HASTA QUE LA ENCONTRE

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22/04/23 (Narra Pablo Gavi)

Como Angie había dicho, sacaría su licencia de conducir hoy. En dos semanas esta mujer hermosa se había dedicado a aprender a conducir, me estaba dejando atrás. Habíamos hecho los respectivos papeles para poder obtener su auto, todo se lo entregarían hoy. 

—Pablo, estoy demasiado nervioso— me dijo tomando mi mano.

—Cálmate, tulipán— bese su mano— lo harás de maravilla.

—¡Angie Martinez!— dijo la persona que tomaría su última prueba.

—Suerte, amor— le di un ultimo beso antes de verla irse.

Con el pasar del tiempo no regresaba, me preocupaba eso o ¿será que así son los exámenes de conducir? dentro de poco tengo que sacar el mío para poder saber que se siente. Al ver que un auto se acercaba me levante y fui a recibirla, vi que en su rostro había una expresión de preocupación.

—¿Sucedió algo?— dije mientras la vi acercarse a mi—¿ Estas bien?

—Pensé que me saldría bien— me abrazo—¡ pero me salió mucho mejor de lo que pensé!— levanto la mira y me dio una enorme sonrisa.

—Me preocupas— dije separándola de mi.

—Ay, pero ven y dame un abrazo— trato de volverme a abrazar, lo impedí — ¿No me lo darás?— se cruzo de brazos, yo la imite—bueno vámonos entonces— comenzó a caminar.

—Es broma, amor— fui detrás de ella y la abrace— me siento muy orgulloso de ti— le di un beso en la mejilla.

Así fue como nos fuimos a que le entregaran su licencia de conducir y a recoger el auto.

Cuando por fin teníamos su auto, me daban tantas ganas de experimentar tantas cosas con ella, como un viaje u otra cosa que ella y yo sabíamos muy bien. 

—Serás el primero en entrar— dijo abriéndome la puerta.

—Y el único— la mire antes de ingresar— por favor no me mates.

—¡Ay basta!— fue a su asiento.

Se coloco el cinturón, yo hice lo mismo.

—¿Próximo destino?— me miro con una sonrisa. 

—Tu cama— dije mirándola de una forma coqueta.

Me sonrió— para allá vamos— comenzó a sonreír.

Llegamos a un semáforo.

—¿Sabes lo que siempre he querido hacer en mi propio auto?— me dijo sonriendo, no dejaba de sonreír.

—¿Tener sexo conmigo?— le sonreí

—No, calenturiento—comenzó a reír—siempre quise esto— coloco música.

EL DESTINO NOS VOLVIO A JUNTAR | pablo gaviDonde viven las historias. Descúbrelo ahora