeó con fuerza. El desayuno estaba preparado en la mesa, como solía hacerlo Félix antes de salir a trabajar, pero esta vez faltaban las notas de amor que solían acompañar cada comida.