Papá

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Félix observó a Samantha con preocupación mientras caminaban juntos hacia la escuela. Notó que su expresión estaba apagada y sus ojos reflejaban incomodidad.

— ¿Estás bien, Samy? Pareces un poco distinta hoy —preguntó Félix con tono preocupado.

Samantha forzó una sonrisa y negó con la cabeza— No te preocupes, solo es algo pasajero.—respondió, intentando restar importancia a sus molestias.

A lo largo del día, Félix continuó observando a Samantha, notando cómo se retiraba discretamente en momentos incómodos. A medida que avanzaba la jornada, sus náuseas se intensificaron, pero decidió guardar silencio.

Por la tarde, después de las clases, Félix finalmente se acercó a Samantha con preocupación genuina.

— Samy, en serio, algo no está bien. ¿Por qué no me cuentas qué te pasa?

Samantha suspiró, sintiéndose vulnerable, y confesó— No quería preocuparte, Félix, pero me siento realmente mal desde esta mañana. Náuseas y vómitos. No quería arruinar nuestro día.

Félix le sonrió tiernamente y le tomó la mano— No me arruinas nada, Samy. Estoy aquí para apoyarte. Vamos a llevarte a casa y asegurarnos de que estés bien.

Félix entró a la casa de Samantha y notó que no había nadie a la vista. Se acercó a ella, quien ya estaba recostada en el sofá, visiblemente débil.

— Samy, no puedo dejarte sola así. Voy a salir a comprar algunas medicinas para aliviar tus síntomas —dijo Félix con preocupación.

Antes de que Félix se dirigiera hacia la puerta, ella lo detuvo con un susurro nervioso.

— Félix, espera. ¿Podrías traer también unos tests de embarazo?

Félix quedó en shock por un momento, sus ojos se abrieron sorprendidos ante la inesperada solicitud.

— ¿Test de embarazo? ¿Estás...? —titubeó Félix, sin terminar la pregunta.

Samantha asintió con la mirada baja, mezcla de nerviosismo y ansiedad— No estoy segura, pero quiero estar segura de lo que está pasando. Por favor, Félix.

Félix le dio una mirada de apoyo, procesando la noticia mientras se dirigía a la puerta— Estaré de vuelta enseguida, Samy. No te preocupes, estamos juntos en esto.

Félix entró a la farmacia y, para su sorpresa, vio a Filis, el hermano mayor de Samantha, detrás del mostrador.

— ¡Hola, Félix! ¿En qué puedo ayudarte hoy? —saludó Filis con una sonrisa amigable.

Félix, sintiendo una mezcla de nervios y alivio, respondió— Hola, Filis. Solo estoy buscando algunas cosas. ¿Podrías ayudarme a encontrarlas?

Filis asintió y comenzó a guiar a Félix por la farmacia. Mientras buscaban los productos, Félix notó que una señora amable estaba cerca y decidió abordarla discretamente.

— Disculpe, señora, tengo una situación un poco incómoda. Estoy comprando un test de embarazo, pero me gustaría mantenerlo en privado. ¿Le importaría comprarlo por mí? Es para un trabajo escolar, y me da un poco de pena.

La señora, comprensiva, aceptó colaborar, y Félix le entregó el dinero discretamente. Mientras ella se dirigía hacia el mostrador para realizar la compra, Félix se escondió momentáneamente entre los pasillos, asegurándose de que Filis no lo viera.

Con la transacción completada, la señora le entregó a Félix el test de embarazo, quien agradeció con un susurro y salió de la farmacia con alivio.

Félix entró a la casa de Samantha, sosteniendo una bolsa con las medicinas y el test de embarazo. Notó la tensión en el rostro de Samantha y se acercó con comprensión.

↳ one shots ༉‧₊ ❝[Riverduccion] ❞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora