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Desde el otro extremo de la ciudad aquel empresario involucrado en política y comercio externo escuchaba y veía de reojo a su padre Qui-Gon Jinn empujar al presidente Palpatine sin cuidado alguno. ─── No estamos de acuerdo en negociar con los Ingleses para iniciar una guerra contra China y los soviéticos.- Afirmó aquel hombre mientras su hijo aprovechaba aquella discusión para salir de aquella oficina para hablar cual chiquillo enamorado con su pareja.

── La situación es complicada, Anakin.-Mencionó con seriedad atraves de la videollamada, viendo como su pareja vestía una chaqueta de cuero negra con una camisa del mismo color incluso portando un choker negro con una cruz invertida en el cuello, una imagen demasiado llamativa y atractiva para sus ojos, pues su cabello rizado y castaño claro con esos labios rojizos natural lo hacían lucir increíble. Por su trabajo Obi-Wan siempre bestia con trajes negros y corbata, pero esa misma vestimenta tan elegante hacían que el menor se deleitará visualmente. ── Él presidente desea dejar todo aquí, he iniciar una guerra, esa es su prioridad, no los civiles incluso planea dejarlos.-

── No me sorprende la política es un asco.- Dijo con sinceridad aunque la mirada de Obi-Wan atraves de esa pantalla fue muy expresiva pero no se retractó.

── Y yo que pensaba hacer que mi adorable pareja tuviera una noche en uno de los lujosos hoteles a la que los "políticos", tenemos acceso.-Alardeo Obi-Wan cambiando la pantalla de su celular para mostrar aquel edificio al menor, justamente era una vista hermosa; pisos y paredes de malmol, con tapiz marrón, sillas de ocio forradas con tercio pelo color rojo vino. Una vista desde el tercer piso; el cual era un poco mas pequeño que la segunda plata la cual sobresalía. Ya que desde luego la tercera planta era zona exclusiva aunque en esos instantes no había nadie a ellos les gustaba. Desde ese lugar se podía apreciar bien los hermosos candelabros enormes de cristal en forma de cascada, una barra enorme con madera fina que hacia que el lugar oliera exquisito, con quellas botellas de licohores y demás bien apiladas. ¿Por qué estaba en el bar mientras hablan de política?, así eran los ancianos beben, discuten y luego pelean. Pero era una ocasión especial para que Obi-Wan mostrara a su pareja el mundo por el cual él transitaba y lo llevaría, bien sabía hasta eso que su joven pareja era interesado en lo material, debía ser por la decadencia" que tuvo.

Pero la dignidad de Anakin era más grande como para permitir aquello.
─── ¿Para qué? . . . ¿para hablar de política?, ven a mi casa y te muestro un lugar más lujoso que tus hoteles . . . no cualquiera pueda entrar y... no hablaremos de política.- Alardeo con doble sentido Anakin además se cargaba aires de burla hacia su pareja el cual enrojecio ante tal atrevimiento.

─── Anakin.-Mencionó en forma de regaño provocando una risa sonora en él menor mientras esté se alejaba de todas las personas del centro comercial solo para hablar más en privado y no alertar a nadie.

─── Obi-Wan.-Le nombró bajando su tono de voz ese que solo utiliza con él, uno más dulce, tranquilo hasta cierto punto apacible. Pero esta vez estaba impregnada por temor, de perderlo a él y ha su amada madre, su única compañía. Apenas llevaban dos día en esa tienda pero ya sentía una eternidad que debía ser la angustia del mundo desconocido.

Mientras que Obi-Wan solo pensó en esos matices de voz de él chico; fueron hasta cierto punto dolorosos, dos años y casi nueve meses de conocerlo era imposible no identificar qué pasaba por su mente en esos instantes.

─── Anakin.-Musitó como si intentará consolar con su voz a su pareja, antes de que cayó el bombardeo y surgieron las mutaciones inexplicables por todos Obi-Wan había decidido tomar la decisión mas importante en su vida juntarse con Anakin, hacer una vida a su lado y adoptar unos hijos oh probablemente usar vientres alquilados incluso usar los laboratorios para sus hijos y tener sus hijos con él, pero solo hasta que Anakin fuera mayor de edad y encontrará el momento ideal, quién sabe, quizás en un viaje o en la casa del menor. Claro que al principio no sabía que era ilegal y se había metido a ese antro porque sus amigos eran conocidos de los guardias y lo dejaron entrar sin objeciones, pero después del tercer encuentro cuando se lo contó a Obi-Wan no le importó, le gustaba y él a él, aunque hayan sido apuestas perdidas podría jurar que esas apuestas las habían ganando. Pero ahora un destino incierto les deparará, uno de los dos podría morir y Obi-Wan no se quería ir de ese mundo sin decirle que añoraba una vida a su lado una y otra vez hasta hacerlo realidad, sin pensarlo saco del bolsillo de su pantalón un anillo. ───Anakin, hay algo que debo confesar yo...-Habló con rodeos simplemente para provocar a su pareja y hacerlo dar vueltas en un mismo circuito. ── Anakin, sé que no es el momento oportuno pero, sino lo digo ahora quién sabe si lo pueda decir cuando te vea y si es que nos vemos... lo pensé tanto pero he tomado la decisión más importante de mi vida y ante esta cámara yo... te pido que te cases conmigo. Quiero vivir a tu lado, no me importa que nos falte un mes o dos, tres los que sean, quiero formar una familia, contigo, lo digo enserio dime que sí ahorita sin importar como estemos mañana, te prometo que incluso te buscaré en el cielo, el limbo o el infierno hasta volver a renacer y al fin casarnos, quiero escuchar tus bromas, tu risa, tu molestia, insultos, suspiros, cada palabra al despertar y al anochecer.- Mencionó Obi-Wan mostrando una sortija a la pantalla, en ese momento la mente de Anakin quedó en blanco pero sus latidos se aceleraron demasiado rápido; hasta el temor se le había olvidado pero cuando iba a decir una palabra otro hombre grito.

Condena. ObiKinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora