↳ one shots ༉‧₊ ❝[Riverduccion] ❞

¿¡Quien mierda es Samy!?

Félix corría a toda prisa por el campus de la universidad, maldiciendo su mala suerte por haber dormido de más.

Su mochila rebotaba en su espalda mientras esquivaba a los estudiantes que caminaban tranquilamente hacia sus clases. Justo al doblar una esquina, no vio a la chica rubia y de baja estatura que venía en dirección contraria, sosteniendo un batido de frutas en sus manos.

El choque fue inevitable. El batido se derramó por completo sobre la chica, empapando su blusa y parte de su cabello. Félix, con los ojos muy abiertos, se quedó congelado por un segundo.

—¡Mierda! Lo siento muchísimo —dijo, sacándose la sudadera rápidamente y tendiéndosela a la chica—. Por favor, usa esto.

La chica, sorprendida y cubierta de batido, tomó la sudadera sin decir palabra.

—De verdad lo siento, pero tengo que irme corriendo a clase. ¡Adiós! —Félix no esperó respuesta y salió disparado hacia el edificio de su facultad.

La chica se quedó ahí, viendo cómo el chico se alejaba apresuradamente, sin poder siquiera preguntarle su nombre.

Finalmente llegó al salón completamente agotado, respirando con dificultad por la carrera. Al abrir la puerta, se sorprendió al ver que el aula estaba desierta, excepto por un chico de lentes que estaba sentado tranquilamente en una de las primeras filas.

—¿Dónde están todos? —preguntó, aún tratando de recuperar el aliento.

El chico de lentes levantó la vista de su celular y lo miró con una sonrisa divertida—Wey, ¿no leíste el correo del profe? —respondió con una leve risa—. La clase fue cancelada. Yo solo vengo aquí a esperar a mi novia, ya que la sala estará vacía.

Félix se quedó boquiabierto por un momento y luego soltó un suspiro de frustración—¡No puedo creer que no lo haya visto! —exclamó, dejándose caer en una silla cercana—. Bueno, al menos llegué a tiempo... para nada.

Ahora caminaba a paso ligero hacia el patio de la universidad, disfrutando del aire fresco de la mañana. Al salir de la facultad de ingeniería, divisó a sus amigos sentados en una de las mesas de picnic, riendo y disfrutando. Decidió detenerse y acercarse a ellos.

—¡Pendejos! —saludó, con una amplia sonrisa, levantando la mano en señal de saludo.

Sus amigos voltearon a verlo y le devolvieron la sonrisa.

—¡Félix! —exclamó Juan, uno de sus compañeros de clase—. ¡Qué bueno verte, amigo! Ven, siéntate con nosotros.

Félix se acercó y se sentó en un espacio vacío en la mesa—¿De qué hablaban?

Rocio, una de las amigas de Félix, lo miró con una sonrisa intrigante mientras él se acomodaba en la mesa—Justo estábamos hablando de una chica nueva en la universidad —dijo, levantando una ceja—. Se llama Samy. ¿La has visto?

Félix negó con la cabeza, curioso—No, no la he visto. ¿Qué saben de ella?

—No mucho —intervino Stephanie—. Solo que es nueva y parece que ha causado una buena impresión.

Juan asintió y añadió—Dicen que es bastante inteligente y amigable. Algunos incluso dicen que ha venido de otra ciudad por una beca.

—Se escucha bastante interesante.

Félix miró y se dio cuenta de que alguien faltaba —Oye, ¿dónde está Ama? —preguntó, dirigiéndose a Sabi, que estaba ocupada revisando su teléfono.

Sabi levantó la vista y respondió:—Fue al baño hace un rato.

Ari, que estaba sentada al lado de Sabi, frunció el ceño y se levantó de la mesa.