Capítulo veinticuatro

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—Es extraño, ¿sabes? Es como si estuvieran engañándome, pero no es así. No somos nada, y no entiendo por qué siento esta molestia.

Busco la mirada del omega rubio a su lado, esperando encontrar en sus ojos azules la comprensión de lo que quiso expresar.

Sin embargo, Pip solo lo observaba con un aire de atención ante lo que tenía para decir y, al mismo tiempo, un atisbo de hastío. Era como si lo que Tweek iba a decir ya le hubiera sido repetido en varias ocasiones.

—No me mires así—dijo Tweek incómodo.— No me siento bien con esto. Tengo ganas de gritarle y reclamarle, pero sé que no debo porque...

—Tweek.

—Y además, él no me ha dado razones para que...

—¡Tweek!—lo interrumpió elevando la voz. Tweek no hizo más que obedecer y callarse; no era una faceta fácil de ver en ese omega.

Pip era uno de aquellos que raramente se enfadaban, incluso en las peores circunstancias. Tweek lo sabía por experiencia. Por que una vez, cuando se había escabullido temprano de las clases prenatales con la intención de verlo, lo encontró siendo objeto de intimidación verbal por parte de otro omega en la sala de espera. El rubio simplemente permitió que lo agredieran, manteniendo una sonrisa tranquila.

En ocasiones, le preocupaba ese comportamiento tan sumiso.

—Tweek, dejate de tonterias. Esto se puede resolver fácilmente.

—Pero es que...

—Es que nada, estas cercas de cumplir casi treinta años, no eres un niño de secundaria. Amarrate esos pantalones y ve a decirle que te gusta—lo interrumpió con fastidio.

—¿¡Decirle que me gusta!?—reclamó atónito.

Definitivamente, estaba confundiendo las cosas. Pip no debía estar prestando tanta atención a todo lo que decía.

¿Pero llegar a una conclusión tan absurda? Era imposible.

—¿¡Cómo podría gustarme alguien que apenas conozco!??

Era un factor importante a considerar. Todo lo que sabía de Craig no era directamente de él, solo eran suposiciones que había formado en su mente a partir de las escasas migajas de información que Clyde le proporcionaba y de lo que notaba en su día a día.

—Tweek, ya le viste el pene. No sé qué más necesitas para darte cuenta de lo que sientes por ese alfa.

—¡Gah!—exclamó ocultando su rostro entre sus manos, sintiendo vergüenza por las palabras de Pip.

—Llevas meses viviendo con él y apenas ahora notas esos detalles—suspiró agotado.—Además, no sé por qué te preocupas tanto. Ese chico te mencionó que era su antiguo amor, y Craig te aseguró que no estaba en una relación cuando te llevo a vivir con él. ¿No ves esa conexión? Esa omega es cosa del pasado.

Apartó las manos de su cara y exhaló con frustración.

¿Gustarle Craig? No lo sentía de esa manera. Desde el principio, le pareció que el alfa era sumamente atractivo, pero ¿gustar? Al menos no de una forma romántica... No, eso sonaba demasiado distante. Aunque admitía que disfrutaba de su compañía y estar en sus brazos. Pero eso no debería significar nada, tal vez eran solo sus instintos en busqueda de protección debido a su embarazo.

Además, Craig seguía siendo distante en cuanto a corresponder el afecto que Tweek le mostraba. De llegar a gustarle en serio sería una situación lamentable.

Pero resulta ridículo enojarse solo por enterarse de la existencia de una de sus exnovias.

—Cosa del pasado...—repitió en voz baja, absorto en sus pensamientos.

Operación: Ser madre...¿¡Y esposa!? [Creek]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora