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FREEN
DÍA DOS

Asunto: Cambio de itinerario + tu familia…
Freen: Watson quiere reunirse contigo y con «la señora Chankimha» en tu residencia familiar, se quedará con ustedes como huésped unos días a lo largo de esta semana porque todos los hoteles de Blue Harbor están ocupados. Ya le he dicho que estás de acuerdo, así que de nada.
OTRA COSA: ¿no me dijiste que ibas a tomarte algunas fotos con Rebecca hoy? ¿Por qué me has enviado un mensaje diciéndome que no lo vas a hacer hasta mañana?
Respóndeme lo antes posible.
Brenton East
Asesor especial del director general de Chankimha Industries

Asunto: Tu madre… otra vez
¡Freen!
No puedo creer que haga falta que te comprometas para que vengas a casa a visitarnos. Estoy segura de que tu padre nos está mirando desde arriba y agitando la cabeza con incredulidad, porque (que quede entre tú y yo) siempre pensó que no te casarías nunca.
De todas formas, como te he dicho antes, la casa estará preparada para ti, tus huéspedes y tu encantadora prometida mañana. Hemos añadido otros dos anexos que estamos deseando enseñarte. Ah, y tu hermano ha instalado redes contra los osos alrededor de la
propiedad para mantener a los paparazzi lo más lejos posible.

¡Estoy deseando conocer a tu prometida! De hecho, estoy evitando ver todas las noticias, y no hablo del asunto con nadie de por aquí, para poder evaluarla yo misma.
Hasta pronto.
Con cariño Mamá

P. D.: Estoy segura de que la quieres, quien quiera que sea, pero… parte de mí espera que sea tu asistente personal, Rebecca…

P. D. 2: ¿Es Rebecca? :-)

Es demasiado pronto para esta mierda…

Cerré la sesión y salí de la cama. Caminé hacia las ventanas de mi dormitorio y abrí las cortinas para ver salir el sol por encima de las montañas de Blue Harbor.

Lo único que tenía ese día en la agenda era asegurarme de que todo en Nueva York estaba funcionando sin problemas y que el resto de acuerdos con los otros directores generales que no eran unos entrometidos y no estaban obsesionados con la familia iban como se había planificado.

A fuerza de costumbre, hice lo mismo de todas las mañanas: busqué el contacto de Rebecca en el móvil y
la llamé.

—¿Sí? —respondió al primer toque.
—¿A qué hora me vas a enviar las últimas novedades? —Miré el reloj—. ¿Quieres dármelas en el balcón o en la sala de estar?
—¿Perdona?
—Ya hemos hablado sobre esto —repliqué—. Dije bien claro que solo porque estemos prometidas no significa que no tengas que trabajar. Así que ¿vas a darme las últimas novedades en el balcón o en la sala de estar?

Me colgó en las narices.

No respondió a ninguna de mis llamadas ni a ninguno de mis mensajes durante el resto del día.

Novia por treinta días Freenbecky Donde viven las historias. Descúbrelo ahora