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Aquí os dejo el primer capítulo de esta hermosa y emocionante historia de amor. Amor entre un hombre y una mujer, que fue interrumpido por el tiempo. Amor de una hermosa niña que se convirtió en maestra de sus padres, enseñándoles cuán poderoso y milagroso es el amor.

"Él registra la muerte con fidelidad. Mueres en medio de la vida, en medio de una oración."

John Green

¿Qué harías si el mundo se acabara hoy?

El fin del mundo puede tener varios significados. Para cada uno de nosotros será de una forma. El mío, por ejemplo, llegó el día en que a mi hija le diagnosticaron leucemia mieloide aguda. Afecta a las células mieloides, un tipo de glóbulo blanco, y avanza rápidamente por el cuerpo. Ella era una niña cuando todo sucedió, tenía cuatro años, poco sabía que estaba en el mundo.

Les contaré cómo sucedió todo...

Era la madrugada del domingo, estaba en mi oficina revisando algunos documentos cuando sonó mi teléfono celular. Era María, lo recogí y contesté preocupado por la hora de su llamada. Nos habíamos separado después de seis años de matrimonio y una hermosa niña de cuatro años llegó a nuestras vidas. Nuestro matrimonio no iba bien, preferimos terminar todo amigablemente, en nombre de todo lo que vivimos y de nuestra hija.

Esteban: ¿María? ¿Qué pasó? - pregunté preocupado.

María: Estaba... Agatha... tiene mucha fiebre... y tiene manchas en su cuerpo - hablé con la voz temblorosa - estoy sola en casa... despedí a los empleados antes... por favor, ven a buscarme, tenemos que llevarla al hospital... no quiero salir con ella sola a esta hora... pero en el estado en que se encuentra.

Esteban: quédate tranquila, ya estoy yendo - hablé levantándome - ¿puedes esperarme en la sala o ella está acostada? - cogí la llave del coche, mi cartera y salí de casa.

María: Estamos en mi cuarto - hablé sosteniendo la mano de mi niña - pero puedo ir a la sala con ella, no demore Esteban - hablé en voz baja.

Esteban: Quédate en la habitación, ya estoy llegando... todo va a estar bien - dije y colgué.

Minutos después de salir de casa llegué a la casa de María. Estacione el auto y entré yendo a su habitación, ya que tenía la llave para emergencias use.

Esteban: María - me acerqué - hola, mi amor... papá llegó - hablé acercándome a la cama.

Cuando colgó tiré mi celular allí en la cama y acomodé a mi niña en mis brazos. Estaba un poco pálida y temblaba mucho por la fiebre. Minutos después vi a Esteban entrar en la habitación.

María: Su fiebre no baja Esteban - hablé con voz de llanto - ya hice de todo pero no baja.

Esteban: Mantenga la calma... vamos al hospital... ella estará bien... vamos! - la cogí en mis brazos y me fui.

Puse a nuestra niña en el asiento trasero con María y nos dirigimos al hospital. Tiempo después llegamos. La llevaron para que la atendieran y nos quedamos en la sala de espera.

Esteban: ¿Ella sintió algo diferente antes de la fiebre? - la abracé, sabía lo nerviosa y asustada que estaba... igual que yo. Agatha era todo lo que teníamos - ella estará bien... debería haber llamado antes... llegué de viaje y me envolví todo con un contrato... pero sabes que dejo todo por ustedes - sostuve su rostro haciéndome mirarme.

Me acosté a la cabeza sobre su pecho, sintiendo algunas lágrimas rodando por su rostro.

María: Ella vomitó. Me di cuenta de que tenía fiebre... le di un antipirético, pero no funcionó... la fiebre solo aumentó cada vez más... no te llamé porque pensé que pasaría pronto... pero no pasó - lo miré - lo sé y le agradezco que todavía se preocupe por mí.

Esteban: Siempre me preocuparé por ti, independientemente de si estamos juntos o no... es la madre de mi hija... mi amiga - besé su frente - estará bien... estoy aquí... nuestra niña estará bien - dije pensativo.

Cerré mis ojos sentido su beso, volví a poner mi rostro sobre su pecho y suspiré pesadamente.

María: Eso espero... espero que tengas razón.

Esteban: Eso es todo lo que espero - la llevé al sillón y nos sentamos. Las horas pasaban lentamente y nada de tener noticias de ella, ya estaba desesperado con toda aquella demora. Vi a Mauricio entrar en la habitación y rápidamente fuimos a él - ¿entonces? ¿Cómo está nuestra hija? - pregunté nervioso.

Mauricio: Disculpen la demora, tuvimos que hacer algunos exámenes. Agatha está medicada y en observación, tendrá que quedarse hasta que pueda diagnosticar su estado de salud. No estoy seguro de lo que te estamos dando, puede ser una infección cualquiera o incluso una enfermedad infecciosa contagiosa. Solo lo sabremos con los resultados de los exámenes. Lo que más tardar será mañana.

María: ¿Podemos verla Mauricio? - lo miré casi implorando. Mauricio fue y es un gran amigo. Era un médico más que competente y me tranquilizo mucho al saber que él es quien está cuidando a mi niña, además de ser su padrino - ¿ella va a estar bien no es así?

Mauricio: Sí, pueden. Estoy haciendo todo lo que está a mi alcance para que ella esté bien. Esperaremos los resultados de los exámenes y hablaremos. Está en la habitación 104... si lo necesitas, llámame. disculpe - hablé y me fui.

Esteban: Vámonos - tomé su mano y fuimos a la habitación de nuestra niña.

Vi salir a Mauricio, luego sentí el ligero toque de Esteban en mi mano y fui con él. Al entrar en la habitación, me solté de él y fui hacia mi niña, acariciando su carita.

María: Todo va a estar bien mi amor... estamos aquí contigo.

Esteban: Sí - abracé a María por la cintura, observando a nuestra niña que dormía como un angelito - descansa un poco allí en el sofá... sé que está cansada y aún no ha dormido... yo la cuidaré... cualquier cosa te llamo.

Sentí sus brazos envolverme y mi cuerpo se estremeció, como a mucho no hacía.

María: No... no voy a dormir y también tienes a ti que estás cansado. Probablemente incluso más que yo - hablé con calma.

Esteban: No te preocupes por mí, al menos acuéstese para relajarse. No voy a salir de su lado, pasaste todo el día preocupada. Estoy aquí y no voy a salir, ella es nuestra hija y la cuidaremos - sonríe tranquilo - acuéstate un poco.

María: Está bien entonces, pero luego cambiamos. También necesitas descansar y yo no acepto un no por respuesta - le hablé mirándolo y con calma me solté de él, besé el cabello de mi niña y me acerqué al sofá, acostándome sobre él.

Estuve de acuerdo con ella, me acerqué a la silla y me senté junto a la cama de mi hija. Saqué mi teléfono celular y le envié un mensaje de texto a mi madre, sabía que cuando se despertara y no me encontrara en casa, estaría preocupada. Además, está enamorada de Agatha y María. Ella suele decir que María es la hija que no tuvo y de hecho fue. Las dos siempre se llevaban muy bien, lo que me hace feliz, porque amaba mucho a mi madre. Teníamos una conexión muy fuerte, así que todo lo que hablaba era importante para mí.

Me acomodé en el sofá observando a Esteban y sonreí débil viéndolo allí cerca de nuestra niña. Ustedes pueden pensar que nuestra convivencia es un poco extraña, pero la verdad es que él realmente lo es. Sonríe. Aunque no estemos casados, Esteban todavía me trata como si lo estuviéramos. Prueba de ello es la forma en que me abrazó ahora a poco. Pero no me molesta, me hace muy bien y estos pequeños gestos me hacen sentir segura.

Continúa...

Sálvame ❤️ Despiértame ❤️ Rescátame - Maria y Esteban (Concluído)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora