FINGIR

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13/05/23
En estos momentos mi mente no estaba soportando, los mensajes persistiendo y yo, bueno yo solo los ignoraba. Constantemente me ordenaba que terminara con Pablo. Debía tomar medidas extremas, ¿pero como?, ¿y si no me creían? ¿Si no atrapan a quien es el responsable? Tantas dudas entraban en mi mente que ya no sabía que hacer.

Estaba sentada en mi silla colgante, solo miraba a la nada.

—Angie, ¿me estás escuchando?— Melina se acerca a mi— ¿Hola?

Reacción— Dime, ¿Qué paso?

—¿Dónde tienes la cabeza?— se sentó en mi cama— te he visto rara estos días.

—¿Cómo así?— si sabia a que se refería.

—Así, mirando a la nada y siempre atenta— miro mi habitación— ¿Qué está pasando? ¿Es por los mensajes?

Comencé a contarle todo a Melina, sabia muy bien que ella me ayudaría a salir adelante y ver una forma de que todo esto acabe. 

—Angie, tienes que presentar una denuncia— fue lo primero que dijo a penas terminar de contarle.

—Y ¿qué diré? No me piden ningún tipo de dinero, solo que deje a Pablo.

—Eso— se acerca a mi— eso que están haciendo es acoso.

Melina tenía razón, tenía que poner la respectiva denuncia.

—Entonces...— mire mis manos— ¿debo ir hoy?

—Claro, mientras más pronto sea volveré a ver a mi Angie feliz— me abrazo— te quiero demasiado y no me gusta verte así.

—Yo también te quiero Melina, muchas gracias.

Hicimos lo de siempre en las mañanas, tomamos desayuno y nos alistamos para ir a poner la denuncia. Tenia mucho miedo, miedo a que sucediera algo de lo que me arrepentiría, pero ¿Qué debía hacer?, esta es la única forma en la que estaría segura y podría estar en paz.

—Recuerda que estará acá en todo momento— Melina tomo mi mano— sabes que puedo entrar contigo.

—Lo sé Melina, pero siento que es algo que debo hacer sola— le di un abrazo— se que todo estará bien.

Baje del auto, estaba en la entrada de la estación de policía hasta que me llegó un mensaje.

Desconocido 📩

—¿Qué crees que haces?

Foto🔂

—Te estoy observando hermosa.

Ver esos mensajes hicieron que el miedo se apoderara de mi. Al levantar la mirada vi a un policía saliendo.

—Señorita Angie, ¿Qué sorpresa verla por acá? —me disgustó.

—Buenos días— sonreí— por favor pido que no haga ningún gesto de asombro, solo sonría— seguía sonriendo— vengo a hacer una denuncia.

—Por supuesto— hizo lo que le pedí, sonreía— por favor pase.

Ingresamos y fuimos a una sala especial, un poco metida.

—Ahora si puede dejar de fingir señorita Angie— se sentó en su mesa, me indica donde sentárseme— dígame que es lo que sucede.

Le comencé a contar todo exactamente como había sucedido.

—Su caso es algo raro y complicado. Puede ser acoso pero no sabemos quién es, por otro lado podría considerarse extorsión, pero lo único que le piden es que deje a su novio. ¿Tiene alguna sospecha?

EL DESTINO NOS VOLVIO A JUNTAR | pablo gaviDonde viven las historias. Descúbrelo ahora