Maria: Mi amor...- hablé yendo a él - ¿puedo acompañar el té?...- hablé en voz baja.
Esteban: Hola - sonríe débil mirándole - todavía tenemos lugar para una más - hablé entregándole una pequeña taza - ese vacío nunca pasará Maria... ese dolor nunca sanará - susurré abrazándolo .
Sostuve la pequeña taza y lo correspondí en ese abrazo, apretándolo con fuerza en mis brazos.
Maria: No...- acaricié su cabello - sé mi amor... siento lo mismo que tú... pero nuestra niña está bien ahora... ella no está sufriendo más... y estoy seguro de que ella no quiere vernos así mi amor... sé que duele, pero no podemos entristecer a nuestra niña con nuestro dolor.
Esteban: Sé que no podemos... que no vamos... tenemos un hijo que necesita a sus padres... que estemos bien y nos quedemos - suspiré - me ducharé y jugaré un poco con él... tengo que ver cómo está mi madre también... no puedo olvidarme de ella.
Maria: No podemos mi amor... estoy aquí contigo, así como sé que estás conmigo... hagamos esto juntos ¿ok?
Esteban: ¡Juntos! - le besé con amor - quiero dejar todo como está... al menos aquí... es el lugar donde me siento más cerca de ella... quiero hacerlo todos los días... no puedo romper nuestra tradición del té - sonríe triste.
Maria: Todo quedará como está... no vamos a deshacernos de nada... no importa el tiempo que pase...- le acaricié la cara.
Esteban: ¡Sí! Me encargaré de todo... todos los días como siempre - miré ese lugar una vez más y salimos - voy a ver a mi madre... ¿logró descansar? - le ayudaba a bajar las escaleras.
Maria: No mucho... no puedo sacarla de mi cabeza...- hablé sosteniéndome en él y luego caminamos hacia la casa.
Esteban: Sé que no... todo es reciente Maria... no lo olvidemos así, de la noche a la mañana... va a ser un proceso - hablé entrando en la casa - ¿quiere comer algo?
Maria: No tengo hambre...- hablé cerrando la puerta detrás de mí y suspiré pesadamente - veré cómo está nuestro pequeño.
Esteban: Estaba durmiendo con mi madre... creo que por el silencio todavía están dormidos.
Maria: Entonces vamos a acostarnos - lo sostuve en su mano y fuimos a la habitación.
Meses después...
La vida volvía a la senda. Era difícil, pero nos estábamos adaptando a todo. Con el tiempo, Maria y yo dejamos que las cosas se enfriaran entre nosotros dos. No podíamos tener tiempo para los dos, Todo era para Bernardo, cuando no era la empresa. Estaba tan cansado de todo, tan desgastado... todo lo que quería era no perder a María una vez más. Pero de la forma en que iban las cosas, sólo tenía una certeza. Hace unos días había llegado a nuestra casa la hija de una amiga de mi madre, Fernanda. Éramos amigos de la infancia y no nos veíamos mucho. Estaba en la oficina cuando entró mi madre, estaba tan lejos y pensativo.
Sonia: Hijo... hijo...- hablé acercándome viendo que él no me daba ni una atención - Esteban... ¿dónde estás mi hijo?...- hablé parando delante de él.
Esteban: Madre... ¿pasó algo? - a la vista - perdóname por eso - suspiré pesadamente.
Sonia: Vine a llamarte a cenar... la mesa ya está puesta y te estamos esperando.
Esteban: Gracias mamá... no tengo mucha hambre - puse el vaso sobre la mesa - ¿Maria ya ha bajado?
Sonia: No... dijo que no tiene hambre... - suspiré - Esteban... hijo mío, sé que no tengo derecho a meterme en tu vida, pero... ¿qué está pasando?
Esteban: Todo madre - ríe sin voluntad - nuestro matrimonio va con el vientre... desde que perdimos a nuestra hija, no hemos podido más... no tenemos cuidado de nuestro amor... de los dos... todo es para Bernardo... cuando no es la empresa... definitivamente todo murió... no sé qué más hacer... preparé una cena para los dos... en nuestro lugar ¿y lo que dijo? Que no podía, que Bernardo solo dormía con ella... tenía miedo de salir de casa... definitivamente no sé qué hacer.
Suspiré mirándolo y me senté a su lado.
Sonia: Ay, hijo mío... mi niño... todo vuelve a repetirse... me he dado cuenta de todo en silencio... los dos están dejando que el matrimonio muera poco a poco... Esteban... Maria se culpa por lo que le pasó mi hijo...- hablé de una vez - la cogí varias veces en la habitación de nuestra pequeña llorando... ella tiene miedo de terminar perdiendo a Bernardo también.
Esteban: ¿Crees que no entiendo? No sé qué más hacer... estoy luchando pero parece que todo es en vano... ¿crees que no tengo miedo de perder a Bernardo? Simplemente no puedo dejar que me domine... mira lo que está provocando ese pánico... cometí ese error una vez mamá y no lo volveré a cometer... no quiero que esto se repita... no quiero - me puse las manos en la cara.
Sonia: Te conozco mi hijo... sé que no quieres que se repita y sé que amas mucho a tu esposa... ¿por qué no intentas hablar con ella?... ¿un?... intenta arreglarte... dile lo que sientes.
Esteban: Una vez más... lo intentaré... esperar a que Bernardo duerma para tener esa conversación - le besé la mano - no imagina cuánto la amo... todo lo que está pasando, me está matando... discúlpate con Fernanda por nosotros... voy a hablar con Maria... quiero resolver todo esto.
Sonia: Puedes dejar que me disculpe si mi amor... vamos... no quiero ver que su amor termine de esa manera.
Esteban: Gracias mamá... ha sido todo mi apoyo - le besé la cara y pronto se fue a nuestra habitación... abrí la puerta y la vi acostada en la cama con Bernardo que ya dormía - hola... ¿podemos hablar un poco? - me acerqué a ella.
Maria: ¿No deberías estar cenando con tu madre y tu "amiga"? - hablé sin mirarlo.
Esteban: Pero no lo estoy... estoy aquí, queriendo tener una conversación con mi esposa... ¿es pedir demasiado?
Me levanté de la cama, colocando al Bernardo allí y lo miré.
Maria: ¿Quieres hablar? - hablé en serio - ¿hablar con tu esposa?... ella no se encuentra...- hablé yendo hacia el baño - lo siento.
Esteban: No María - sostuve su brazo - no va a salir y dejarme hablando solo... ya basta de toda esa infantilidad... es adulta y se comporta como un niño... ¿qué está pasando María? ¿Lo que pasó con vamos a estar juntos?... ¿vamos a superar juntos? ¿Dónde estamos? ¿Dónde estoy en tu vida? El Bernardo está teniendo su disponibilidad a las veinticuatro horas del día... él es nuestro hijo y lo necesita... pero soy tu esposo y también te necesito... no eres solo tú quien lo siente... yo también... ella también es mi hija.
Lo miré, me solté de él seria y luego di un aire de risa.
Maria: ¿Qué me estás cobrando Esteban?... ¿un?... ¿has analizado lo que estás haciendo?... lo que ya hizo... te alejaste y me hiciste sentir solo... se metió en esa maldita oficina y me dejó aquí.. Bernardo es todo lo que me queda... está conmigo todo el tiempo... me está cobrando lo que no me dio Esteban... no pareces necesitarme... si así fuera, pasaría más tiempo con su familia que en su trabajo... ¿qué está pasando?... es que su trabajo, nos está alejando de nuevo... me cansé de estar esperando Esteban...- hablé con la voz temblorosa - estoy cansada de todo... ya no bastaba su trabajo, todavía viene esa mujer...- hablé con cierta ira y celos.
Continúa...
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Sálvame ❤️ Despiértame ❤️ Rescátame - Maria y Esteban (Concluído)
Romance¿Qué harías si el mundo se acabara hoy? "Podría imaginarla. Podría recordarla. Pero no podía volver a verla." - La Culpa es de Las estrellas Nota: Si usted está leyendo esta historia en cualquier otro sitio que no sea en vatpad, los invito a leer di...