play pretend [kooktae]

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La primera vez que Jungkook vuelve poner un pie en casa de los Kim desde que Taehyung y él se reconcilian es un viernes por la tarde.

Han pasado dos semanas desde el inicio de las clases. Han estado viéndose en su casa, y también por la ciudad. Jungkook ha usado como excusa el hecho de que todavía no tienen mucho trabajo del instituto, y que deben aprovechar para poder hacer planes fuera de casa.

Quizás, una parte de él había estado evitando este momento debido a la incertidumbre de si los padres de Taehyung (especialmente el Señor Kim, que es quien pasa más tiempo en casa) mantendrían algún tipo de resentimiento hacia él. Por más que Taehyung se lo haya negado rotundamente, Jungkook es de los que necesitan ver las cosas con sus propios ojos para acabar de creérselas. Pero verlo con sus propios ojos significa enfrentarse a ello, y le han hecho falta estas dos semanas para prepararse mentalmente.

Si se siente ligeramente aliviado de que el Señor Kim no esté en casa cuando él llega, no se atreve a decirlo en alto. Puede que solo necesite un rato en compañía de su novio para relajarse. Hoy es el día, lo tiene claro. No piensa salir huyendo. Pero, si antes de ver al Señor Kim tiene un rato para calmar sus nervios, no piensa desperdiciarlo.

Parece ser que hay más gente en la casa de la que él pensaba, y que todos están dispuestos a contribuir a su relajación. Sus mini cuñados aparecen correteando por el salón casi al instante de que Jungkook ponga un pie en la estancia.

A veces, Jungkook se pregunta si tendrán algún tipo de sexto sentido para saber cuándo es el momento justo para interrumpir. De todas formas, viendo lo entusiasmados que parecen ambos de verlo, no consigue que su compañía le irrite. Adora a esos bichejos por muy inoportunos que sean.

Taehyung suelta un suspiro derrotado por no ser capaz de pasar ni cinco minutos a solas con Jungkook, pero hay una sonrisa formándose en sus labios. Sea como sea, en un rato tanto Hyunsoo como Yoojin acabarán distrayéndose y se marcharán de nuevo a la planta de arriba para seguir con los que fuese que estuvieran haciendo antes de que Jungkook entrase por la puerta. Puede permitirles un rato en su compañía. Ellos no tienen la culpa de que Jungkook sea irresistiblemente encantador.

Resulta que, desde esa vez en que Yoojin le pintó las uñas hace unas semanas, Jungkook se ha aficionado a lucir todo tipo de colores en ellas. Pero lo cierto es que sigue prefiriendo que sea Yoojin quien se encargue de pintárselas. Tiene mucha más precisión que él. Cuando se las pinta solo, acaba con un montón de pintauñas también en los dedos. Además, los colores que tiene su madre por casa no son para nada su estilo. Yoojin, en cambio, tiene una caja enorme llena de ellos, y Jungkook ya ha visto al menos cuatro colores que le gustaría probar.

Taehyung no se queja cuando su salón se convierte en un centro de manicura. Yoojin siempre ha sido una gran fan de la estética. Mamá tiene que guardar su maquillaje en una balda lo suficientemente alta como para que la niña no pueda acceder a él para así evitar accidentes. Con los pintauñas al menos tiene vía libre, y ahora dispone también de un cliente fijo.

Quizás, le resulta de lo más atractivo ver a Jungkook con las uñas pintadas. Quizás, sus manos grandes se vuelven más sutiles, pero a la vez siguen conservando ese toque masculino. Quizás, Taehyung tiene que acabar apartando la vista con las mejillas coloradas.

Dios, si esto es lo que consigue causar el simple hecho de mirarle las manos, no quiere imaginar cómo será cuando vea a Jungkook sin camiseta. Dios, ¿por qué está pensando en Jungkook sin camiseta? ¿Qué es lo que le sucede últimamente?

Desde ese día en que Jungkook lo besó sobre la mesa del comedor de su casa, no ha parado de pensar en ese tipo de cosas. No ha sido capaz de deshacerse de ese cosquilleo que le provocó en el estómago el sentir sus manos sobre sus muslos. En su cuello. Sus labios contra los suyos de forma tan hambrienta y desesperada.