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Carina, una omega poseedora de una inigualable belleza, hija de los duques DeLuca. Contrajo matrimonio a la edad de diecisiete años con el Rey Hunt, un alfa. Al inicio todo iba bien, pero conforme pasaban los días todo empezó a cambiar.

La vida dentro del palacio era un infierno para la pobre omega, quien solía preguntarse el ¿Por qué? Posiblemente ya lo sabia pero quería otra respuesta.

Una triste omega sentada en el frío piso mientras miraba algún punto de aquella gran habitación mientras lágrimas escurrían por sus mejillas.

—Deja de llorar, omega. —ordenó su esposo. Carina se limpió y volteo a ver al alfa frente suyo.

—Me acabas de golpear...

—¿Quieres que te golpeé nuevamente? ¿No conoces tu lugar? Omega inútil. —cuestionó enojado. La castaña negó levemente.

—Perdóname... alfa.

—No vas a salir de aquí hasta que yo te lo permita ¿oíste?

La omega asintió levemente manteniendo su mirada en el piso; escuchó como la puerta fue cerrada con brusquedad. Solo en ese momento se permitió llorar con libertad, suplicando que este martirio acabará lo más rápido posible.

—Ya no quiero esto... no quiero. —murmuró mientras se abrazaba así misma, sentía todo su cuerpo doler y su loba solo chillaba por auxilio, pero no podía hacer nada solo le quedaba aguantar todo eso.

Volteo a ver la ventana abierta que permitía observar el reino, se acercó hacia ella. Una idea cruzó por su cabeza.

Saltar

Solo así podría acabar con su sufrimiento, cuando iba a subirse para saltar se arrepintió.

—No puedo... —dijo soltando un sollozo.

👑👑👑

Una cena familiar, el evento que más odiaba, más bien, odiaba todo evento en el que tuviera que estar junto a su esposo.

—Carina, ¿Estas segura que eres fértil? —cuestionó la madre del alfa. La Omega asintió con timidez.

—¿Por qué lo pregunta?

—Es que van tres años de matrimonio y aún no quedas en cinta, no te preocupes si no eres fértil, hay otras opciones. —bebió de su taza de té con mucha tranquilidad.

—¿Otras opciones? —cuestionó confundida.

—Owen puede embarazar a una omega de su extenso harem y tu podrías ser la madre de ese cachorro. —explicó el señor de ya avanzada edad.

Los padres de la omega se miraban entre sí, sentían mucha vergüenza en esos momentos. Se supone que entregaron a su hija porque era una omega fértil.

—De eso quería hablarles el día de hoy. —interrumpió el alfa, toda la atención de las personas de esa mesa se dirigió a él. —Amelia, mi favorita, esta en cinta. —dijo con una gran sonrisa.

Los padres del alfa empezaron a celebrar mientras los progenitores de la omega estaban que se morían del coraje. El único deber de su inútil hija era dar un heredero al trono y ni eso podía hacer.

—Como Carina no es fértil, entonces ese cachorro será nuestro heredero. ¡Ya tenemos un heredero en el reino! —exclamó el rey.

—¿No es muy pronto para decir que Carina es infertil? —cuestionó la madre de la omega.

—Querida, Carina y mi hijo han pasado sus celos juntos durante tres años y aún no queda embarazada, es obvio. —habló la otra omega con una sonrisa.

La Omega del Emperador Bishop (MARINA). Donde viven las historias. Descúbrelo ahora