Horas después de aquel extraño (pero exitoso) encuentro con Bokuto, Akaashi se preparaba para su siguiente misión.
- Tenemos… al suplente. - Escribía en una libreta de notas. - Pero… no sabe actuar.
Akaashi se quedó pensativo por un momento.
¿Sería conveniente enseñarle a Bokuto sobre la actuación, de la misma manera que Konoha había aprendido?Se trataba de un trabajo relativamente sencillo, pero que dependería de la manera en que Bokuto lo recibiera.
Decidido, Keiji sacó el guion sobrante que había tomado en el auditorio, y sin distracciones, comenzó a tomar nota de los puntos importantes para su propósito.
Después del lapso de una hora y quizás 20 minutos, el chico tenía listo su material de trabajo. Tal y como un maestro haría con un alumno que necesita un poco más de apoyo.
- ¿Será una buena idea?
Darle demasiadas vueltas al asunto no resolvería nada, así que Akaashi dejó el tema por la paz, sacó su móvil y mandó un mensaje de texto a Yukie.
Trato cumplido.
No me digas que… ¿Ya lo tienes?
Si, mañana lo llevaré al ensayo, ¿está bien?
¿Nombre? ¿Arte?
Lo sabrás mañana. Adiós.
(╥﹏╥)
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.- ¡No me digas eso! - Sollozaba Bokuto con una almohada entre los brazos. - ¡Dios, no!
- Así es, Bokuto-san. - Le respondió Akaashi, quien se encontraba leyendo el guion a Bokuto como si de un cuento se tratase. - Su vida era solitaria, sin un propósito, sin una pasión.
El llanto de Bokuto era lo único que resonaba a lo largo del auditorio, y parecía que jamás iba a tener fin a perspectiva de Konoha, Komi y Yukie.
- ¿De verdad era necesario darle mi almohada de práctica? - Susurró Akinori a Kaori, quién venía llegando con algunos pañuelos para Bokuto. - ¡La... La está ensuciando!
- Akaashi lo consideró necesario. - Sonrió la chica. – Y parece que le está funcionando…
A fin de cuentas, la técnica de Keiji tenía como objetivo que Bokuto fuera capaz de sentir las emociones en la historia y no simplemente las palabras.
Cada tragedia, cada momento alegre y triste, debían ser comprendidos a la perfección para poder interpretarlos. Los narraba como si fuese una biografía del otro, como si hubiera perdido la memoria y alguien tuviese que recordarle cómo es que fue su vida.
La primera vez que lo hizo, fue en primer año, con Konoha. Este último solo acostumbraba a leer los guiones y a mover las manos como un pájaro aleteando, a tal punto, que ni siquiera el profesor parecía tener un avance reconocible con él.
Akaashi se encargó del asunto. Y ese día, Akinori salió llorando con el blazer de Keiji entre sus brazos, pero para sorpresa de todos, incluido su profesor, las prácticas mejoraron notablemente. Konoha verdadera y casi milagrosamente, reconocía un poco más el valor dentro de la historia, y su vida dentro de esta.
- Pero entonces… - Akaashi hizo una pausa para recibir los pañuelos que Kaori le extendió. - Se encontró conmigo, Bokuto-san.
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Mi gran amor está en el cielo. | (Bokuaka)
Storie d'amoreLas historias que comienzan en primavera siempre terminan en invierno. [ 441 / 441 ]