14.

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Si bien la preocupación de su madre seguía latente en su corazón, al igual que él de Obi-Wan por ver a su padre y amistad ambos amantes estaban deacuerdo en algo, que aquella unión acaparaba más su atención y por si fuera poco apreciaban cada momento para estar ahí, cumplir cada estupida fantasía o juego, era su descanso antes de volver a la acción que ya había sentenciado Windu.

Obi-Wan apreciaba cumplir su labor, justamente en aquel living tenía aquel hombre vestido de conejita playboy, aunque ya nada más tenía de aquel traje aquella tiara, esas muñequeras blancas de botón que hacian juego con aquel cuello de camisa con ese listón negro justo donde lo quería, con una estimulación salvaje y chasqueante típica de aquel mar indomable, mientras él veía aquel cristal sobre esa silla.
───No puedo más...-Jadeo entre gruñidos saltando sobre él como ordeno, todo hubiera estado bien sino hubiera visto que su pareja veía más la ventana como sino sintiera ni la más mínima gota de placer oh estuviera haciendo un pésimo trabajo, ni siquiera sus manos estaban sobre él parecía estar en una especie de trance. Por más estúpido que fuera, tomó su poca fuerza y dignidad para salirse de golpe robandole un gruñido una mirada confundida y molesta de Obi-Wan, hasta él propio Anakin casi lloró por su acción pero su dignidad fue más grande, le había dado en el ego.

Un poco tambaleante y mareado se dejó caer en el sofá produciéndose una carga eléctrica por todo el cuerpo, sobretodo en el ano, hasta la punzada había sido horrible.
── ¿Y ahora qué?.-Pregunto Kenobi con aires de molestia, contemplando aquel que se retorcía en el sillón. Ante su silencio este bufo siguiendo aquel.

── Es nuestro último día y tú... olvídalo yo no, lo haré.-Finalizó jugueteando consigo mismo para liberar su carga, pero ya estaba acostumbrado al método de Kenobi que ni él propio suyo le producía satisfacción. Sobre todo teniendo esa mirada compasiva que escondía prepotencia, mas solo se causaba dolor ante su fricción rápida. ── Deja de... verme, Obi-Wan.-

── Ni placer te sabes dar.-Mencionó con aires de burla sentándose a su lado, más para aquel egocéntrico. Casi cuando iba a responder lo silencio con un beso, acostandolo en sus piernas llevando sus manos a las toscas y bruscas de aquel para ponerla lejos, pero tuvo que insistir incluso bajo esa mirada enfurecida. ¿Acaso no era más hermoso así?, pero en verdad que se rehusaba solo giró su cuerpo ocultándose con su pierna.

── . . . Piérdete.-Expresó rencoroso, sentándose para alejarse e ir aquella tina a darse un buen aseo. Al verlo alejarse Kenobi frotó su sien rebobinado aquellas perturbadoras imágenes que vio, temiendo cada minuto más de salir, ¿cómo podrían tan siquiera evitar ese futuro?, solo lograba ver unas imágenes fuertes, ¿por qué Yoda no le dijo nada?. Al despejar su mente Kenobi camino hacia aquel baño entrando sin necesidad de abrir la puerta viendo aquel que yacía en la tina sumergido jugueteando con la espuma como niño chiquito, que al verlo pudo detectar aquella coloración rojiza en su rostro, habría sido vergüenza o quizás molestia, realmente no lo sabía.

── ¿Qué?.-Cuestionó altanero, siguiendole los pasos, viendo como sin pedir permiso entraba aquella tina fría, al principio no iba a darle acceso pero ese estúpido líquido lo volvió a descontrolar pidiendo que procreara, ya sabía que tarde o temprano volvería aquel líquido ha aclamar su labor. Cuando el agua se desbordó, el otro cuerpo invasor tiro del Skywalker para que quedarán de frente.

── Relájate.-Dijo con una sonrisa inocente tomando aquel shampoo para hacerle espuma en el cabello y juguetear, formando unas orejitas puntiagudas con su cabello. ── No haremos nada, solo nos relajaremos.- Eso había sido un golpe de desilusión para Anakin y no lo negaba, aunque esos minutos ahí fueron mejor de lo que pensaba, ambos parecían niños chiquitos jugando con el jabón y la espuma, creando burbujas sin cesar uno sobre el otro o bien jugueteando con el agua, causando la risa de ambos hasta seguirse hipnotizando con aquellos actos tan tiernos.

Condena. ObiKinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora