19.

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Cuándo Obi-Wan intentó forcejear aquella puerta se vio imposibilitado por la resistencia de la misma, incluso Obi-Wan sintió una sensación de alivio al pensar que ahí estaba él que tanto buscaba, pero nada más encontró una pequeña entrada por aquella ventana. Y sí que sus ojos buscaron toda clase de vida ahí, pero sobretodo se vio perturbado ante el desastre que había, bandejas, platos, ropa todo estaba tirado vacío y sucio. Siguiendo aquel rastro en aquella casa detecto cierto aroma familiar en ese casa era el aroma que Anakin portaba, pero era muy débil casi inexistente, estaba más mezclado con el aroma de la suciedad y descomposición.

Pero su sorpresa fue enorme cuando se encontró con una niña inconsciente en la habitación que bien podría asegurar que era de aquel chico, como el alma bondasa que era corrió a ver los signos vitales de la niña preocupado y alarmado. No recordaba que Anakin mencionara que en su casa había una niña, hermana, sobrina o etc. Rápidamente sacó algunos suplementos alimenticios y se lo dio en la boca aquella niña llenándola de agua también hasta que reaccionará. Esa noche se quedaría con la sobrina de Anakin para cuidarla en lo que mejoraba aunque aprovecho para asearse e incluso vestirse a su manera, ya que al parecer cierto individuo tenía aquella ropa que tanto quería, seguro solo para hacerle la maldad o quizás venderla, nunca lo sabría.
Además se había dado el lujo de usmear las cosas de su novio, encontrando que no solo vestia de negro sino otros colores casuales, blanco, beige incluso rosado, habían trajes que seguramente usaba en la institución, además de puras baratijas descompuestas, libretas con más dibujos que apuntes incluso viendo que en las últimas páginas tenía datos sobre esas fechas que se harían apuestas, carreras, peleas, incluso trabajos de la escuela, obras a las cuales nunca fue invitado, eventos de la escuela que decían "irrelevante o puedo faltar", números que llevaban por título debo, venta, intercambio, cita puntual, profesor, asesor, compañero-tarea. Datos que Obi-Wan solo pasaba imaginando aquella escena de su novio tan vago y desordenado haciendo sus apuntes. Pero algo que lleno de placer a Obi-Wan había sido que su amado tenía una carpeta de broche donde tenía fotografías guardadas en protectores de hojas, e impresiones de momentos que compartía con él, incluso sus chats en los que ambos se decían cursilerias en mensajes que parecían biblias. Aquello Anakin lo tenía bien guardado.

Esas conversaciones ciertamente las había olvidado, pero releyendo podría recordar aquello con facilidad, entre más husmeaba fue encontrado pequeñas cosas que le había regalado, que si bien eran tontería las conservaba como si fueran un tesoro, incluso aquella moto de juguete que le compró la guardaba entre ellas, discos de música y póstes enrollados, es una pena que no estuviera ahí presente el dueño para compartir palabras con él o mimarlo por conservar aquello tan bien. Con más pesar en su alma Obi-Wan observo aquel anochecer hasta el amanecer, esperando a que la niña reaccionará y cuando ella despertó por supuesto que se asusto pero Obi-Wan le entregó comida enlatada, que hizo que su hambre olvidará su temor.

─── ¿Dónde está Anakin?.

─── Te... fue...-Balbuceo ella deborando la comida, Obi-Wan le entrego más a ella la cual fue bien recibida.

─── Iré a buscarlo... quédate aquí, volveré.-Cuando escucho estas palabras la niña rápidamente recordo al otro hombre decirle lo mismo lo que ocasiono que entrara en pánico y se abalanzara hacia él.

─── No... llévame.-Pronunció llorando. ── Él lo prometió... y no ha vuelto.-Decía entre llanto pero Obi-Wan se negó regresandola aquella cama envuelta en sábanas y cobijas de lunares rojos y negros. Aquella habitación se veía realmente diferente a como siempre la había pensado dejando de lado aquella situación del desorden parecía la habitación más contemporáneo, paredes negras, piso de madera, techo blanco, ventana rectangular que da hasta en piso, con doble cortinas fondo blanco y negro, los muebles de madera estaban llenos de cuadros, figuras, esos quemadores de incienso de cascada, con un dragón y otro simplemente una cascada, habían lámparas de pared.
Como era de esperar casi no habían libros en esas repisas colgantes, habían mas figuras, desde personajes hasta carros, motos y naves, incluso más cómics, he discos de música, por supuesto como cualquier chico de aquella edad también estaba aquella pequeña zona gamer de pc.

Condena. ObiKinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora