BUSCÁNDOTE [KOOKMIN - OMEGAVERSE]

[𝐂𝐀𝐏𝐈𝐓𝐔𝐋𝐎 𝟏]

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CAPÍTULO 1
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Eran las 6 de la mañana del día lunes en Seúl corea del sur.
Ahí, por el estrecho pasillo de aquel pequeño departamento iba un castaño arrastrando los pies hacia la cocina con su cabello castaño revuelto y sus ojos aún hinchados.

-¿Mala noche?- Preguntó alguien a sus espaldas haciendo que el castaño saltara asustado- Uy, perdón, no quise asustarte -dijo.

Jihoon volteo a verlo con cara de pocos amigos sabiendo que se iba a encontrar con una sonrisa de completa burla en el rostro de aquel chico

-Idiota- soltó

-Entonces si fue una mala noche.- se respondió viendo como el más bajo se dejaba caer sin poco cuidado sobre el mullido sofá. -Tienes media hora para alistarte e irte al instituto- comentó

-Jaebom, no me molestes.-dijo Jihoon desde su lugar.

El mayor solo sonrió comenzando a sacar todo lo que necesitaría para hacerle un desayuno al menor.

-Omma compró pastel de frutilla y chocolatada.

Como si fueran unas palabras mágicas el castaño levantó la vista hacia la cocina que estaba pegada a la sala de estar donde seguía recostado, y confirmó lo que el mayor había dicho.
Ahí en la isla de la mesa estaba un pastel de frutilla que le faltaba un pedazo y una caja de chocolatada sin abrir.

-Apresurate, yo te sirvo el desayuno- dijo Jaebom.

Jihoon se levantó de un salto y fue directo al baño donde lavó sus dientes y rostro. La noche anterior tomó un baño por lo que no tenía que preocuparse por la limpieza de su cabello, eso lo arreglaría el cepillo.

-¡Mamá dejo tu uniforme listo, debe estar colgado por alguna parte de tu habitación! -El castaño encontró lo que su hermano le había gritado; su uniforme estaba listo, limpio y bien estirado

-Debo darle las gracias a mamá Jun- pensó mientras comenzaba a vestirse.

Minutos después, con el uniforme cubriendo todo su cuerpo, a excepción de sus zapatos, fue directo a la cocina donde encontró una taza humeante de chocolatada caliente y una rebanada de pastel de frutilla con crema sobre la mesa.

-Mi autobús saldrá en cinco minutos, no te olvides de cerrar con llave; hoy mamá llegará tarde. -soltó Jaebom. Jihoon solo asintió comenzando a deborar su desayuno. -Me voy, bye- se despidió el mayor.
El castaño solo agitó las manos en modo de despedida hasta que este desapareció después de cerrar la puerta.

Lee Jaebom tenia 23 años- alfa que era un estudiante de medicina y era el hijo único de Lee Seom Jun quien era una omega enfermera de 40 años de edad.
Lee Seom Jun tuvo que criar sola a su único hijo después de que su alfa formará una nueva familia lejos de ellos, dejándolos a su suerte y con un lazo roto.
La Diosa luna les dio otra oportunidad de vida, para ambos, porque se sabía que una omega en estado y con un lazo roto no tenía muchas esperanzas de vida.

Así de cruel era la vida.

Pero ella, como la mujer fuerte y luchadora que era, jamás se dejó vencer por el dolor de un lazo siendo roto cada día, y con el sentimiento que el cachorro dentro de ella también perdía vitalidad junto con el lazo, pero hoy era una historia diferente.
Ambos, madre e hijo vivían y gozaban de buena salud.
Fueron ellos quienes decidieron acogerlo cuando los doctores le dieron el alta después de estar casi cinco meses en un hospital.

Hoy era Lee Jihoon, segundo hijo de Lee Seom Jun, pero en el fondo sabía que ese jamás fue su nombre verdadero.

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