Capítulo 20. Amenazas en la Sombra.

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El resplandor del amanecer comenzaba a filtrarse tímidamente a través de las cortinas de la habitación de Alex, pintando el espacio con tonos dorados y rosados. Era un nuevo día en la Casa Blanca, y la luz del sol intentaba disipar la sombra de la intriga que se había cernido sobre la residencia presidencial durante la noche.

June, la hermana de Alex, se despertó con el suave destello de la mañana que se colaba por su ventana. Estiró los brazos y bostezó, listo para enfrentar el nuevo día. Desde la noche anterior, había sido un torbellino de emociones, y el descanso había sido escaso.

Con pasos somnolientos, June se dirigió a la habitación de su hermano. La rutina de buscar a Alex en su cuarto era algo común, ya que él era conocido por su hábito de trasnochar y sumergirse en asuntos que lo mantenían despierto hasta altas horas de la noche. Sin embargo, esta mañana tenía un matiz diferente, una inquietud que se aferraba a su mente.

Al llegar a la puerta de la habitación de Alex, June se detuvo abruptamente. La cama de su hermano estaba vacía. La sensación de algo inusualmente fuera de lugar se apoderó de ella, y su corazón comenzó a latir más rápido. Por lo general, no habría pensado mucho en la ausencia de Alex a estas horas, pero con la amenaza que se había cernido sobre la Casa Blanca, cualquier cambio en la rutina parecía alarmante.

June se acercó a la cama de Alex y observó la almohada, donde debería haber una leve impresión de su cabeza. Pero la almohada estaba casi intacta, sin signos de que alguien hubiera dormido allí toda la noche. La preocupación comenzó a brotar en su mente mientras consideraba las implicaciones de la ausencia de su hermano.

Sus pensamientos se llenaron de preguntas. ¿Dónde podría estar Alex en un momento tan delicado? ¿Había salido de su habitación durante la noche sin decir nada? ¿O había ocurrido algo más grave?

La inquietud la impulsó a buscar a su madre, Ellen, de inmediato. Salió corriendo de la habitación de Alex, sus pasos resonando en el pasillo de la Casa Blanca mientras se apresuraba hacia la Oficina Oval, donde su madre a menudo comenzaba su día.

La ansiedad se apoderó de June mientras se acercaba a la puerta de la Oficina Oval. Golpeó con urgencia y esperó ansiosamente una respuesta.

—¡Mamá! ¡Es importante! —exclamó, sintiendo que cada segundo que pasaba sin respuestas aumentaba su preocupación.

La puerta se abrió rápidamente, revelando a Ellen, la presidenta de los Estados Unidos, que la miró con sorpresa y preocupación.

—¿June? ¿Qué sucede?—preguntó Ellen mientras invitaba a su hija a entrar en la oficina.

June no perdió tiempo en explicaciones y se apresuró a compartir la noticia que la había inquietado.

—Mamá, Alex no está en su habitación. La cama está vacía. No puedo encontrarlo por ninguna parte.

La expresión de Ellen cambió instantáneamente, pasando de la sorpresa a la preocupación. Sabía lo importante que era mantener a su familia a salvo en medio de la amenaza que se cernía sobre la Casa Blanca.

—¿Estás segura, June? ¿Has buscado en toda su habitación?

June asintió, sus ojos llenos de temor y ansiedad.

—Sí, mamá, lo he revisado todo. Su cama está casi intacta, como si no hubiera dormido allí esta noche. Algo no está bien, mamá, estoy asustada.

Ellen se puso de pie de inmediato, consciente de la gravedad de la situación.

—Vamos a buscarlo, June. Mantén la calma. No sabemos qué ha pasado, pero lo encontraremos. —Ellen intentó mantener su voz firme mientras trataba de tranquilizar a su hija.

Unidos por el Deber... Y el corazón | Alex Claremont-Díaz & Luke Morrow Donde viven las historias. Descúbrelo ahora