[𝐂𝐀𝐏𝐈𝐓𝐔𝐋𝐎 𝟐]

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CAPÍTULO 2
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Jihoon llegó al departamento arrastrando los pies y con una clara cara de dolor.

Y eso mamá Jun lo notó.

-¿Jihoon? ¿Que te sucedió? -Preguntó preocupada al ver cómo el chico se dejaba caer boca a bajo sobre el sofá mientras masajeaba sus nalgas.

-Oh, Omma- el castaño desde su lugar solo pudo levantar la vista.

-No me digas que..
-Si, azotaron mi trasero con la vara de madera hasta el cansancio- Confesó y al instante se formó un puchero en sus labios.

Y la mujer río

-¡Omma!

-L-lo siento, es muy gracioso- continuo riendo.

-No es gracioso, es doloroso- dijo Jihoon sin dejar de masajear en el lugar exacto donde el palo de madera golpeó.

La mujer secó las pequeñas lágrimas que salieron a causa de la risa y se acercó al menor-Es gracioso porque a Jaebom le pasaba lo mismo y muy seguido; creo que por eso tiene un buen trasero.

Ahora fue el turno de Jihoon de reír, aunque la risa le duró poco porque el ardor de los golpes eran más fuertes.

-¿Jaebom siendo castigado? Es imposible.

La mujer tomó paso nuevamente hacia la cocina donde extrajo una bolsa de hielo de la heladera y se lo entrego a Jihoon.

-,Aunque no lo creas, mi hijo tuvo su etapa rebelde, siempre llegaba a casa con el trasero adolorido y terminaba como tu- dijo- En el sofá con una bolsa de hielo en el trasero.
Jun le sonrió al menor mientras acarició por unos segundos sus cabellos castaños.

-Solo vine por un rato, debo volver al hospital en una hora- Confesó- Jaebom no vendrá a dormir hoy así que no lo esperes; no tuve tiempo de cocinarte algo pero te deje dinero arriba del refrigerador para que pidas algo a domicilio.

Jihoon asintió viendo como la mujer desaparecía con el teléfono en la oreja después de decirle aquello.

El cansancio en sus ojos eran notables gracias a sus ojeras y la piel pálida por falta de luz natural pero ese sería la rutina de su vida hasta que su lobo no pueda mantenerse en sus cuatros patas.

Desde el momento en que la vio se preguntó que clase de aroma estaba impregnado en su piel; seguro eran de esos aromas florales y suaves que te relajaba o transmitía paz con solo olfatear.
Jamás se atrevió a preguntarle a Jaebom como era el aroma de su madre o a que se parecía el suyo por vergüenza.

Era tan natural para el resto del mundo saber el aroma del otro pero para el ya no, y cada día lo estaba odiando más.

Ni siquiera recordaba si era omega u alfa.

-Apuesto a que tu también lo eres-

Recordó las palabras del chico que recibió el castigo junto con él.
Sus palabras lo habían dejado atónito porque desde que había despertado en aquel hospital nadie le había dicho que se parecía a un omega, alfa o siquiera a un beta.

Absolutamente nadie.

A excepción de San.

-Jihoon debo irme antes, surgió algo en el hospital y me necesitan-la mujer nuevamente apareció desde el pasillo pero esta vez con un nuevo uniforme limpio y su bolsa de trabajo- No le habrás a extraños porfavor y duerme temprano que mañana tiene clases- dijo antes de salir por la puerta rumbo a su trabajo-

BUSCÁNDOTE   [KOOKMIN - OMEGAVERSE]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora