Te amo, Keiji.

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20 de diciembre.

- ¿De verdad estás bien con esto, Koutaro - san? - Murmuró la directora con un semblante nostálgico en el rostro, a minutos de dar por concluido el majestuoso festival de invierno de Fukurodani. - Todos sabemos lo difícil que esto es.

El gran día en donde la academia realmente brilla como debería, donde todas las artes se vuelven una misma, y donde Akaashi siempre había estado compartiendo su mejor sonrisa.

Aquel año el invierno era más frío. Aquel año el invierno realmente helaba hasta los huesos.

Y por eso mismo, después de la presentación y de las exposiciones de cada arte reunida con amigos de Keiji, en homenaje al trabajo que el chico siempre había hecho para la escuela, un discurso había sido preparado por nadie más que Bokuto Koutaro, en una elección unánime de todos aquellos queridos por ese par de jóvenes.

- Nada de eso importa si es por él. - Respondió amablemente, poniéndose de pie dentro de aquel auditorio en el que 6 meses antes tantas personas habían aplaudido su espléndida obra.

Nadie habría podido predecir que la siguiente vez que Bokuto pisara aquel escenario, sería bajo estas condiciones.

Tooru, quien se encontraba en los primeros asientos junto Akinori e Iwaizumi, no pudo evitar recordar aquellas primeras impresiones que ambos habían tenido del otro.

Y pensar...que ahora él es quien está aquí en tu lugar, Kei.

- Te acepto. - Susurró Oikawa para sí mismo con una irónica sonrisa llena de nostalgia.- Realmente eres bueno para él, ¿no es así?

Konoha alcanzó a escucharlo por lo bajo, regalándole un leve golpe en el brazo.

- No seas tonto. - Replicó triste. -Dile eso cuando vuelva con nosotros.

Aunque ese maldito día no llegue nunca jamás. Pensaron ambos queriendo evitarlo..

Koutaro subió los escalones hasta llegar a ese piso de madera que su Akaashi parecía adorar tanto, dejando el alma incrustada en él.

- Buena suerte, Bokuto - san. - Le deseó Kita desde su lugar. Aquel chico con el corazón más puro que siempre tenía una palabra de aliento para el pelinegro. - Porque no hay otra persona que él quisiera escuchar ahora mismo.

"Espérame,
Espérame cuando nadie me espera,
Regálame las flores que prefieras...
Que igual, las voy a aceptar,

No dudes
Que siento tu presencia estando lejos
Parece extraño, pero yo te tengo
Aquí...muy adentro.

Y no importa cuando sale el sol
Porque tu...cambiaste mi universo
Despiertas esa calma
Que no sabía que un día llegaría.

Es que tu...
Transformas lo que veo
Llegaste a mi vida
¿Por qué será?..."

- Porque los amores que comienzan en primavera. - Comenzó a relatar Bokuto, con la sonrisa más cálida que todos sus espectadores sabían que podría tener por Akaashi. - Me dijiste que siempre terminan en invierno. Pero mi querido Akaashi Keiji, mi ángel de ojos esmeraldas y voz de los cielos, mi querido chico capaz de dar luz al mundo entero, mi Keiji, el invierno ha llegado y yo sigo dispuesto a caminar contigo hasta que terminen de pasar los años.

En la salud y en la enfermedad,
En la adversidad y en la prosperidad.

- Yo... sabes que nunca he sido bueno con las palabras, y de alguna manera tú eres un poeta. - Su voz era firme, fuerte, y tan serena como la de Akaashi solía serlo, única y con la magia de brindar calma a las personas, sin importar quien fuera. - Yo nunca había sido bueno para vivir, y me doy cuenta de que tú me enseñaste a vivir una vida con las ganas de hacerlo de verdad.

Con la certeza de decir que no era el único que pensaba de esa manera.

- A tu lado están tantas personas, Akaashi, y todas ellas tienen a su lado las mejores historias que han compartido desde que llegaste aquí. Ninguna tiene un super poder y, aun así, te aseguro que todos son capaces de ver a través de tu corazón y encontrar que está lleno de cariño y amor. - Un alma noble, un interior puro. - Aunque tu siempre pensaste que no merecías sentir ese cariño y tocar ese amor.

Aunque la angustia y las preocupaciones fueran las emociones que este mundo podría darle a un chico caído del cielo y hecho para el cielo, pensaba Bokuto para sí mismo.

- Eres un ángel que me concedió el honor de encontrar su cielo justo conmigo, y yo solo era un fantasma rogándole un milagro a dios. - Y por todas las sonrisas que pude tener por ti, junto con todas las estrellas que pude observar por ti. - Ahora simplemente no sé si tu fuiste el milagro o si fuiste el dios.

Y porque los amores que comienzan en primavera siempre terminan en invierno, y porque el amor y el dolor, dijiste que jamás podrían estar juntos de nuevo, y porque si tú el sol yo la luna, si tú el día yo la noche, si tú las nubes yo las estrellas, y... - Aquel cuento que le acababa y a la vez le iluminaba la vida a Keiji, viviría por siempre en el futuro y en el pasado de donde su amor dejara marcha. - En realidad no me importa nada de eso, Akaashi.

En realidad, nada importa mientras tu corazón sea mío y mi corazón se mantenga siendo tuyo.

Hasta la eternidad, cruzando galaxias, escalando montañas, navegando mares, y volando cielos.

Porque yo aun tengo que poner esas nubes y estrellas a tus pies. - ¿Aún estas ahí? - Así que, para el chico que me dio sus alas, este es el verdadero lugar en donde está mi amor.

Si, estás ahí.

- Y esta es la parte de la historia en la que yo prometo amarte hasta que la eternidad nos separe.

Todas las personas en el auditorio se pusieron de pie para aplaudir al joven, algunos con lágrimas en el rostro, otros cerrando los ojos para tratar de evocar a su gran amigo, aunque sea un instante.

Y solo él teniéndolo frente a sus ojos.

- Te amo. - Le dijo a su hermoso ángel, con la mirada llena de las palabras que nunca pudo decirle, pero Bokuto si pudo escuchar. - Gracias por amarme también.

Y así como el festival estaba llegando a su fin, la historia de ambos también lo estaba haciendo.

Mi gran amor está en el cielo. | (Bokuaka)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora