BECKY
DÍA UNO
(SÍ, TODAVÍA ERA EL DÍA UNO)
Salí deprisa del avión en cuanto la azafata nos abrió la compuerta y me puse unas gafas de sol. Lo último que quería que viera la prensa que nos iba a recibir era la pinta de cabreada que tenía en ese momento.
Entré en los servicios más cercanos y me eché agua fría en la cara. Inspiré con fuerza varias veces y traté de calmarme después de haber pasado horas discutiendo con Freen.
Nos hemos pasado el vuelo entero, literalmente, discutiendo…
Si ese era el primer día, no sabía cómo iba a superar los otros veintinueve. Joder, tendría mucha suerte si llegaba a diez a ese ritmo.
Cuando me aseguré de estar lo suficientemente calmada como para enfrentarme al mundo, me colgué el bolso de Luna del brazo y salí de los servicios. Freen me estaba esperando en el pasillo.
Parecía tan molesta como yo, pero cogió con suavidad mi bolso y lo llevó consigo hasta la cinta de recogida de nuestro equipaje.
En los viajes de negocios que habíamos hecho antes siempre había habido tensión entre nosotras, pero
no como en ese momento. Nunca como en ese momento.
Cuando estábamos junto a la cinta, Brenton vino corriendo hacia nosotros y dio una palmada.—¡Ah! ¡Ahí estás! —dijo—. Watson llegará un poco más tarde de lo planeado porque quería pasar un par de días con su sobrina, así que todavía tenemos más tiempo para prepararnos.
—¿Dónde está la prensa que nos iba a recibir? —pregunté. —Llegarán dentro de un día o así. Mientras tanto, tengo a la reportera de Town & Country esperándoos en el SUV. Quiere hacer una entrevista breve a modo de preparación antes de realizar una en mayor profundidad a lo largo de esta semana. ¿Están preparadas?.No nos dio la oportunidad de responder. En lugar de ello, se lanzó a enumerar otro montón de cosas que debíamos hacer: eventos locales, entrevistas, sesiones fotográficas…
Decidí desconectar de su voz de camino al SUV de color oscuro. Le ofrecí mi asiento a la reportera de Town & Country para no tener que sentarme junto a Freen, pero ésta me pasó la mano por la cintura y me colocó junto a ella de todas formas.
—Al hotel Four Seasons, ¿verdad? —preguntó el chófer.
—Exacto —respondió Brenton—. Mya, puedes hacer las preguntas que se puedan durante el trayecto de cuatro minutos.
—Gracias. —Le dio al botón de su bolígrafo y sonrió a Freen—. Bueno, supongo que iré al grano y comenzaré por usted, señora Chankimha. Dada su reputación anterior con Page Six, estamos muy sorprendidos tras habernos enterado de su compromiso. ¿Cuándo supo que su prometida era la elegida?
—Pregúnteme otra cosa. —Su tono fue cortante.
—Eh… —Las mejillas se le pusieron coloradas
—. Claro. ¿Ya hay planes para la boda?
—Tampoco me gusta esa pregunta.Ella miró nerviosa a Brenton, a quien parecía que estaba a punto de darle un ataque al corazón.
—Bueno, eh… ¿Puede contarnos algo sobre cómo le pidió matrimonio a Rebecca?
—Me puse de rodillas y le pedí que se casara conmigo. Ella respondió que sí.Se hizo un silencio.
Brenton dejó escapar una carcajada forzada y le dio una palmadita a la mano de la reportera.
—Han tenido un viaje muy largo y ha habido muchas turbulencias. ¿Puede retomarlo aquí cuando toque
realizar la entrevista programada? La señora Chankimha le garantiza que estará mucho más animada para entonces.
—Por supuesto. —Cerró su libreta de notas y se miró las manos mientras Brenton le lanzaba una mirada
fulminante a Freen.Cuando el SUV hizo el giro de entrada al Four Seasons, la reportera salió del coche sin mediar palabra.
Empecé a levantarme, pero Brenton negó con la cabeza para que no lo hiciera. Después, pidió al chófer que saliera para poder hablar con nosotras en privado.
—Vale, mira. —Su tono de voz era firme—. No estoy seguro de qué demonios puede haber sucedido entre ustedes en los últimos días, pero tienen que superarlo de una puñetera vez. Solo tienem que soportarse durante veintinueve días más, y creo que después de trabajar codo con codo durante dos años, esto tiene que parecerles una maldita broma. —Chasqueó los dedos—. Hemos apostado cinco mil millones de dólares en la nueva imagen de directora general, la rescisión del contrato de una empleada y mi jodida prima de un millón de dólares; ¿tanto les cuesta fingir que se gustan, joder? Resuelvalo. Ya.
Abrió la puerta y Freen me ayudó a salir del coche.
Todavía sin dirigirnos la palabra, seguimos al botones hasta el ascensor y subimos directamente a la suite del ático.
Cuando el botones nos dejó solas, Freen suspiró.
—Hay cuatro dormitorios en esta suite. Puedes elegir el que quieras. El gato puede tener su propia habitación, si es eso lo que quieres.
—Es una chica, y se llama Luna.
—Luna es un gato. —Puso los ojos en blanco y se quitó la camiseta, mostrando sus seis perfectos abdominales y sus senos en un brasier deportivo—. Hay un pequeño parque fuera, por si quieres llevarla a pasear antes de que nos
marchemos a la casa de mi familia esta semana.—¿Tendremos allí también habitaciones separadas?
—Lo dudo. —Entró en el baño—. Lo más seguro es que compartamos mi antigua habitación.
—No voy a compartir cama contigo.
—Ya veremos. Meneé la cabeza y la seguí.
—Necesito que me prometas que dormirás en el sofá o… —Me quedé parada al entrar en el cuarto de baño y comprobar que tan solo llevaba puesta una toalla alrededor de la cintura más su brasier deportivo.
—Créeme —dijo, mirándome de arriba abajo—, dormiré en el maldito balcón si con eso me libro de discutir contigo. Si hubiera sabido que cambiarías tan rápido después de la propuesta de matrimonio, habría continuado haciendo entrevistas.
—Nunca me has hecho una propuesta de matrimonio. —La miré exasperada—. Redactaste un contrato. Y tú también has cambiado.
—Pero mi límite de paciencia no.
—¿Sabes qué? —Levanté las manos en señal de derrota—. Voy a intentar con todas mis fuerzas hacer el papel de prometida dulce y cariñosa durante el resto del contrato. Voy a continuar siendo la adulta.
—¿Eso es lo que realmente crees que eres? —Sonrió con suficiencia—. ¿La adulta?¿Por qué resulta siempre tan tentadora cuando sonríe así?
—Sí. —Me crucé de brazos—. Creo que siempre he sido…
El resto de la frase se me quedó trabada en la lengua cuando dejó caer la toalla al suelo y vi su enorme polla por primera vez.
Sentí que la mandíbula se me desencajaba mientras que mi mente trataba de encontrarle sentido a lo que estaba viendo.
MADRE.
DEL.
AMOR.
HERMOSO.
Definitivamente, mide más de veinte centímetros… Me aclaré la garganta e intenté apartar la mirada de su miembro para continuar por donde lo había
dejado, pero me fue imposible.—¿Decías? —preguntó—. ¿Algo sobre que tú estabas siendo la adulta en esta relación?
No podía pronunciar palabra alguna por mucho que lo hubiera intentado. Tan solo podía sonrojarme y
mirar.Al darse cuenta de que me había quedado sin habla, sonrió y recogió la toalla con mucha lentitud.
—Para que conste —dijo—, siempre estoy abierta a incluir una cláusula de intimidad… contigo. —Me miró de arriba abajo una última vez y se metió en la ducha.
Veintinueve días más.
Veintinueve días más…
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Novia por treinta días Freenbecky
FanfictionNunca debería haber aceptado ese acuerdo... Hace treinta días, mi jefa-una tiburona de Wall Street- acudió a mí con una oferta que no pude rechazar: poner mi firma en una línea de puntos y fingir ser su prometida durante un mes. Si accedía, podía re...