18. Deseo.

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Julie Green

Tengo todo el cuerpo entumecido, pero lograr que Megan durmiera lo vale todo, luego de comer escogió una serie animada de Disney que me dijo le gusta mucho, ambas nos recostamos en el sillón, yo hice que se recostara en mi pecho, para poder acariciar su cabello, eso siempre le gustó, luego de un par de capítulos se quedó dormida, yo he seguido viendo la serie porque me gustaría saber porque le gusta, mientras tanto no dejo de acariciar su cabello. Según me dijo todos estos días no había dormido nada y lo poco que lo había hecho, había sido por pastillas para dormir, así que esto es ganancia.

A pesar de que nunca he tenido una relación con una chica antes, esto no se siente raro, al contrario, se siente tan bien, es como si estuviera faltándome desde hace mucho, pero yo realmente no lo sabía. Después de casi diez capítulos, siento que el sueño me comienza a dominar, porque tampoco es como que yo hubiera dormido bien con tantas cosas en mi cabeza y en lugar de obligarme a mantenerme despierta, sólo cierro los ojos y me duermo.

•••

-No, ya comiste, déjame -abro los ojos al escuchar la voz de Megan, está sentada en el piso, con la espalda recostada en el sillón, estiro mi mano porque está más cerca de mis rodillas y acaricio su cabello, eso la asusta y me ve-. Hey, me asustaste -ríe y toma mi mano.

-¿Dormiste bien? -le pregunto sin dejar de acariciar su cabello.

-Sí, estuvo bien, ¿y tú? -asiento y extiendo mis brazos para que me abrace. De inmediato se pone de pie, se recuesta sobre mí y me abraza-. Podría acostumbrarme a estos momentos muy fácilmente.

-Yo también y no sé si es bueno -la separo de mí y la hago verme.

-Ya verás que sí, deja de esperar algo malo.

-Es mi sentido arácnido, aunque mi psicóloga diga que sólo es ansiedad -ríe y lo hago con ella. Tomo un mechón de su cabello y lo meto detrás de su oreja.

No culpo a todas las chicas que están enamoradas de Megan, es hermosa, su cabello castaño oscuro y corto, sus ojos café claro, su estatura, es bastante alta, su estilo para vestir, su sonrisa, el sonido de su risa, su personalidad, su forma de ser, su humor y el sonido de su voz. Es perfecta y ahora tengo la oportunidad de ocupar un lugar a su lado.

-Ya es bastante tarde, deberíamos cenar para dormir -frunzo el ceño.

-¿Quieres que me quede a dormir? -pregunto incrédula, porque a pesar de todo, no creí que quisiera esto.

-Está lloviendo y muy fuerte, no se escucha porque la puerta del balcón está cerrada, así que pensé que podrías quedarte, si quieres.

-Sí, sí quiero -le doy un pequeño beso en los labios-. ¿Qué vamos a cenar?

•••

-¿En serio guardas cepillos de dientes? -pregunto mientras me muestra como diez cepillos de dientes nuevos.

-Sí, casi siempre cuando voy al supermercado compro cosas, para guardarlas -abre una gaveta del mueble y me muestra su colección de hilos dentales, enjuagues bucales y pastas de diente-. Tengo más -abre otra y hay desodorantes, toallas sanitarias, perfumes iguales, jabones de baño, champú y acondicionador.

Tiene más de tres de cada uno y todo está en orden.

-¿Eres una acumuladora compulsiva? -niega con una sonrisa.

-Sólo me evito la fatiga de pasar necesidades, aquí nunca necesito pedir papel de baño porque se acabó, aparte de que vivo sola -me giro y sobre el inodoro hay un estante con tres espacios llenos de papel de baño.

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