play pretend [kooktae]

37

A la mañana siguiente, Taehyung siente una especie de deja vu.

Seokjin está en su habitación terminando de hacer las maletas, mientras que él está acabando de vestirse. En menos de una hora, tienen que marcharse hacia el aeropuerto para que Seokjin pueda coger su vuelo. Todo es como si, de repente, Taehyung hubiese vuelto a despertarse en el día en que Seokjin se marchó por primera vez. Se siente igual de perdido que entonces. Y está igual de solo que entonces. De cierta forma, es como si el tiempo no hubiese pasado. Todo es distinto y, a la vez, nada ha cambiado.

Está ordenando su escritorio para mantenerse ocupado hasta la hora de marcharse. Si algo no ha cambiado, es que sigue odiando las despedidas. Ojalá pudiese prescindir de ellas para siempre. Ojalá las personas nunca se marchasen de su vida, y así jamás tendría que pasar por el mal trago de decir adiós.

Entre un montón de papeles de clase que no ha tenido tiempo a ordenar con el ajetreo de los últimos días y paquetes de lentillas que ya no usa porque se ha pasado días en casa llorando; encuentra un cuaderno. Ese que lo empezó todo. Ni siquiera sabe por qué está en su escritorio. Taehyung no ha vuelto a abrirlo desde el día en que Woobin lo encontró. No ha tenido el valor. Ahora, meses después, es como si jamás hubiese existido. Es lo que se ha dedicado a fingir desde entonces. Taehyung siente como si esas palabras que escribió de su puño y letra no fuesen suyas en absoluto. Como si alguien más las hubiese escrito en su nombre.Todo le resulta tan lejano ahora, que se siente como si estuviese invadiendo la privacidad de alguien más si lo abre. Como si jamás le hubiese pertenecido.

Pasa la mano por la tapa frontal del cuaderno y suspira ¿Cómo es posible que algo tan pequeño haya podido causarle tantos problemas? Quizás, debería deshacerse de él. Pero, de alguna forma, hay algo en su pecho que le implora que no lo haga. Que los errores también son algo para conservar. Que, para ser quienes somos, no debemos olvidarnos nunca de quienes fuimos.

"¿Qué es eso?" pregunta Seokjin desde la puerta. Tiene los brazos cruzados, y reposa la cabeza contra el marco de la puerta. Sus vaqueros y sudadera son el atuendo perfecto para tres horas de vuelo.

Taehyung se aclara la garganta, ligeramente sobresaltado. Estaba tan perdido en sus pensamientos que no se había dado cuenta de que estaba allí "Es la razón por la que Woobin descubrió que me gustaba." dice, y reprime el impulso de esconderla en algún cajón y fingir que nunca la ha visto. Seokjin y él ya no tienen secretos. No tiene por qué hacerlo. Puede dejarla sobre el escritorio, y no pasa absolutamente nada. No es más que un cuaderno.

Seokjin asiente con la cabeza pensativo, y se sienta en la cama tras él. Taehyung se gira para tenerlo de frente, apoyándose en el escritorio. Es la última vez en meses que Seokjin va a estar en su habitación. Taehyung ya había vuelto a acostumbrarse a su presencia.

"Ya veo..." murmura Seokjin, y Taehyung se pregunta qué será lo que está pensando. Tiene el ceño fruncido de esa forma que le indica que está tramando algo "¿No tienes una para Jungkook?" pregunta, como si fuese lo más normal del mundo. Como si a Taehyung no fuesen a explotarle las mejillas por la vergüenza ya que, efectivamente, tiene un cuaderno para Jungkook también.

Empezó a escribir para él la primera vez que asistió a uno de sus partidos. Ese día, mientras Jungkook lo besaba en medio de la cancha, se prometió que lo recordaría todo para siempre. Que encontraría la forma de preservar todas las cosas que había vivido a su lado.

Al principio, era solo una especie de recopilatorio acerca de todos los detalles de su falsa relación. Cómo comenzó todo, lo que sentía al estar saliendo con el chico más popular del instituto, los amigos de Jungkook, la fiesta, la pelea, lo dulce que era con sus hermanos.... Algo con lo que asegurarse de que jamás olvidaría nada de lo que Jungkook le hizo sentir durante los meses en los que duró su mentira.