17. Juntas.

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Megan Clark

Me siento tan débil al permitir que Julie me viera así de mal, no me gusta que nadie me vea así, por eso prefiero alejarme de todos, sólo no quiero causar lastima o fastidiar a los demás con mis problemas, porque al final todos se cansan y se alejan. Ella no debió venir, no debió estar aquí... pero lo mejor será que intente mantener mi cabeza tranquila, sin pensar tanto y dejar todo en silencio para no volver a tener un ataque y enfrente de ella.

Bajo las escaleras ya bañada y cambiada, Julie está en el piso jugando con Aslan, al darse cuenta de mi presencia se gira y sonríe, yo sólo bajo la mirada y voy directo a la cocina. Me encantaría preparar café por el simple hecho de hacer algo que me gusta tanto como prepararlo, pero en mi estado actual la cafeína es lo menos indicado, necesito descansar, me duele mucho la cabeza y tengo miedo de que en cualquier momento me pase algo. Saco una botella de té helado de limón y sirvo dos vasos, le llevo uno a Julie y me siento en el sillón.

-Megan, mírame -levanto la mirada-. ¿Qué pasa? -niego. Me siento tan débil después de lo que pasó y lo odio.

-No debiste ver eso -tomo un trago de mi te y aparto la mirada de ella.

-No debes sentirte mal por eso o sentir vergüenza, está bien, le puede pasar a cualquier persona, así que tranquila, relájate y deja de pensar en ello, yo haré de cuenta y caso que nunca pasó -suspiro-. Mami está loquita si cree que pensamos que es débil, ¿verdad mi amor? -veo a Julie y tiene a Aslan en sus brazos-. Ella es muy fuerte y estamos orgullosos de ella, ¿verdad que sí? -lo acerca a ella y comienza a besarlo.

-¿Cómo que... mami? -pregunto con el ceño fruncido-. Tú eres su mami o lo que sea, es tuyo.

-No, es nuestro y yo seré mamá -ve al gato con tanta ternura antes de llenarlo de besos otra vez-. Por otro lado, tú y yo tenemos que hablar -niego, mientras intento mantener mi respiración normal.

Así que es esto, es esta plática, creí que no tenía dudas, que estaba clara en que todo fue por el alcohol y que no pasaría nada porque estaba segura de qué me diría, pero ya veo que me equivoqué, esto y lo de mi hermano fueron lo que me provocó todo, porque puedo sentir mi corazón latiendo fuerte otra vez.

-Julie ya te di... -bufo y niego, tengo que enfrentarlo-. Bien, di lo que tengas que decir.

-Bien -se levanta del piso, deja a Aslan jugando y se acerca a mí-. Tengo una idea de porque no has querido hablar conmigo, pero si es así, déjame decirte que estás equivocada, lo que pasó no fue porque estuviera tomada, lo que pasó lo hice consciente de lo que hacía y no fue por ti, fue por mí, porque quería hacerlo, el alcohol sólo me dio el valor que me faltaba -abro los ojos sorprendida-. Megan, te juro que no lo sabía, yo no quería aceptarlo, pero lo que pasó hace cinco años, me gustó y me asustó mucho también, tuve mucho miedo de que los demás supieran lo que había pasado, tenía miedo del que dirían mis padres y también las personas a nuestro al rededor, porque estoy segura que ellos no estarían de acuerdo, pero no quiero tener miedo, ya no, quiero ser feliz y aceptar lo que siente mi corazón y lo que ha querido todos estos años. Eres tú Megan.

Siento la boca seca, mi corazón está acelerado, me tiemblan las manos y no sé qué decir.

-El amor que sentía por ti en la escuela no era sólo de amistad, pero no lo sabía, hasta ahora, el pasar tiempo contigo me abrió los ojos, eres todo lo que siempre he querido, aunque no lo supiera antes por los prejuicios en mi cabeza -se acerca y toma mis manos-. Si me das la oportunidad de demostrarte que lo que te digo es cierto, prometo no decepcionarte.

Me suelto de su agarre delicadamente y me pongo de pie. Estoy confundida, no esperaba esto, en qué momento pasó.

-¿Es en serio? -es lo único que logro preguntar.

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