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N/A:
tuki

SeulGi

ㅡ ¿Y bien? Espero respuestas. ¿A qué se debe ese tipo de trato con una paciente? Dónde quedó la empatía que prometemos? ㅡ Ordené elevando ambas cejas, las mujeres agacharon la cabeza y otras desviaron la mirada. ㅡ Eso pensé. Quiero que pasen por recursos humanos en cuanto acabe su turno y ni se molesten en volver mañana, están despedidas. ㅡ ¿Creen que nuestros pacientes deben recibir ese tipo de tratos? No es a lo que inspira este hospital, no es la imagen que queremos dar.

ㅡ Fue ella la que vino hasta aquí y no puede pagar lo básico, estábamos haciendo nuestro trabajo, señora. ㅡ Murmuró una de ellas en lo bajo, sus compañeras reprimieron una risa al respecto. Eso fue la gota que rebalsó el vaso y empezaba a perder la poca paciencia que tenía. ㅡ Se supone que es un clínica privada, ¿verdad?

 ㅡ Esto es inútil. No pueden justificar sus malos tratos de esa forma. ㅡ Me quejé pasando una mano por mi rostro. ㅡ Si tuvieran un mínimo conocimiento respecto a las políticas del hospital sabrían que estamos obligados a atender a cualquier persona que pise este edificio y buscamos la forma de ayudar al otro.

ㅡ No es necesario, digo- ellas tienen razón. Estaban haciendo su trabajo nada más. ㅡ Interfirió la mujer a mi lado. En cuanto volteó hacia mí, sonreí de forma inconsciente. Podría confirmar en este instante que era la mujer más bonita que mis ojos habían visto. ㅡ Yo pagaré los servicios, no se preocupe. No tiene que despedirlas. Ellas hacían su trabajo. No se desquite con ellas.

ㅡ No, no se queda así. La decisión está tomada. No quiero este tipo de imprudencias en mi hospital. ㅡ Afirmé con seguridad. Cuando hablaba, lo hacía en serio y ya no había vuelta atrás. ㅡ Respecto al dinero y los servicios, está todo cubierto.

ㅡ Yo encontraré la forma de pagar cada centavo, no me gusta deberle dinero a la gente.  ㅡ Insistía y yo negué analizando su rostro con la sonrisa más estúpida que encontré. Definitivamente esto no estaba en mis planes. 

ㅡ Señora Bae. ㅡ Gritó SeungWan, una amiga mía que acaba de mudarse a la ciudad desde Canadá. Habíamos estado juntas en la universidad, pero tuve que adelantarme y terminar la carrera unos años antes. El grito rompió nuestra burbuja. ㅡ YeRim ha despertado y ha preguntado por usted, ¿podría acompañarme?

La mujer frente a mí me sonrió y fue directo hacia la zona de internaciones, dejándome en medio de la recepción, estaba sin aire y quizá levemente sonrojada.  Creía conocerla de algún lado, no lo sé. Su rostro era familiar. Rasqué mi frente confundida.

"Señora" Repetí. Posiblemente esté casada. Era de esperarse, nadie se atrevería a dejar sola a una mujer tan bella como ella. Suspiré y di una última mirada hacia mis antiguas empleadas.

ㅡ Hablaba en serio cuando mencioné su despido. Hablaré con recursos humanos. ㅡ Ellas asintieron, noté que estaban avergonzadas. Me retiré sin más, colocando mis manos en los bolsillos de mi bata blanca. 

Tomé camino por el largo pasillo y echando el ojo a cada una de las habitaciones con la esperanza de verla de nuevo hasta que choqué con alguien.

ㅡ ¿SeulGi? ¿Qué haces aquí? Iba directo a tu oficina. ㅡ Yo ignoré por completo su aparición y vi sobre su cabeza, estaba espiando la puerta detrás de ella. ㅡ ¿Buscabas algo?

ㅡ No, nada. Todo bien. Quería... Ver... Quería ver como iba todo por aquí, sí. Las renovaciones y... ㅡ Vacilé un poco y no me creyó, tenía esa típica mirada que me juzgaba y que sabía que era muy mala mintiendo. ㅡ Me atrapaste.

𝐇𝐄𝐋𝐏𝐈𝐍𝐆 𝐌𝐎𝐌Donde viven las historias. Descúbrelo ahora