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Esteban: Sí... siempre estaré dispuesto a todo por ustedes. No te soltaré, nunca más. Seguiremos juntos hasta el final y cuando todo termine, prometo buscarte en otras vidas... te salvaré... despertarte... rescatarte... siempre María... siempre - le apreté en mis brazos sintiendo su calor que tanto me dejaba bien.

Sentí mis ojos arder mientras le escuchaba. Coloque mi cara sobre su pecho y cerré los ojos.

María: Y siempre estaré aquí para ti, por nuestra familia. Comenzaremos de nuevo, vamos a recuperar a nuestra familia.

Esteban: Sé que sí... conseguiremos mi amor... nos lo merecemos - besé su cabello - hablemos con Mauricio... quiero que hagas todos los exámenes para saber cómo estás y vamos a intentar tener ese bebé. Ese angelito que va a salvar la vida de su hermana, así como está salvando nuestro matrimonio - susurré.

De acuerdo gradualmente y pronto el fue llamar a Mauricio, que sin mucha demora entró en la sala. Nos sentamos y volvimos a discutir cómo se haría todo.

Después de unos minutos allí, María fue encaminada para hacer algunos de los exámenes. El otro día haría lo que quedaba. Era tarde en la noche cuando entrábamos a casa. Llevaba a Agatha en mis brazos mientras María traía sus cosas.

Esteban: Buenas noches mamá - le saludé al entrar en la sala - mira mi amor tu abuela te estaba esperando - me senté en el sofá con ella en mi regazo.

Agatha: Hola abuelita - sonríe débil - gracias por quedarse acá- hablé somnolienta.

Fui a ellos suspirando pesadamente, estaba muerta. Sentía que podía caer en cualquier momento.

Sonia: Hola mi amor... la abuela se estaba muriendo de nostalgia de mi muñequita - la tiré a mis brazos - ¿quién va a dormir con la abuela hoy? - miré a mi hijo, María y sonríe débil.

Esteban: ¿Vamos a subir? Necesito tomar un baño... comer y descansar... ¿puedo preparar un baño muy relajante qué me dices? - le pregunté abrazándola por la cintura.

Sonreí abrazando a mi abuela y luego me acosté a la cabeza en su pecho

Agatha: Yo también la extrañaba... ¡yo!... voy a dormir con mi abuela - sonríe.

Lo sostuve en sus brazos después de sentirlo envolviéndome. Miré a mi niña allí y cerré los ojos.

María: Te lo agradecería mucho - dije con calma - pero tú también tienes que hacerlo.

Esteban: Usted necesita mucho más mi amor - besé sus cabellos y miré a mi madre - madre, ¿puede ayudar a Agatha a tomar un baño y acostarse? Voy a llevar a María a descansar - dije tranquilo.

Sonia: No te preocupes hijo mío, puedes irte, voy a cuidar de mi muñequita, descansen... los dos necesitan... vamos, mi amor. Vamos a bañarnos con tu abuelita, dale buenas noches a tus padres.

Agatha: Buenas noches papá... buenas noches mamá...- los miré y le sonreí débil - los amo - hablé en voz baja, estaba cansada.

María: Buenas noches mi vida - fui hacia ella besándole el pelo - nosotros también te amamos mi pequeña.

Esteban: Papá te ama un mundo mi amor - besé sus cabellos - se acuesta y duerme, si es necesario estamos en mi habitación - hablé mirando a mi madre.

Sonia: No te preocupes por nada, si lo necesita, estaré con ella. Buenas noches hijos míos.

Esteban: Buenas noches mamá - besé sus cabellos y sali con María a mi cuarto - ¿duerme aquí conmigo? - besé sus cabellos - voy a preparar su baño y si quieres mi compañía, estoy aquí - sonríe mirándola.

Me senté en la cama y lo miré cruzando mis piernas, empezando a quitarme las sandalias.

María: Está bien... sí - dije con calma... estaba muy cansada... mis ojos medio pesados, apenas estaban pero aguantando permanecer abiertos.

Me acerqué a ella y me arrodillé frente a ella, sosteniendo sus manos.

Esteban: María... sé cómo se siente, sé lo mucho que duele verla de esa manera. Ella es nuestra hija y eso nos está acabando a los dos, en una proporción absurda de dársela. Mauricio nos dio una pequeña esperanza y será a ella a la que nos aferraremos, no podemos entregarnos. Agatha nos necesita y seremos fuertes por ella - besé su mano - ven, tomemos un baño y acostémonos... cuando te despiertas, comes algo.

La tomé en mi regazo y fuimos al baño. La puse en el suelo y le quité la ropa pieza por pieza, confieso que fue una tortura desgarradora verla allí frente a mí, pero por ella haría todo. María era y seguía siendo muy hermosa y atractiva. Era una mujer sin defecto alguno, de una belleza envidiable por cualquiera. Después de dejarla sin nada, encendí la ducha y la ayudé a entrar en el box, la ayudé a bañarse, la secé y la llevé a la cama, vestida sólo con la bata.

Esteban: Descansa mi amor - besé sus cabellos - voy a tomar una ducha y vuelvo - la miré y fui al baño.

Después de unos minutos en el baño volví a la habitación y vi a María durmiendo. Me puse ropa interior, pantalones de chándal y fui a la oficina. Encendí la luz de la pantalla de la lámpara y me senté en el sofá.

En la otra habitación...

Después de bañar a Agatha y acostarla, fui a la cocina. Al pasar vi la luz de la oficina y fui hasta allí, sabía que él estaría allí. Entré en silencio y me senté a su lado.

Miré a mi madre y sentí que las lágrimas salían de mis ojos. Todo me dolía. Solo quería gritar, dejar salir todo eso, pero no podía hacerlo frente a María.

Lo llevé con calma a mis brazos y lo abracé fuerte, acariciando sus cabellos con calma y dulzura, tratando de calmarlo.

Sonia: Llora mi amor... lo sacan todo... frente a mí no tienes que fingir ser fuerte... todo va a estar bien... dime... ¿qué dijo Mauricio?... ¿encontraron alguna solución?

Esteban: El tratamiento no está combatiendo esta maldita enfermedad - respiré hondo - está en la lista para recibir una donación de médula ósea... pero esto es muy difícil... mi niña se está muriendo - solucé llorando - ¿por qué mamá? ¿Por qué le pasó a Agatha? ¿Por qué no fue conmigo?

Sonia: Mi hijo... no mandamos en la vida y mucho menos en la muerte. Sé que te duele, pero no puedes simplemente elegir a quién va a golpear esta enfermedad... vamos a tener fe... al menos nos aferramos a una esperanza.

Esteban: Lo sé - hable secándose la cara - tenemos una oportunidad... una mínima... pero intentémoslo... Mauricio nos dio la opción de tener un bebé... cuando nazca podrá donar la sangre del cordón umbilical... lo que podría salvarle la vida. María y yo decidimos intentarlo... no solo quedar embarazada... volvamos a vivir juntos... una familia... quiero estar con ellas... con María... con nuestros hijos... no importa lo que tengamos que enfrentar, con tanto que sea juntos... sé que lo lograremos... nuestra niña se curará... tengo fe en Dios que lo hará.

Dejé escapar una hermosa sonrisa al escuchar todo aquello. Estaba tan feliz por ellos.

Sonia: Que bueno mi amor, ya era hora. Se ve que todavía se aman... al principio solo se perdieron, pero ahora... ahora tienen la oportunidad de encontrarse de nuevo y en cuanto a nuestra Agatha, es una gran felicidad que tengamos esa oportunidad... es una luz al final del túnel... sé que la agarrarán con uñas y dientes... y estaré aquí para ayudarlos.

Continúa...

Sálvame ❤️ Despiértame ❤️ Rescátame - Maria y Esteban (Concluído)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora