3. Está bien.

45 7 0
                                    

No pude dormir nada, me la pasé llorando gran parte de la noche, luego me calmé, pero me puse a pensar en que si yo me sentía así de mal, cómo estaría sintiéndose ella y eso me hizo llorar más. Detesto lastimar a quienes me importan, Megan y yo fuimos amigas desde los diez, éramos inseparables, ella siempre me cuidaba a mí, nunca lo entendí, las otras amigas que tuve eran envidiosas e hipócritas, pero Megan no y sólo lo logré entender cuando en unas vacaciones de verano con nuestras familias, cuando teníamos diecisiete, me confesó lo que sentía por mí.

Fue una noche donde todos dormían, nosotras estábamos en la misma habitación, yo había notado desde la mañana que estaba muy nerviosa, pensé que porque era nuestra última noche, pero no, sólo estaba así por su confesión. Me dijo que me amaba, que desde que me había conocido le gustaba, pero que todos esos años se había callado para poder mantener nuestra amistad, ella me besó y yo correspondí su beso y luego de eso...

—¡Julie! —doy un salto al escuchar mi nombre, no sé si porque estaba muy distraída o por miedo a que alguien pudiera saber lo que estaba pensando.

Me giro y me topo con Liam y otros chicos de la comunidad.

—Liam, chicos, hola —saludo aún nerviosa y pidiéndole a Dios que mis mejillas no estén rojas.

—No sé qué hiciste, pero ayer Megan habló con todos y nos convenció de apoyarte, asegura conocerte muy bien y creo que nos está mintiendo porque nunca he visto que sean amigas, ay como sea, el asunto es que no sé si lo habrás notado, pero tiene una súper vibra que hace que todos andemos como perritos falderos tras de ella, así que felicidades, cuentas con nuestro apoyo, sólo aleja al equipo de fútbol y no hagas nada estúpido.

¿Es en serio? ¿Así de fácil lo hizo? Con razón ha logrado grandes cosas aquí en la universidad para la comunidad lgbt, como grandes sanciones a estudiantes que practiquen el bullying a alguien por su orientación sexual, también ha logrado que haya más igualdad, que mujeres y hombres trans puedan utilizar los baños acordes a su identidad sexual. Todo esto lo logro haciendo denuncias en redes sociales. Es realmente convincente y valiente por eso todos la siguen, porque no tiene miedo a hablar y a alzar su voz cuando algo no le parece bien.

—Gracias y cuenten con ello, ellos no estarán para nada involucrados en esta campaña —Liam asiente.

—Bien, nos vemos en el almuerzo —asiento y todos se van.

—¡Lo lograste! —Frédéric me carga tomándome por sorpresa, en serio está muy contento, desearía poder estar igual, pero no es tan fácil—. ¿Qué pasa? ¿Por qué la cara larga? —frunce el ceño.

—No es nada, sólo estoy cansada —me doy la vuelta y me dirijo a la entrada, dentro de poco comienza mi primera clase.

—Oye —me toma del brazo y me hace verlo—, ¿estuviste llorando? —aparto la mirada.

—Vi una película con un final muy triste.

—No me mientas, sino me quieres decir el motivo, por lo menos dime si te puedo ayudar en algo —está realmente preocupado.

—Gracias, de verdad, pero estoy bien, son sólo muchas cosas en poco tiempo, sólo necesito acomodar todo en mi cabeza y ya —frunce el ceño, parece no haber entendido nada de lo que dije—. ¿Nos vamos? —ambos tenemos las mismas clases el día de hoy.

Durante mis tres primeras clases no pude dejar de pensar en Megan, mi intención nunca fue hacerle daño, fuimos amigas muchísimo tiempo, amaría que volviera a hacer parte de mi vida, volver a ser las amigas que éramos antes, pero supongo que luego de su confesión y lo demás, eso no será posible. Cuando la clase termina vamos al comedor, me toma por sorpresa ver a mis amigos junto a los amigos de Megan, han juntado dos mesas para que alcancemos todos. Frédéric y yo pasamos por nuestro almuerzo y vamos a la mesa, saludamos a todos, los mismos que están muy concentrados en algunas pláticas, bueno, demasiadas pláticas.

—Y yo que creí ser el más entusiasta aquí —Frédéric sonríe, puedo notar que se siente como pez en océano, tanto que se une a una de las pláticas y yo sólo me quedo sin poder seguirle el ritmo a nadie.

—¡Hola, Megan!

—Que flow, Megan —ni siquiera me giro para verla, me siento demasiado culpable y avergonzada.

—Hola —es fácil notar que no es el mismo tono de voz alegre de antes. Me encojo de hombros y mantengo la cabeza agachada, no quiero verla, lo peor es que se sienta a mi lado—. Ya relájate y olvídalo —me dice muy cerca.

—Me-Megan, ni siquiera puedo verte a los ojos después de todo —suspira.

—Traigo lentes oscuros, así que no tendrás que hacerlo —levanto la mirada y la veo de reojo, por el reflejo de la luz sus lentes oscuros se aclaran un poco y noto sus ojos hinchados y ojeras debajo de estos.

—Estuviste llorando, por mi culpa —susurro. Siento que mis ojos se llenan de lágrimas.

—¿Qué? —se quita los lentes y me ve—. No llores, lo digo en serio.

—Es que tú... —ya siento un nudo en la garganta.

—No estuve llorando y menos por tu culpa, me quedé despierta hasta tarde soldando los componentes de algo en lo que estoy trabajando y aparte de todo, el lagrimeo es por los lentes de contacto —hago un puchero.

—¿Me lo juras? —cierra los ojos y suspira.

—Te lo juro —mierda me sentí tan mal pensando que había sido mi culpa, que me emociona saber que no hizo lo mismo que yo durante la noche.

Ni siquiera lo pienso dos veces cuando la abrazo, me quedo un rato con mi cabeza recostada en su hombro y luego siento como levemente acaricia mi cabello, al principio creo que duda en tocarme, pero luego lo hace como lo hacía antes. Extrañaba estar así de cerca, poder abrazarla y saber que ella estaba ahí para protegerme y apoyarme siempre. Puedo notar como su corazón y su respiración van más rápido de lo normal y caigo en cuenta de algo, para mí esto es como recordar cuando éramos amigas, para ella es más que eso, así que lentamente me separo. Si yo estuviera en su lugar, creo que preferiría esto por mi salud mental.

—Gracias por todo Megan —le digo.

—No tienes nada que agradecer —aparta la mirada.

—¿En serio? ¿Ahora ni siquiera trajiste jugo y galletas? ¿Qué te está pasando? Tienes que comer —Gio, uno de sus amigos más cercanos se cruza de brazos.

—Estoy bi...

—Las personas que están bien, no lo dicen, lo demuestran y tú no estás bien, te desvelaste de nuevo haciendo alguna tontería con tu soldador —Megan rueda los ojos—. Te traeré algo de comer y más vale que te lo comas.

Me sorprende que Gio se comporte así con ella, siempre la trata como si fuera una niña, porque así se comporta con él, en tantos años de amistad nunca conocí esa faceta en ella, siempre fue muy madura, siempre era ella la que me cuidaba a mí...  Oh, ya entiendo ella fue la madura de nuestra amistad.

Descubriendo El AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora