BUSCÁNDOTE [KOOKMIN - OMEGAVERSE]

[𝐂𝐀𝐏𝐈𝐓𝐔𝐋𝐎 𝟐𝟐 ]

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CAPÍTULO 22
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⚠️¡ADVERTENCIA!⚠️
Se recomienda leer con discreción
Las acciones en este capítulo podían no resultar de tu agrado.

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Estaba confundido. ¿Debía entrar por esa puerta? Pero-

¿Por qué esa puerta era lo único que se encontraba en esa parte del edificio?

¿A caso era la única entrada?

Cuanto más miraba, más terrorífico se le hacia todo aquello. Era increíble que hasta un chófer designado  tuvo que ir por el por que no existía algún tipo de señal para su teléfono en esa ubicación como para llamar a algun uber o taxista.

Pero lo que menos estaba soportando era el maldito olor, juró ver vacas o algún otro animal de granja mientras se dirigía a ese lugar. Tal vez eso explicaba el horrible olor que abundaba alrededor.

—¿No pudieron encontrar un mejor lugar? —Se Susurró a sí mismo.

—Solo Cállate y sígueme.

Jennie acomodó las gafas sobre sus ojos mientras pasaba a un lado de su hermano y seguía su rumbo por un lugar diferente.

—E-espera... ¿donde?

Sunno apresuró el paso intentando seguir el ritmo de su hermana pero los zapatos de charol estaba siendo su preocupación. Esos zapatos negros con detalles preciosos en plateado habían costado unos buenos wones y le estaba doliendo ver como el césped húmedo y el barro lo estaban arruinado.

—¡Oye! ¿Donde se supone que vamos?. Vi que la puerta está por otro lado.

—Cállate.

El joven omega volvió a hacer una cara de asco pero no se dio cuenta que su hermana se detuvo a sólo unos metros más adelante. Pero había algo en lo que Sunno no se equivocaba y era el hecho de que estaban un poco alejados del edificio pero estaban justo en frente de una puerta de lámina que estaba en el suelo.
Jennie suspiró y con la punta de sus pies sacó las pocas  ramas secas que habían encima de ella liberando el color gris desgastado de esta.

—Ush~ mierda.

Sunno solo tapó su nariz con sus dedos mirando todo lo que hacía su hermana, sobre todo vio como de su pecho sacó un juego de llaves las cual no tardo en agacharse y comenzar a abrir el candado que aseguraba la puerta.

—Por todos los infiernos como pesa —se quejó la omega— ¿No piensas ayudarme?

—Ni con dos botellas de ron encima. Al menos que este Jonh Cena del otro lado.

—Para que abro la boca. —Dijo Jennie.

Era más que evidente que la omega cargaba un genio de los mil demonios y no solamente se debía a la situación sumamente incomoda que vivió con Jaebom, también era el hecho de que su hermano mayor parecía más decaído y sobre todo el hecho de que ahora sería una niñera a tiempo completo.