POV BECKY
Le di a la tecla de ignorar a la que era la vigésima llamada de teléfono de la señora Chankimha ese día y en su
lugar le envié un bonito mensaje:
Para cualquier cosa que necesites (siempre que no sea ESO), envíame un correo.No podía creer que me hubiera pedido matrimonio, y debería haber sabido que ocurría algo cuando Brenton me envió un mensaje sobre mi talla de anillo la noche anterior.
Pero es que nunca se me habría ocurrido eso.
Abrí mi portátil y entré en nuestro portal de contratos pendientes. Quería ver cuál de ellos podría merecer el suplicio de pasar un mes entero mintiendo.Tardé todo un minuto en encontrarlo.
«Acuerdo Watson por valor de cinco mil millones de dólares con una directora general de familia…».
Cerré los ojos y suspiré. Habíamos trabajado juntas en los entresijos de dicho acuerdo justo antes de que se marchara el anterior director financiero, y estaba claro que sin ese trato y lo que él conllevaba, otros fallarían en los próximos años.
De todas formas, tiene que haber una alternativa mejor que conseguir una prometida falsa para
cerrarlo…—¿Savannah? —Pulsé la tecla del interfono unas horas después.
—¿Sí, señorita Armstrong?
—¿Podría hacer una copia de los archivos de Watson y traerlos?
—Sin problema. En cinco minutos se los llevo.Terminé la llamada y envié un correo a nuestro departamento de investigación. Mientras organizaba
mis notas, Savannah entró en mi despacho con una taza de café.
—Aquí tiene, señorita Armstrong —dijo, colocándola sobre mi mesa
—. ¿Necesita algo más? ¿Café?
—Eso no es una copia de los archivos de Watson, Savannah.
—Lo sé. —Bajó la voz—. La señora Chankimha me ha dicho que lo único que tenía permitido traerle hoy era café.
—¿Perdone?
—Ha dejado muy claro que me despediría si no cumplía sus órdenes. ¿Quiere más café?
—No, gracias. —Esperé a que saliera de mi despacho y llamé a Vinnie.
—A su servicio, señorita Armstrong.
—Vinnie, ¿por casualidad está usted en el garaje?
—Sí, lo estoy.
—Genial. Me he dejado el maletín y una caja de documentos en el asiento trasero del coche esta mañana. ¿Puedo bajar a verle para recogerlos?
—No es necesario, señorita Armstrong. Yo mismo se los llevaré.
Colgó, y me di cuenta de que había escrita una nota en la tapa del café que me había traído Savannah:«Ven a mi oficina y lee el contrato. AHORA.
Sarocha Chankimha».
La tiré a la basura y negué con la cabeza. Me moría por ver la cara de mi hermana cuando le dijera el motivo por el que Sarocha había querido reunirse conmigo por la mañana.Pasados unos segundos, se abrió mi puerta y Vinnie entró con otra taza de café.
—Pero qué… —Me crucé de brazos.
—Lo siento, señorita Armstrong. —La colocó sobre mi mesa—. Tengo órdenes de la señora Chankimha con respecto
a todo lo que me pida hoy, y no se me permite llevarla a casa hasta que ella me lo diga en persona.
—¿Lo dice en serio? ¿Ha enviado una circular a toda la empresa o algo?
—Eh… —Sonrió—. La verdad es que sí.
—¿Puedo verla?
—Claro. —Sacó su teléfono y me lo tendió.
Asunto: Importante-Rebecca Armstrong
La señorita Armstrong estará trabajando en un asunto muy importante para la empresa esta tarde, y puesto que son miembros de mi equipo y están en contacto directo con ella, no deben hacer nada que pueda distraerla de la tarea que debe realizar.
Si les pide cualquier cosa, llevenle de inmediato una taza de café. (Es lo único que necesita de ustedes hoy).
Si no hacen lo que les digo, los despediré de inmediato.
Sarocha Chankimha
P. D.: Uno de ustedes tiene que traerme el almuerzo… y mis malditas novedades del día.
¡Ahhhh!
Agarré el teléfono para responderle con un mensaje mordaz, pero fue ella quien me mandó un correo
primero.
Asunto: El acuerdo (otra vez)
Señorita Armstrong:
He reescrito las condiciones del contrato y he ajustado la compensación financiera a la cantidad que solicitaste.
Te recomiendo encarecidamente que vengas a mi oficina a recoger el contrato. También te sugiero que me des una respuesta antes de que acabe el día.
De no ser así, el equipo de seguridad no te permitirá abandonar el edificio.
Atentamente
Sarocha ChankimhaHice un gesto de exasperación y me levanté.
—Gracias por enseñarme el correo, Vinnie —le dije—. Le llamaré después, cuando esté lista para marcharme.
—Será un placer.
Esperé a que saliera de mi despacho y me dirigí a la de la señora Chankimha.
Cuando atravesé la puerta, levantó la mirada de su escritorio y sonrió.—Ya veo que has reconsiderado mi oferta —afirmó, levantando un sobre de papel Manila—. Buena
decisión.
—No he reconsiderado nada. —Caminé hacia ella y se lo quité de la mano—. Ya te di una respuesta.
—Pero diste la respuesta equivocada.
—No quiero casarme contigo.
—De ahí la palabra «prometida», y «fingir». —Me miró—. Solo será durante treinta días, y estoy dispuesta a editar cualquier parte del contrato con la que no estés de acuerdo, a excepción de la obvia, la que se refiere a que seas mi prometida.
—¿Cuánto tiempo tengo para leerlo?
—Tienes el tiempo que necesites —me contestó—. Solo que no podrás abandonar el edificio hasta que lo hayas terminado.Me senté en su sofá y saqué los papeles.
—¿Te ha ayudado Brenton a redactar el contrato o has intentado hacerlo tú misma?
—Lo he hecho yo misma. ¿Por qué?La miré sin pestañear.
—Porque tiendes a utilizar el sarcasmo y tus opiniones personales en todos los contratos que redactas.Ese es el motivo por el que siempre tengo que revisarlos durante tanto tiempo después de que los terminas.
—Creo que te sorprenderás —me dijo sonriendo—. He sido bastante directa con este.
—Mi respuesta sigue siendo «no».
—Por ahora…
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Novia por treinta días Freenbecky
FanfictionNunca debería haber aceptado ese acuerdo... Hace treinta días, mi jefa-una tiburona de Wall Street- acudió a mí con una oferta que no pude rechazar: poner mi firma en una línea de puntos y fingir ser su prometida durante un mes. Si accedía, podía re...