Más que una rivalidad

778 54 12
                                    

Félix, con sus 7 años, era conocido como el mejor de su clase. Siempre tenía la respuesta correcta y su cuaderno estaba lleno de notas perfectas. Caminaba por los pasillos con una sonrisa de suficiencia, mirando a los demás niños por encima del hombro. No se molestaba en hablar con aquellos cuyo promedio estaba por debajo de 9; para él, no eran dignos de su compañía.

Durante el recreo, mientras los otros niños jugaban en el patio, Félix se sentaba solo en una banca, leyendo libros avanzados para su edad. Si alguien con un promedio más bajo intentaba acercarse, los ahuyentaba con una mirada fría.

Un día, llegó a clase como todos los días, con su habitual aire de superioridad. Al entrar al salón, se detuvo en seco. Había una niña nueva sentada en el pupitre junto al suyo. Ella tenía una sonrisa tímida y unos ojos curiosos que lo observaron mientras tomaba asiento.

Félix frunció el ceño, pero decidió no decir nada. No le importaba quién se sentara junto a él, siempre y cuando no le molestara.

La niña no parecía compartir su desdén. Con una sonrisa amigable, se giró hacia él y le dijo:—Hola, soy Samantha. Es mi primer día aquí. ¿Cuál es tu nombre?

Félix la miró con desdén—José Francisco. Y no me interesa hacer amigos nuevos, especialmente si no puedes mantener un promedio de 9 o más—respondió con frialdad.

Samantha parpadeó, sorprendida por su rudeza. Antes de que pudiera responder, Alana, una compañera de clase, se acercó y le susurró a Samantha:

—No le hagas caso a él, es malo. Siempre trata así a todos.

Samantha bajó la mirada, sintiéndose incómoda, mientras Félix volvía su atención a sus libros, ignorando a ambas niñas como si no existieran.

La profesora de matemáticas distribuyó los exámenes entre los alumnos, y Félix sonrió para sí mismo. El examen le parecía ridículamente fácil. Se acomodó en su silla y comenzó a resolver los problemas con rapidez y seguridad, seguro de que, como siempre, sería el primero en entregar.

A mitad del examen, cuando el apenas había resuelto unas pocas preguntas, escuchó un movimiento a su lado. Levantó la vista justo a tiempo para ver a Samantha levantarse de su asiento con su examen completado en la mano. Caminó con confianza hacia el escritorio de la profesora y entregó su hoja, con una sonrisa tranquila en el rostro.

Félix sintió una punzada de frustración. No podía creer que alguien le hubiera ganado. Apretó el lápiz con fuerza y se apresuró a terminar su examen. Cuando finalmente entregó su examen, no pudo evitar lanzar una mirada de enojo a Samantha, que ya estaba de regreso en su asiento, dibujando tranquilamente en su cuaderno.

Para Félix, ser el segundo no era una opción aceptable, y la rabia crecía en su interior mientras la clase continuaba.

Mientras los demás niños seguían concentrados en sus exámenes, la profesora aprovechó para revisar los exámenes ya entregados.

Cuando terminó, la profesora llamó a Félix y a Samantha al frente de la clase. Los demás niños levantaron la vista de sus exámenes, curiosos.

—Félix, Samantha, sus exámenes han sido revisados.

Félix observó su examen y un 9,7 se encontraba en la esquina del papel, se sintió decepcionado por no haber obtenido un 10 como siempre.

—Oh, saque 10—dijo Samantha encogiéndose de hombros.

Félix sintió que se le helaba la sangre. Nunca antes había recibido menos de un 10 en matemáticas, y menos aún había sido superado por alguien nuevo. Miró a Samantha, sorprendido y un poco resentido.

↳ one shots ༉‧₊ ❝[Riverduccion] ❞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora