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Jungkook es, objetivamente, alguien horrorosamente atractivo.

Es deportista, guapo, carismático, amable y sensible. Tiene una sonrisa perfecta, unos ojos grandes y expresivos, una mandíbula filosa y unos labios carnosos. Además, es alto, fuerte y con un pelo suave y brillante. Simplemente, es la viva definición de "agradable a la vista". Taehyung lo ha sabido desde siempre, desde mucho antes de conocerlo de verdad. Nunca nadie ha sido capaz de poder negarlo de forma argumentada. Que se haya pasado toda la vida enamorado del mismo tío no significa que no tenga ojos en la cara.

Sobre todo, porque cuando tenían quince años, Jimin lo obligó a puntuar a todos los chicos del curso en un intento completamente inutill de que se olvidase de Woobin. Físicamente, Jungkook era sin dudarlo un diez. Incluso su hermana de siete años, que no se deja engatusar por absolutamente nadie, ha caído rendida a sus pies.

Taehyung, por su parte, aunque lleva muchos años siendo consciente de que Jungkook es un puto príncipe azul; jamás había lo había visto tan claro como ahora.Y es que, con la equipación de voleibol puesta, la respiración acelerada y una mueca de concentración en el rostro, no hay una sola persona en todo el pabellón que no esté pendiente de él. Taehyung, desde luego, lo está. Vaya que sí lo está.

En este instante, Jungkook es el delantero centro; y cada vez que da un salto para bloquear el pase del equipo contrario todo el mundo aguanta la respiración.

"No entiendo nada de voleibol, pero Jungkook está buenísimo." susurra Jimin en su oído. Taehyung asiente tontamente, todavía sin despegar los ojos de la cacha. Jimin no podría tener más razón.

"¿Qué tienen que hacer para ganar?" pregunta Taehyung tontamente.

Quizás debería de haber repasado las reglas del voleibol antes de venir. Esforzarse un poco más en que parezca que se trata de algo que le interesa. Aunque, la mayoría de gente a su alrededor tampoco parece tener ni la menor idea acerca del reglamento. Un par de filas detrás de ellos, hay un par de chicas que llevan todo el partido babeando por el jugador número tres. Taehyung no es capaz siquiera de recordar su nombre.

"El otro equipo ha ganado dos sets, y el nuestro otros dos. El que gane este último es el vencedor. Para eso, tienen que anotar veinticinco puntos, con una diferencia de dos con respecto al equipo contrario." explica Namjoon, y suena como si estuviese recitando el manual de instrucciones de una tostadora. Taehyung se pregunta si así es como suena él cuando imparte clases a Jungkook. De ser el caso, lo cierto es que se compadece de él.

"Vale..." murmura Jimin a su lado, asistiendo con la cabeza "¿Y cómo van?" pregunta, ladeando con la cabeza en señal de confusión.

Yoongi, sin despegar la vista de la cancha, murmura "Veintiuno contra veintidós. Es el tramo final. Ahora es cuando le toca a Jungkook lucirse."

Y. efectivamente, tal y como Yoongi lo predice, Jungkook se posiciona en su sitio y les regala un buen espectáculo. Anota dos puntos más de forma casi simultánea, todo el estadio contiene la respiración cuando el otro equipo tiene su turno de realizar el saque.

Taehyung siente que el corazón le va a mil. Hyunsoo, desde su sitio, le pregunta a Hoseok qué están haciendo, y este le hace un pequeño resumen de las reglas básicas de voleibol mientras que se mantiene con la mirada fija en el balón.

Yoojin, que parece haber entendido a la perfección la explicación de Namjoon, se mantiene en silencio desde su sitio, con los ojos puestos en Jungkook. Es una completa adulta atrapada en el cuerpo de una niña.

Lo cierto es que Taehyung nunca antes había venido a uno de los partidos del equipo, pero a partir de ahora vendrá a todos los que pueda. Ni siquiera por el hecho de que Jungkook se lo pida, ni porque así lo hayan acordado. Simplemente se trata de que, estando ahora en las gradas, con el corazón a mil y sintiendo la adrenalina correr por las venas; entiende por qué Jungkook ama tanto el voleibol. Puede imaginarse lo que siente ahora mismo. Entiende que para él el sacrificio de entrenar durante tantas horas no es nada comparado con la satisfacción de jugar, el cariño del público y la euforia de la victoria.

play pretend [kooktae]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora