Megan Clark
No pude dormir toda la noche, no pude dejar de pensar en lo que pasó con Julie, pero es más que nada porque estoy confundida, no entiendo en qué momento ella tomó la iniciativa de besarme y casi tener relaciones conmigo, entiendo que estaba tomada, pero aún así, no me pareció que estuviera tan... bueno, de momento parecía que no podía ni caminar sola. Es mejor que no le dé vueltas al asunto y sólo evite el tema, si la vez anterior dijo que fue por lástima, esta dirá que fue el alcohol y no estoy para esas cosas.
Me paso la mano por el cabello, lo tengo mojado, así que me pongo una toalla sobre mis hombros para que no moje mi ropa, no he querido ver a Julie, así que durante el almuerzo vine al gimnasio, un lugar que ella probablemente ni conozca, así que es el lugar perfecto para ocultarme y evitarme un momento incómodo. Saco de mi bolso mi perfume y cepillo para el cabello, me pongo perfume primero y luego me cepillo el cabello, todavía no me puedo ir, tengo cosas que hacer aún.
-Así que aquí estabas -me giro y Julie está parada detrás de mí-. Te he estado buscando todo el día, Gio me dijo que podías estar aquí, me perdí en el camino, no sabía que teníamos gimnasio.
Maldita sea Gio, bueno en su defensa ni él ni nadie saben lo que pasó.
-Sí, aquí estaba... -se acerca a mí y me abraza tomándome por sorpresa-. ¿Qué haces?
-Me encanta tu perfume.
-Es de hombre, seguro por eso -me suelta y me ve.
-No es sólo el perfume, también depende de quien lo usa -levanto ambas cejas y asiento.
-Bueno, ahora me tengo que ir -guardo mis cosas en mi bolso, me pongo la mochila en los hombros y agarro mi bolso de entrenamiento.
-Megan, ¿es en serio? Te he llamado varias veces, te envié mensajes, te he estado buscando y cuando te encuentro me dices que te tienes que ir.
-¿Es algo urgente? -frunce el ceño.
-Pues no, pero quiero hablar contigo, de lo que pasó...
-Julie, no hay nada de que hablar, de verdad -niego.
-Claro que sí, tenemos que...
-Me tengo que ir, quédate tranquila, ayer no pasó nada -sólo me ve seria y yo salgo de las duchas dejándola ahí.
No, no quiero que pase lo mismo, por mi bien es mejor que no.
•••
-¿Cómo estás tan segura de que ella diría lo mismo si no la dejaste hablar? -pregunta mi psicóloga por medio de video llamada.
-Lo sé, hace poco cuando volvimos a hablar prácticamente dijo que estuvo conmigo por lástima, ¿qué podría haber cambiado en unas semanas?
-Las personas pueden cambiar y eso no se trata del tiempo.
-¿Y los sentimientos? ¿Esos también cambian de la noche a la mañana?
-No, pero tú no estás en su cabeza o en su corazón, no puedes saber qué siente o qué piensa si no la escuchas. Tú mejor que nadie sabes que la comunicación es importante, hace años te habría encantado que ella te hubiera escuchado, no lo permitió ¿y que provocó? Ansiedad, tristeza, dudas, dolor. Tienes que escucharla.
-¿Y si pasa otra vez?
-¿Y si no? -bajo la mirada y me encuentro con Aslan durmiendo en su camita-. Tener miedo está bien, pero recuerda que arriesgarse es importante para no estancarse. La duda sólo te desata la ansiedad, así que para bien o para mal, es mejor aclarar cualquier duda.
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Descubriendo El Amor
Romance¿El amor es complicado? ¿O los complicados somos nosotros? ¿Por qué amamos a quién no nos ama y rechazamos a quien sí lo hace? ¿Por qué el amor no siempre es correspondido? ¿Por qué... por qué lo complicamos tanto?