Capitulo 1. Primer encuentro.

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El vestíbulo de la Casa Blanca zumbaba de actividad mientras invitados elegantemente vestidos llenaban la sala, conversando en tonos apagados y sosteniendo copas de champán. Alex Claremont-Díaz estaba acostumbrado a este tipo de eventos, pero todavía no podía evitar sentirse abrumado por la magnitud de todo. La música de fondo y las luces tenues creaban una atmósfera de elegancia y sofisticación, pero en su corazón, Alex anhelaba un momento de autenticidad en medio de la pompa y el protocolo.

Mientras sostenía una copa de champán a medias, Alex observaba a la multitud con una sonrisa encantadora. Sus ojos marrones brillaban con una mezcla de diversión y cansancio, su cabello castaño oscuro peinado con estilo. Era guapo de una manera que no se podía ignorar, y estaba acostumbrado a ser el centro de atención.

—Alex, cariño, ¿puedo presentarte al embajador de Francia y su esposa?—, interrumpió la voz elegante de su madre, Ellen Claremont. Ellen, una mujer de presencia imponente y carisma político, se movía con gracia entre los invitados, irradiando confianza en cada paso.

—Por supuesto, mamá—, respondió Alex con una sonrisa y asintió con la cabeza. Siguió a su madre a través de la multitud, saludando y conversando con varios invitados influyentes. Aunque se sentía cómodo en estos eventos, a veces deseaba poder escapar de las expectativas y las conversaciones superficiales.

Mientras tanto, en una esquina del vestíbulo, Luke Morrow observaba la escena con expresión impasible. A pesar de la elegante esmoquin que vestía, siempre parecía estar en su elemento en cualquier entorno. Su cabello negro corto y sus ojos claros reflejaban un aire de autoridad natural. Había pasado años entrenando para mantener sus emociones bajo control, y en ese momento estaba evaluando a los asistentes con su aguda intuición.

Sus ojos se encontraron con los de Alex por un instante, y algo en esa mirada fugaz despertó una curiosidad que Luke rara vez sentía. Siguió observando mientras Alex charlaba con diversos invitados, su expresión mostrando una mezcla de confianza y vulnerabilidad. Luke no pudo evitar preguntarse qué tipo de hombre estaba detrás de la fachada pública.

Los minutos pasaron, y la multitud seguía mezclándose y charlando. De repente, el anuncio de Ellen resonó por los altavoces, indicando que pronto presentaría a los invitados de honor de la noche. Alex hizo una mueca irónica, sabiendo que su madre se dirigía a él y a las personas influyentes que lo rodeaban.

En ese momento, sus ojos se encontraron nuevamente con los de Luke, y esta vez la mirada se mantuvo. Fue como si el mundo se ralentizara por un instante mientras sus ojos se comunicaban en silencio. Luke sintió una extraña conexión, una atracción magnética hacia el hombre más extrovertido de la habitación. Un hombre que claramente vivía bajo la lupa pública, al igual que él vivía bajo la sombra del deber y la responsabilidad.

La voz de Ellen interrumpió sus pensamientos, y Alex volvió su atención al escenario donde su madre estaba dando un discurso. Mientras tanto, June, la hermana mayor de Alex, estaba de pie cerca de la entrada, observando la escena con una sonrisa. Ella conocía a su hermano mejor que nadie y podía ver a través de su fachada pública.

—Nora, ¿ves a Alex?—, preguntó June a su mejor amiga, Nora Holleran, quien estaba a su lado.

Nora siguió su mirada y asintió con una sonrisa cómplice. —Ahí está, siendo el alma de la fiesta como siempre.

June rió suavemente. —Es increíble cómo puede manejar todo esto tan naturalmente. A veces me preocupa que se pierda a sí mismo en medio de todas estas responsabilidades.

Nora asintió en acuerdo. —Pero también sabes lo fuerte que es. Siempre encuentra una manera de brillar, sin importar las circunstancias.

Mientras Alex continuaba escuchando el discurso de su madre, los pensamientos de Luke vagaban hacia la extraña conexión que sentía con el hombre frente a él. Sabía que debía mantener su enfoque en sus deberes, pero no pudo evitar sentirse intrigado por Alex y la vulnerabilidad que intuía detrás de su fachada pública.

La voz de la presidenta resonó en el salón, atrayendo la atención de todos los presentes. —Damas y caballeros, les agradezco por unirse a nosotros esta noche en este evento de caridad tan especial. Como anfitriona, me complace presentar a tres personas que son un ejemplo de dedicación y servicio a nuestro país. Les presento al 'Trio de la Casa Blanca': mis hijos, Alex y June Claremont-Díaz; y mi analista, Nora Holleran.

La multitud aplaudió con entusiasmo mientras Ellen continuaba: —Pero esta noche no solo celebramos la labor de estos valientes individuos, sino también la dedicación de aquellos que sirven en las fuerzas armadas. Permítanme presentar a los integrantes de la milicia que nos honran con su presencia esta noche, incluido un líder respetado entre sus compañeros, el Coronel Luke Morrow, cuyo servicio ejemplar y sacrificio personal representan lo mejor de nuestra nación.

Los invitados aplaudieron nuevamente, esta vez mezclando admiración por el "Trio de la Casa Blanca" y respeto por los integrantes de la milicia, cuyas historias de servicio y valentía habían capturado la atención de todos. Mientras la presidenta hablaba, los destinos de Alex y Luke se entrelazaron un poco más, inaugurando un nuevo capítulo en sus vidas que ningún pronóstico político podría haber anticipado.

—Gracias a todos por su apoyo y por unirse a nosotros en esta noche significativa—, concluyó Ellen con una sonrisa cálida.

Después de que Ellen concluyó su discurso, los invitados se dispersaron en busca de conversaciones y entretenimiento. En un rincón más tranquilo del salón, Ellen se volvió hacia Alex y Luke, que estaban parados uno al lado del otro, cada uno con una expresión de curiosidad y respeto en sus ojos. —Alex, Luke—, comenzó Ellen, poniendo su mano en el hombro de cada uno, —permítanme presentarles mutuamente. Alex, este es el Coronel Luke Morrow, un hombre de gran valía cuyo servicio ha sido de vital importancia para nuestra nación. Luke, te presento a mi hijo, Alex Claremont-Díaz, una voz incansable en la búsqueda de la justicia y la igualdad. Sé que tienen mucho en común y estoy segura de que encontrarán muchas maneras de colaborar juntos en el futuro.

Las miradas de Alex y Luke se encontraron en ese momento, y aunque las palabras de Ellen los unían, era la chispa que había surgido entre ellos la que prometía un vínculo mucho más profundo.

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Unidos por el Deber... Y el corazón | Alex Claremont-Díaz & Luke Morrow Donde viven las historias. Descúbrelo ahora